En los campos de la meseta central santacruceña, productores y técnicas locales probaron el Activador Ruminal Casero, una alternativa accesible y efectiva para mejorar la nutrición de los ovinos durante los inviernos más duros.
Pequeñas soluciones para grandes desafíos
En la Patagonia, donde el invierno es largo y el forraje escasea, cada herramienta que sume es bien recibida. El Activador Ruminal Casero (ARC) nació de esa necesidad: un suplemento artesanal, económico y fácil de aplicar que busca mejorar la digestibilidad de los pastos de baja calidad que consumen las majadas.
Desde el INTA AER Puerto San Julián, en articulación con la UNPA y el CONICET, se pusieron manos a la obra. Entre 2021 y 2023, llevaron adelante ensayos en cinco establecimientos ganaderos de la meseta, buscando comprobar la eficacia del ARC en condiciones reales de producción. Los resultados hablan por sí solos: ovejas y corderas con mejor condición corporal, mayor peso vivo y mejores índices productivos.

Ciencia y territorio, mano a mano
El ARC no es solo un suplemento más. Representa la filosofía de trabajo del INTA: soluciones pensadas desde la ciencia, pero adaptadas a las realidades de cada campo. Con ingredientes accesibles y una logística sencilla, este activador se presenta como una alternativa concreta a los balanceados comerciales, especialmente en un contexto donde los costos de la suplementación suelen ser altos.
Además de los ensayos, se compartieron los resultados en capacitaciones, publicaciones técnicas y jornadas de intercambio, para que la experiencia sume valor a toda la comunidad rural.

El Activador Ruminal Casero es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones, ciencia y saberes locales puede abrir nuevas posibilidades para la ganadería ovina patagónica. En un escenario de cambios y desafíos climáticos, este tipo de soluciones no solo mejoran la productividad: también fortalecen la resiliencia y la autonomía de quienes habitan y trabajan en la estepa.