Camarones es un rincón del mundo donde el viento nunca descansa y el mar dicta el pulso de la vida. Entre sus calles y su horizonte azul, las mujeres emprendedoras en Camarones han aprendido a crear, transformar y reinventarse con sus manos y su voluntad. En el Día Internacional de la Mujer, sus voces invitan a descubrir sus historias, tejidas con paciencia y perseverancia, a desandar los pasos de sus caminos que, aunque difíciles, siempre encontraron la manera de abrirse paso.
ALAS: el arte de hilar más que lana
Alejandra Pereira no solo hila lana; hila memorias, hila comunidad. Junto a un grupo de mujeres, da vida a ALAS, un proyecto que resignifica la tradición textil de la región y la convierte en una herramienta de autonomía y creación.
“Mi abuela materna realmente marcó la diferencia en mi vida. De ella aprendí el arte de hilar y tejer, pero, sobre todo, aprendí que con paciencia y creatividad se pueden transformar los obstáculos en oportunidades”, cuenta Alejandra con orgullo.

Alejandra de ALAS
ALAS es más que un taller de tejidos: es un espacio donde unas trece mujeres emprendedoras, se encuentran para compartir su tiempo, su trabajo y sus historias. “No es solo una cuestión de lana, es una cuestión de vida. Compartimos experiencias, nos acompañamos. Nos reímos, nos sostenemos. No se trata solo de crear productos, sino de construir comunidad”, explica.
Su experiencia de vida le fue brindando herramientas que hoy comparte con sus pares. En este sentido, Alejandra sintetiza sus vivencias incitando a las mujeres a “que se animen, que ninguna crea que tiene límites. Que sueñen, porque cuando una mujer sueña y trabaja por ello, el mundo se transforma”.
A-Mar: gastronomía patagónica
Carola Puracchio nació con el mar en la mirada. Creció en un pueblo donde la inmensidad azul es parte del paisaje cotidiano, pero también del alma de quienes lo habitan. Su emprendimiento, A-Mar, fusiona la esencia del océano con la gastronomía, convirtiendo las algas en una nueva manera de contar la historia del lugar.
“El camino del emprendedor siempre es cuesta arriba. Pero siempre hay alguien que te da una mano, que te impulsa. Y en Camarones, muchas veces, esa mano es la de otra mujer”, reflexiona.
En su pueblo hay mujeres que día a día sacan adelante a sus familias, que apuestan a sus proyectos con esfuerzo y dedicación. “Lo importante es hacer. Creer en una misma. Cuando algo te apasiona y lo hacés con autenticidad, encontrás el camino”, asegura.

Carola Puracchio – crédito Mariana Cassini
Amor por la naturaleza y el pueblo
Viviana López creció entre guanacos y lobos marinos, con el rumor del mar como música de fondo y las calles polvorientas de Camarones como su patio de juegos. Desde chica sintió que su lugar estaba en contar historias, en darles vida a los relatos que habitan las piedras y los paisajes de su pueblo. Hoy, como guía de turismo, su voz reconstruye el pasado y lo entrelaza con el presente.
“En Camarones hay muchas mujeres que buscan la manera de salir adelante, que rompen sus propios límites. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, han demostrado que se puede. Que no hay barreras para un sueño”, resume Viviana.

Viviana – Foto de Lautaro March
Su madre y su hermana fueron sus modelos a seguir. “Me enseñaron que no hay que quedarse en el molde, que siempre hay que aprender más, buscar más, hacer más. Que, si quiero algo, lo puedo lograr. Y como ellas, muchas otras mujeres me han demostrado que sí se puede”.
Historias con un horizonte abierto
Camarones es un pueblo de mujeres que crean, que transforman, que desafían lo establecido. Desde el tejido de lana hasta el trabajo en el mar, desde la historia hasta la gastronomía, sus manos y sus voces construyen un presente que honra el pasado y abre caminos para el futuro.
Por Diego Crova
