El cultivo de azafrán en Caleta Olivia es una experiencia inédita en la provincia de Santa Cruz. Desde enero de 2024, técnicos del INTA trabajan junto al productor José Belinde en un ensayo experimental para evaluar si esta especie puede adaptarse al clima y suelo del norte santacruceño. El proyecto, que cuenta con el acompañamiento de especialistas del INTA Bariloche, se desarrolla en un lote ubicado en el barrio 13 de Diciembre y ya arrojó resultados alentadores.
Un cultivo nuevo para la región
El azafrán no tiene antecedentes productivos en la Patagonia. Por eso, esta prueba despierta especial interés. Se utilizaron cormos provenientes de Trevelin, en Chubut, y de San Rafael, Mendoza. Los cormos son bulbos subterráneos que funcionan como reserva de energía para que una planta pueda crecer y florecer. En lugar de sembrar semillas, en el caso del azafrán se plantan estos cormos, que parecen papitas pequeñas.
Con respecto a la preparación del terreno, se trabaja sobre una franja continua de suelo arenoso con tierra oscura, que es abonado con compost y se maneja con riego por surcos, sin estructuras de resguardo. Todo el desarrollo se realizó a cielo abierto.
“La idea fue replicar las condiciones naturales de la zona, sin protección contra el viento, para ver cómo se comportaba el cultivo en este entorno”, explicó Paula Luna, responsable de la Agencia de Extensión Rural de INTA Caleta Olivia. El seguimiento incluyó el registro de temperaturas del suelo y del ambiente, calidad del agua y cada etapa del ciclo fenológico.
Los cormos se sembraron en enero y comenzaron a brotar en marzo. La floración se produjo entre abril y mayo. En la primera temporada, de los 210 cormos implantados brotaron 190, muchos de ellos con brotes dobles o triples. En noviembre se recuperaron los bulbos enterrados y se observó un fuerte nivel de multiplicación.

“La respuesta de ambas variedades fue muy buena, tanto en crecimiento como en la formación de flores y pistilos”, detalló Luna. Y destacó un dato: “Lo más importante fue la multiplicación de los cormos… aquí se desarrollaron hasta cinco bulbos de un mismo cormo”.
Este año, la floración fue ocho veces mayor que en la primera experiencia. Además, se identificaron cormos de gran tamaño, con alto poder de brotación. Para el equipo técnico, esto refuerza la hipótesis de que la zona podría ser apta para una futura producción a pequeña escala.

Una alternativa con valor agregado
El azafrán es una especie con múltiples posibilidades. Además de las hebras utilizadas como condimento gourmet, también se aprovechan los restos de la flor: pétalos, sépalos y estambres se utilizan en gastronomía, cosmética, aceites esenciales y productos artesanales.
El equipo de INTA considera que esta experiencia puede abrir una línea de trabajo para diversificar la matriz productiva local. Aunque se trata de una etapa experimental, el objetivo es recabar durante 2025 y 2026 la información necesaria para determinar si este cultivo tiene futuro como alternativa viable en la provincia.
