EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo “Recuerdos de Malvinas”. Seguí estos relatos todos los domingos y miércoles.

El siguiente fragmento pertenece al libro LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA (inédito). En esta ocasión, en exclusiva para los lectores de EL ROMPEHIELOS, Ester Buira, vecina del Barrio Mutual en el momento del conflicto bélico, nos cuenta su experiencia.

Un operativo en mi casa

Es imposible olvidarse de esos momentos. Fue realmente un momento bastante incómodo. Una estaba nerviosa de por sí, pensando que en todo momento estaba por pasar algo.

Una noche, inolvidable, yo salí a sacar la basura y me encuentro con… No sé cuántos eran… Yo pensaba que eran mil. Por ahí eran 10. A mí me parecieron muchísimos uniformados que no me dejaron salir a tirar la basura porque estaban haciendo una requisa en las viviendas del barrio. 

Volví a entrar y me dijeron que estaban en la casa de al lado, en la casa de Pajarillo, y que iban a ir a mi casa. Espere y llegaron sin demasiadas explicaciones. Me puse un poco nerviosa. No me quedó más remedio que abrirles la puerta. No tenía nada que ocultar pero… Fue un momento de mucho nerviosismo. 

Abrí la puerta, nos pidieron documentos a mi marido, a mi mamá y a mí. Les pedí que nos dijeran qué es lo que pasaba. Mínimamente queríamos saber a qué se debía este operativo en mi casa. Yo estaba convencida de que la guerra la estaban haciendo otros. Me dieron una explicación: buscaban ciertos equipos que estaban haciendo interferencia con sus equipos de comunicación.

Entraron con armas, pidieron la identificación, revisaron la casa. 

Me hicieron prender las luces. Yo tenía lugares de la casa que, como no los había oscurecido, no había tapado las ventanas, los tenía cerrados. Les dije que en esos lugares no podíamos prender la luz porque se iba a ver desde afuera. Me dijeron que no importaba.

Revisaron, por supuesto, y como entraron se fueron. No me acuerdo si en seguida o después la llamé a Zulema Lodeiro, porque ella estaba sola con su hermana en ese momento, y se iban a poner nerviosas. Creo que ya habían ido. Recuerdo que Zulema no tenía los documentos encima, los tenía en el auto. Tuvo que salir a buscarlos. Le pasó exactamente lo mismo. 

No sé si revisaron más casas, si encontraron algo, si nos buscaban a nosotros. No sé qué pasó pero fue un momento que me intranquilizó. 

Era una época en la que estábamos bastante resignados a que las cosas sean así. ¿Y qué más nos queda por hacer en semejante momento? Yo sabía que no tenía nada.

Yo no oculté lo que había pasado, lo comenté con mis allegados, con otra gente del barrio que no habían ido a la casa. El periodismo no cumplía la función que cumple hoy. De ocurrir una cosa así hoy, creo que sería tapa de un diario. En ese momento pasó absolutamente inadvertido. Eran las reglas de juego en el contexto que estaba viviendo el país. 

Recuerdo haberle dicho al señor que comandaba el operativo, que yo merecía una explicación. Suponía que no era a mí a quién estaban buscando. Estarían buscando algún inglés, pero no a mí. O ver si tenía algún inglés en mi casa. No sé qué pretendían.

LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA es una investigación histórica que compila testimonios de la población civil de Río Grande durante la guerra de Malvinas; cómo se vivía y se desarrollaban las actividades en los distintos sectores de la ciudad; las experiencias más variadas y personales en relación al conflicto bélico. 
Sus autores son Mingo Gutiérrez, Esteban Rodríguez y Fede Rodríguez.

Fede Rodríguez
Ilustración: Germán Pasti

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