EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo “Ningún suelo más querido”, sobre acontecimientos de la Guerra de Malvinas. Seguí este contenido todos los lunes.

Dos son los trabajos que siguen activos en relación a la Guerra de Malvinas: el proceso de identificación de ADN de los ¨Soldados sólo conocidos por Dios¨ en el Cementerio Darwin y la detección y destrucción de minas enterradas por los militares argentinos. 

Campos minados de Malvinas

Al comienzo del conflicto, con la finalidad de evitar un asalto anfibio a Puerto Argentino, se estima que se colocaron un total de 25.000 minas en diferentes puntos de la Isla Soledad. También, en caso de un ataque nocturno, las explosiones de las minas sirvieron para alertar a los soldados argentinos.

Después de la rendición, en calidad de prisioneros, se quedaron 35 militares. 10 de estos hombres pertenecían a la compañía de ingenieros que habían hecho los campos minados.

A cargo de estos soldados estaba el Sargento Anthony Canessa con la misión de limpiar los campos sembrados de minas. Este militar inglés, nacido en Gibraltar, fue designado para esta tarea porque su lengua nativa era el español.

Al cese de hostilidades, cumpliendo al pie de la letra con las disposiciones de la Convención de Ginebra sobre la remoción de minas antipersonales, los argentinos entregaron los registros de campos minados.

Canessa los organizó como a un batallón y cada noche, revisando los croquis y los mapas, planeaban el trabajo que realizarían día siguiente. 

Los argentinos señalaban dónde estaban los artefactos explosivos y los ingleses los retiraban. Varios momentos lamentables se produjeron durante las tareas de desminado. El más trágico fue el que sucedió el 2 de julio cuando el Cabo Primero Catay pisó una mina. Sus compañeros lo sacaron del lugar, le pusieron morfina, lo llevaron en helicóptero y en el hospital le tuvieron que amputar una pierna.

Con el paso de los días, la relación entre los soldados argentinos y Canessa se hizo más personal. El ¨tío¨, como lo apodaron, les consiguió una radio a los muchachos para que escucharan emisoras argentinas y una estatua de la Virgen del Rosario ante la que algunos rezaban. Compartieron guitarreadas nocturnas junto al fuego y varios asados.

Entre 1982 y 1983, tras regresar al continente, los soldados argentinos le enviaron a Canessa cartas de amistad y agradecimiento desde Córdoba, Laprida, Rosario y otros lugares del país.

Años después, con la ayuda de su amigo, el escritor Alan Buck, Anthony Canessa escribió un libro sobre las vivencias de esos días junto a los muchachos argentinos. Pese a que varios de los lectores que tuvieron acceso al manuscrito elogiaron su mensaje humanitario, la obra fue rechazada por distintas editoriales inglesas con la excusa de no ser lo suficientemente cruenta.

Lugares como la playa de Bahía de los Gitanos (Gypsy Cove), que por su belleza natural era uno de los lugares más visitados en verano por los lugareños antes de la guerra, en la actualidad se encuentran cerrados porque sus arenas albergan muchas minas que todavía no fueron desactivadas. ¨Peligro, explosivos¨ dicen los carteles puestos sobre los alambrados que cercan el lugar.

El gobierno británico, a través de la Oficina del Programa de Desminado de las Malvinas, trabaja para limpiar de explosivos las islas.

Los encargados de peinar el suelo con detectores de metales y retirar las minas son los especialistas más experimentados mundo: técnicos de Zimbabwe. Muchos de estos hombres llevan más de 20 años haciendo este trabajo.

Los africanos forman una comunidad de unas cien personas. Algunos de los trabajadores terminan quedándose a vivir en Malvinas.

Hasta ahora lograron remover un 70% del total de explosivos.

El objetivo de las autoridades es finalizar con los trabajos de destrucción de las minas para 2022.

Texto: Fede Rodríguez
Música: Sebastián Bradley
Investigación: Fede Rodríguez y Francisco Fernández Arroyo
Imágenes Aéreas: Ignacio Robayna

“Era tal la presión que estaba recibiendo Malacalza que tuvo que replegarse a través del campo minado que habíamos preparado una semana antes. Fue caminando adelante, diciendo a los soldados que pisen donde él había pisado

Extracto del Capitulo anterior “Ese 27 fue un infierno”

MIRÁ TAMBIÉN: Ese 27 fue un infierno

Este ciclo está compuesto por material fotográfico de EL ROMPEHIELOS, recolectado en las Islas Malvinas, e historias destacadas de algunos protagonistas de nuestra historia.

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