Con una larga trayectoria en la producción de semillas y plantas, la Estación Forestal 25 de Mayo –Buenos Aires– del INTA brinda recomendaciones para iniciar una plantación correctamente. Además, ponen el foco en la importancia de los árboles para mejorar la calidad de vida.

Los bosques resultan claves para garantizar la sostenibilidad del planeta, la seguridad alimentaria, el agua potable, las energías renovables y las economías rurales. Proporcionan alrededor del 20 % de los ingresos en los hogares de los países en vías de desarrollo, así como combustible con el que cocinan y se dan calor, una de cada tres personas en el mundo.

Los usos de los árboles varían entre ornamentación, explotaciones forestales, sistemas silvopastoriles, sistemas foresto-ganaderos y cortinas forestales doble propósito. En este sentido, la Estación Forestal 25 de Mayo –Buenos Aires– del INTA promueve, desde 1932, el desarrollo foresto-industrial. Con el correr de los años, la unidad se convirtió es una de las principales productoras de semillas y plantas de la Argentina.

“Asumimos desafíos y trabajamos con pasión y esfuerzo, promoviendo el uso sustentable de los recursos forestales desde la semilla hasta el aprovechamiento industrial”, indicó Vicente Dell’ Arciprete –director e investigador de la Estación Forestal 25 de Mayo del INTA–.

Cada año, de junio a septiembre, abren la temporada de venta de plantas y semillas a través de la Asociación Cooperadora con el INTA Pergamino. “Las plantaciones se pueden iniciar, en los casos de especies que comúnmente vienen envasadas o con pan de tierra, desde fines de marzo hasta septiembre”, indicó el investigador. Ese formato generalmente corresponde a las especies de hojas perennes como las casuarinas, eucaliptos o pinos.

“En el caso de las que tienen hojas caducas, la época ideal es desde junio hasta agosto” agregó Dell’ Arciprete. Por tal motivo, es que, desde la unidad brindan asesoramientos personalizados para que los interesados lleguen a los objetivos de su plantación.

En las 115 hectáreas, rodeadas de álamos, eucaliptos, pinos, robles y araucarias, se realizan también actividades de investigación, experimentación, extensión y divulgación.

Antes del inicio de la pandemia contaban con pasantías y visitas guiadas para estudiantes. “Educar en un mundo donde hay tres billones de árboles y un ritmo de deforestación actual que pone en juego a los mismos, es un punto clave para nuestro equipo”, resaltó Dell’ Arciprete.

Cuentan con clones de salicáceas (sauces y álamos) en producción como plantas (barbados), guías y estacas, cumpliendo un rol fundamental en la distribución de esos materiales para los productores de varias regiones.

Además, mantienen la instalación del banco clonal de Araucaria angustifolia con el objetivo principal de producir semillas mejoradas, realizan estudios básicos y aplicados de las principales plagas y enfermedades que afectan a los eucaliptos en el país y ensayan sobre bioinsumos para el control biológico de plagas.

EL ROMPEHIELOS

Mantienen convenios de cooperación científica, técnica y académica con la Fundación De Estudios Regionales, las Universidades Nacionales de Luján y de Mar del Plata, y el CONICET.

A pesar de contar con el equipo reducido, hacen envíos de semillas a todo el país. Las guías, estacas de salicáceas y plantas se coordinan con el comprador. Todos aquellos interesados en contactarse lo pueden hacer mediante la dirección de correo electrónico de la unidad.

Fuente: INTA

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