EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo “Recuerdos de Malvinas”. Seguí estos relatos todos los domingos y miércoles.
El siguiente fragmento pertenece al libro LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA (inédito).
En esta ocasión, en exclusiva para los lectores de EL ROMPEHIELOS, Ricardo Rojo, quien en la época del conflicto bélico era empleado del INTEVU, nos cuenta su experiencia.
Baleados y perforados
Por supuesto, se alteró el ritmo de trabajo.
Topadoras, motoniveladoras, retros, camiones; todo ese equipamiento fue solicitado por el tema de la guerra para poder hacer trincheras, o para poder transportar pertrechos, o gente, o realizar cualquier tipo de obra con Defensa Civil para poder socorrer a la gente en caso de algún ataque.
Siendo personal de INTEVU, éramos personal del Estado y el Estado estaba en guerra. Todos estábamos comprometidos y abocados de cabeza a este tema.
Lo que más me quedó grabado fue el paso por el aeropuerto. Tener la cercanía, estar a 300 metros del lugar donde arribaban los aviones, donde despegaban con los exocets los A4. Los aviones que iban realmente al centro de la batalla. Contando los que salían y contando los que no volvían.
Nosotros participábamos con los pilotos arriba, en la confitería del aeropuerto, tomábamos algún café y charlábamos cuando volvían de algunas de las expediciones o de las maniobras que hacían.
Realmente era desgarrador verlos cómo se peleaban entre ellos para poder subir a algún avión. Aunque los veías baleados y perforados a los aviones, ellos subían e iban de nuevo.
Fue bastante doloroso. Una experiencia que te deja marcado a fuego.
LA NOCHE QUE SONÓ LA ALARMA es una investigación histórica que compila testimonios de la población civil de Río Grande durante la guerra de Malvinas; cómo se vivía y se desarrollaban las actividades en los distintos sectores de la ciudad; las experiencias más variadas y personales en relación al conflicto bélico.
Sus autores son Mingo Gutiérrez, Esteban Rodríguez y Fede Rodríguez.
Fede Rodríguez
Ilustración: Germán Pasti
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