Cada año, en plena temporada estival, la costa de Santa Cruz se convierte en escenario de un fenómeno natural que suele llamar la atención de quienes recorren sus playas. Pingüinos de aspecto desaliñado, con plumas opacas y marrones, quietos sobre la arena o en rincones poco habituales, generan dudas y preocupación entre quienes no conocen su ciclo de vida. Pero lejos de ser un problema, esta transformación es un proceso natural esencial para su supervivencia: la muda.

Para conocer y tener en cuenta

Para estas aves marinas, cambiar su plumaje no es un proceso gradual, sino que ocurre de manera abrupta. A diferencia de otras especies que renuevan sus plumas de a poco, los pingüinos mudan todo su plumaje de una vez, dejándolos temporalmente incapaces de nadar y buscar alimento. Durante este período, permanecen en tierra, más vulnerables y sin la vitalidad habitual, esperando el momento en que su nuevo abrigo esté listo para regresar al mar.

Desde el Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz, explican que es común encontrar pingüinos en este estado, pero que no necesitan ayuda ni intervención humana. “La muda no es una enfermedad, sino un ciclo natural que debemos respetar. Cada pingüino que vemos atravesando esta transformación es un recordatorio de lo increíble que es la naturaleza y de la importancia de convivir con ella sin alterarla”, destacan desde el área de Fauna del CAP.

El tiempo de la muda: un período de paciencia y resistencia

La muda es un desafío para los pingüinos. Durante este tiempo, no pueden entrar al mar, ya que su plumaje deteriorado no les brinda la impermeabilidad necesaria para regular su temperatura en el agua. Esto significa que permanecen entre dos y tres semanas en tierra, alimentándose de las reservas de grasa que acumularon en el océano antes de iniciar el proceso.

Su comportamiento también cambia: suelen moverse menos para conservar energía y pueden mostrarse más agresivos si sienten una amenaza cercana. Por eso, la mejor forma de ayudarlos es dejarlos tranquilos y respetar su espacio.

Desde el Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz, recomiendan algunas pautas clave para quienes se encuentren con un pingüino en muda:

  • Mantener la distancia y evitar cualquier tipo de contacto.
  • No intentar trasladarlo ni acercarle agua o alimento.
  • Permitir que complete su ciclo natural sin interferencias.

“Santa Cruz tiene una riqueza natural única y es nuestra responsabilidad cuidarla”, subraya Adrián Suárez, presidente del CAP. “La conservación no es solo tarea de los organismos, sino un compromiso de toda la comunidad. Respetar el ciclo de vida de cada especie es fundamental para la protección de nuestra fauna”.

Conviviendo con la fauna silvestre

En Santa Cruz, la naturaleza y la vida silvestre son parte de la identidad de la provincia. Aprender a convivir con sus ciclos naturales es clave para garantizar su preservación. Así como la muda de los pingüinos puede sorprender, cada especie tiene sus propios procesos y tiempos que, aunque puedan parecer inusuales, son esenciales para su supervivencia.

Desde el Consejo Agrario Provincial continúan trabajando en acciones de concientización y protección de la fauna, reforzando la importancia de respetar estos fenómenos naturales sin intervenir. Porque cuando se trata de conservación, muchas veces, la mejor ayuda que podemos brindar es simplemente observar y dejar que la naturaleza siga su curso.

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