Bajo el título de “Confluencia”, este sábado se desarrollará Una jornada de senderismo costero en Río Gallegos. Una invitación a conectar con la riqueza natural y cultural de estas latitudes.
Este 22 de febrero, un encuentro de senderismo costero en Punta Loyola denominado “Confluencia”, en referencia al encuentro del mar y el Río Gallegos, pero también al encuentro entre quienes habitan una ciudad rodeada de estepa y ríos, abrazada por el viento; a volver a confluir en puntos de encuentro de otras épocas.
Ana Fernández, referente de la Fundación Por el Mar (PEM) en Río Gallegos, entusiasmada cuenta que este tipo de experiencias “forma parte de este nuevo interés toda la promoción turística que se está llevando a cabo” y que “está cada vez más en auge el turismo naturaleza, tanto en los extranjeros como en la gente local”.
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El recorrido planteado inicialmente consta de 12 km de sendero, el punto de encuentro será Punta Loyola, lugar donde el río Gallegos se une con el mar. “Vamos a pasar por la reserva provincial para aves migratorias, vamos a ver campos de sarcocornia, aves playeras, aves migratorias.
También vamos a pasar por el puerto donde podremos encontrar el tren y las montañas de carbón; aprender un poco sobre la historia portuaria de Río Gallegos y vamos a pasar también por la costa donde tenemos la estepa pegada al mar. Vamos a caminar entre campos de mata verde, de paramela, de coirones. Iniciaremos este recorrido en el Marjory Glen, un buque de origen escocés que hoy ya es un símbolo de la historia de Río Gallegos”.
“Río Gallegos está de nuevo retomando el vínculo con la naturaleza –opina Ana–, volviendo a salir afuera, volviendo a tomar contacto con lo que nos rodea, con el estuario, con la costa, con las aves, están acercándose a las reservas urbanas, están de a poco saliendo a correr, a caminar, a tomar unos mates en la costanera, sin importar el clima que antes parecía ser como un inconveniente para las actividades al aire libre”, y es que los patagónicos australes aprendimos a hacer todo puertas adentro porque nos habían convencido de que afuera no se podía.
Ana opina que “la gente necesita desconectar y volver a lo esencial, el lugar donde uno habita, el lugar donde uno vive y conocer nuestro entorno” como también es importante considerar que “cada vez son más conocidos los beneficios que trae para la salud tanto emocional como física las actividades al aire libre y me parece que justo nuestra provincia es un lugar ideal para las actividades al aire libre porque tenemos todos los ecosistemas, una biodiversidad inmensa y ni hablar a nivel paisajístico”.
Para tener en cuenta
Hasta el último momento, existe la posibilidad de que se posponga la actividad si hay mucho viento, por lo que primeramente hay que revisar el clima de ese día. “Por vientos de más de 50 kilómetros por hora, esta actividad se va a posponer. Pueden verificar que no haya cambios en nuestras historias de Instagram en @porelmar_org. También tenemos que tener en cuenta la movilidad para llegar hasta Loyola, cada uno puede llegar por su propia cuenta.”
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Paseo por la costa – Foto de Anto Roselli
“Lo esencial para esto es tener ropa adecuada, tanto para el viento como para el frío. Para esto recomendamos el sistema tricapas, es decir, vestirnos en capas para poder ir sacando y poniendo si el clima va cambiando. Obviamente, un calzado cómodo y agua para hidratarnos, algún snack, lo que necesitamos conociendo nuestro cuerpo a la hora de hacer ejercicio” repasa Ana entre las recomendaciones del caso.
“También son bienvenidos quienes tengan binoculares para poder hacer observación de aves, si bien vamos a contar con algunos, todo el que quiera llevar sus propios binoculares va a ser más que bienvenido y será una gran herramienta para poder hacer observación de aves”.
El encuentro es a las 9 de la mañana en Punta Loyola, puntuales porque además se tienen en cuenta los horarios de las mareas para realizar la expedición. “La actividad es sin costo y vamos a tener guías de la Fundación Por el Mar, de la Asociación Ambiente Sur, personal del Consejo Agrario y de Turismo haciendo las guiadas”.
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Marjory Glen
Son 6 km desde el Marjory Glen hasta la zona de la cartelería de la reserva. “Ahí vamos a detenernos un momento para hacer observación de aves, también en el camino vamos a estar haciendo algunas paradas para contar sobre el ambiente donde estemos caminando” y 6 km de vuelta al lugar de partida.
Para participar no es necesario tener experiencia previa en senderismo, sino solamente la voluntad de descubrir las infinitas posibilidades que la naturaleza puede llegar a mostrar en este cruce entre el río y el mar.
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Pablo Riffo