Corea del Norte detesta estos despliegues de poder militar tan cerca de su territorio y había advertido este mes a Estados Unidos y Corea del Sur que se abstuvieran de más “provocaciones”, por lo que se espera una airada respuesta del régimen de Kim Jong-un a los ejercicios aéreos.

En las maniobras participaron cuatro cazas furtivos estadounidense F-35B, dos bombarderos estratégicos estadounidenses B-1B y varios cazas surcoreanos F15 que simularon ataques de precisión contra “instalaciones clave” de Corea del Norte, informó el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.

Corea del Norte ya ha dicho varias veces que su desarrollo armamentístico, que demanda varias pruebas para perfeccionarse, es la única manera que tiene de defenderse de décadas de hostilidad de Estados Unidos, que tiene a decenas de miles de soldados en Corea del Sur, Japón y en bases militares en islas de Pacífico.

Washington, por su parte, utiliza sus maniobras militares como reafirmación de su determinación a no perder su supremacía histórica en la región.

En Beijing, China, lo más parecido a un aliado que tiene Corea del Norte, advirtió que una guerra no es una opción para solucionar la cuestión de la creciente capacidad nuclear militar de Corea del Norte.

El vocero del Ministerio de Defensa chino, coronel Ren Guoqiang, dijo a periodistas que todas las partes deberían ejercitar la mayor contención y evitar palabras y acciones que contribuyan a elevar las tensiones, informó la agencia de noticias china Xinhua.

Los ejercicios de bombardeos llegaron pocas horas más tarde de que Estados Unidos y Corea del Sur concluyeran hoy sus maniobras militares anuales Ulchi Freedom Guardian, de las que participaron decenas de miles de efectivos.

Las maniobras comenzaron el 21 de agosto y contaron este año con la participación de 50.000 efectivos surcoreanos, al igual que el año pasado, y 17.500 soldados estadounidenses (3.000 de los cuales están estacionados fuera de Corea del Sur), 7.500 menos que en 2016, según informó el Ejército surcoreano.

Representantes de siete países (Australia, Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca y Colombia) del Comando de la ONU, que tomó parte por Seúl en la Guerra de Corea (1950-1953), también participaron en esta ocasión en los ejercicios, que son la mayor simulación bélica computerizada del mundo.

Varios altos cargos del Ejército estadounidense supervisaron los ejercicios de este año, entre ellos el comandante del Comando del Pacífico (PACOM), el almirante Harry Harris, el jefe del Comando Estratégico, John Hyten, y el director de la Agencia de Defensa de Misiles, el teniente General Samuel Greaves.

En una rueda de prensa ofrecida un día después del arranque de los ejercicios, Harris aseguró que el Ejército de Estados Unidos confiaba en la diplomacia para resolver la actual crisis con Corea del Norte, informó la agencia de noticias EFE.

Pese a la menor presencia de tropas de Estados Unidos, que esta vez optó por no enviar grandes activos estratégicos como bombarderos de largo alcance ni un portaaviones de la flota UFG, Corea del Norte protestó enérgicamente la realización de las maniobras con el lanzamiento esta semana de un misil balístico de medio alcance.

El último test, realizado el martes, fue una “advertencia” para el país norteamericano y un “preludio significativo para mantener a raya a Guam” -isla del Pacífico sede de importantes bases militares estadounidenses-, declararon en la víspera los medios norcoreanos.

Pyongyang, que el pasado sábado rompió casi un mes de tregua armamentística con el lanzamiento de tres misiles de corto alcance, ha recrudecido nuevamente el ambiente en la península coreana y llevado al presidente estadounidense Donald Trump ha decir que hablar “no es la solución” con el país asiático.

También hoy, en Japón, la primera ministra británica, Theresa May, y su par nipón, Shinzo Abe, firmaron una declaración conjunta en la que acordaron unir fuerzas para presionar aún más a Corea del Norte ante sus constantes desafíos armamentísticos, así como expandir su cooperación militar con maniobras conjuntas. “Nuestra colaboración es muy importante en esta coyuntura crítica, en la que las provocaciones norcoreanas presentan una amenaza sin precedentes para la seguridad internacional”, dijo May en rueda de prensa, antes de trasladar al pueblo nipón “la fuerte solidaridad” de los británicos sobre este tema.

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