EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo “Recuerdos de Malvinas”. Seguí estos relatos todos los domingos y miércoles.
El siguiente fragmento pertenece al libro LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA (inédito). En esta ocasión, en exclusiva para los lectores de EL ROMPEHIELOS, el escritor y periodista chileno Carlos Vega Delgado nos cuenta cuando trabajaba en La Prensa Austral de Punta Arenas, primer diario del mundo que dio la noticia de que Argentina había recuperado las Islas Malvinas.
Como buen periodista

No recuerdo la hora. Recuerdo que había estado en ¨El ñandú¨.
Habían sido un whisky, dos whiskies, tres whiskies, cuatro whiskies, cinco whiskies, seis whiskies… pero como soy responsable dentro de los whiskies, me voy a ver lo que se llamaba en ese entonces el teletipo.
Y cuando entro al diario, porque estaba de turno, sonaban las campanillas. En el teletipo sonaban campanillas cuando había una noticia importante. Empezó a aparecer solamente una palabra que decía: Falklands… Falklands… Falklands…
Y el borracho se quedó para ver qué chucha pasaba con las Falklands. El periodista de turno tenía el derecho a levantar una noticia e incorporar una noticia cuando era importante. Y cuando aparece la información de la invasión a las Malouines… porque no son Malvinas… Malvinas son argentinas, Malouines son francesas, Falklands son inglesas… y me quedó la media cagada para el título, ya, ahí.
Entonces, yo levanto una noticia que no era tan grande. Era una noticia que ocupaba una columna.
Levanto la noticia. No me acuerdo si era de Associated Press, de la UPI o alguna otra agencia antigua.
Pero el cuento es que esa información decía: ¨Invasión a las Falklands¨.
Entonces cuando yo levanto el título, levanto la información, cambio el diario a la noche. Fuimos el primer diario del mundo en dar la información, La prensa austral de Punta Arenas, de la invasión a las Islas Malvinas. El primero porque fue una audacia. No recuerdo la hora porque yo estaba medio estaca como buen periodista. Porque un buen periodista está a media estaca a esa hora y no está sano. Y eso es lo que le da la audacia de cambiar las primeras páginas.
Resulta que, puta, cuando titulo escribo Malvinas, no Falklands.
Llego al día siguiente a las 11 de la mañana, como acostumbra un buen periodista, y llego orgulloso pensando que me van a felicitar y nadie me dice una palabra. Nadie me felicitó. Yo sentí que la silla se me estaba moviendo, que me iban a dar una patada en la raja, huevón. Había que haber escrito Falklands por el compromiso que tenía el General Pinochet con Inglaterra.
En síntesis, cuando se reconoce que nosotros habíamos dado un golpe periodístico, que es la palabra, hubo un pequeño perdón pero no un gran perdón. Me perdonaron la pega nomás, huevón, pero ni una felicitación ni nada.
Yo creo que es interesante contar el cuento porque después de eso hablé con el gerente del diario y le plantee que yo quería ir a las Falklands. Entonces me dice que no se puede. Llamé por teléfono, pedí una audiencia con la reina de Inglaterra para que se me permita ir como corresponsal a las Falklands. Y el dueño del diario me dijo que no, que estaba cagado de la cabeza, que estaba loco.
No estaba loco, si siempre he sido loco. Lo que ocurrió es que no me permitieron ir a las Falklands y yo podría haber sido un periodista chileno que hubiera cubierto la información desde una perspectiva sudamericana. Yo nunca perdí la perspectiva. Podía entrar por Inglaterra pero yo sabía, y sé, que las Malouines son argentinas.
Dentro de lo que fue la tortura, lo que me pasó con Pinochet, la vida horrible que viví durante todos los años de la dictadura, yo creo que una de las cosas que me marcó muy claro en el momento de las decisiones, porque el ser humano de repente tiene que asumir decisiones… Es decir: ¿Qué chucha tienen que hacer los ingleses en el Atlántico, en las costas atlánticas de una isla que es argentina o más que argentina es patagónica?
Comparto el concepto de Osvaldo Bayer de que la Patagonia, la Tierra del Fuego y las Malvinas, son un territorio aparte, ni chileno ni argentino. Nuestra patria, nuestro viento, nuestros animales, nuestras plantas, el sol y la luna corriendo de este a oeste, son Patagonia y Tierra del Fuego, esa es nuestra patria.
LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA es una investigación histórica que compila testimonios de la población civil de Río Grande durante la guerra de Malvinas; cómo se vivía y se desarrollaban las actividades en los distintos sectores de la ciudad; las experiencias más variadas y personales en relación al conflicto bélico.
Sus autores son Mingo Gutiérrez, Esteban Rodríguez y Fede Rodríguez.
Fede Rodríguez
Ilustración: Germán Pasti
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