Las reuniones entre los alcaldes peronistas recobraron vigencia, más allá de haber apostado a la ex presidenta, a Randazzo o a Massa. El rol de Vidal y la relación Pichetto-Cristina.
Los límites en el mapa de los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires ha vuelto a confundirse: tras las PASO, se han allanado definitivamente las separaciones entre los que se fueron a Unidad Ciudadana, los que apostaron a la experiencia sin red de Randazzo o los que están con Massa, apostando a su peronización. Las fronteras se quebraron y ahora todos hablan con todos, sin miramientos ni diferencias; se viene la elección de octubre y ya nadie cuidará las formas, como hicieron en en las primarias del último 13 de agosto.
Es tiempo de “traiciones” y de “sinceramientos”, según cada caso y la realidad de cada distrito. “Los intendentes le van a ir para atrás a Cristina. Cada uno va a cuidar su boleta y va a repartir la que sea necesaria, se llame Kirchner, Bullrich, Massa o Randazzo: se viene la traición”, asegura un jefe comunal mientras apura a su chofer para que lo traslade a una de las cenas que se realizó la semana pasada, donde se reunieron intendentes peronistas con ansias de no perder el tren del futuro del peronismo. En el Instituto Patria, búnker del kirchnerismo donde atiende Cristina y que copó La Cámpora, miran con mayor recelo a Gustavo Menéndez, de Merlo, y a Mariano Cascallares, de Almirante Brown.
Estos dos peronistas que conducen el día a día de distritos de peso innegables, son dos de los que ya hurgan cómo será la pelea peronista por el 2019 en la provincia de Buenos Aires. Otros que juegan en Unidad Ciudadana, la creación de CFK para competir sin el desechado PJ, han reavivado peleas dormidas. Una de ellas es la de Martín Insaurralde y la Fernando Espinoza, ex intendente de La Matanza, ahora candidato a diputado nacional y ex presidente del abandonado PJ bonaerense.
Entre ambos ya se disparó la carrera por ser el candidato a gobernador de ese sector por la Provincia, aupados en el poderío de la tercera sección electoral, donde están los votos lomenses y matanceros. Pero en el team de intendentes del kirchnerismo están varios que se jugaron por el proyecto K pero que fueron dejados de lado de repente, sin explicación alguna y “acostados” a la hora de definir roles y cargos.