Con el Perito Moreno como telón de fondo, este martes arrancó la tercera edición del Winter Swimming World Cup. Nadar en aguas cercanas a los 4 grados no fue solo una hazaña deportiva: fue también una celebración del encuentro entre culturas, paisajes extremos y cuerpos en movimiento. Las pruebas seguirán toda la semana en el Parque Nacional Los Glaciares.
El silencio del glaciar, interrumpido apenas por algún crujido milenario, contrastó con la algarabía que bajaba desde la costa. Voces en distintos idiomas, cantos, abrazos, gritos de aliento. El primer día de competencia de la Winter Swimming World Cup frente al Glaciar Perito Moreno fue una fiesta de principio a fin.



Desde temprano, nadadores y nadadoras de distintas partes del mundo comenzaron a prepararse para zambullirse en aguas que rondaban los 4°C. No hubo margen para el titubeo: la disciplina exige foco, preparación física y una buena cuota de coraje. Pero también hubo emoción, disfrute y gestos de admiración por el entorno.
Las primeras pruebas oficiales incluyeron distancias de 50, 100 y 150 metros, en estilos crol, pecho y mariposa. Se realizaron frente a una costa especialmente acondicionada para garantizar la seguridad, el acceso y el acompañamiento del público.

El evento no solo puso a prueba a los competidores, sino también a la logística y al trabajo en equipo. Personal del Parque Nacional, voluntarios, organizadores, autoridades y visitantes compartieron un espacio que combinó deporte, turismo y naturaleza en su máxima expresión.
Entre quienes acompañaron el inicio de la jornada estuvieron el secretario de Estado de Turismo de Santa Cruz, Rubén Martínez, y la directora provincial de Turismo, Rocío Albornoz. Ambos recorrieron el predio, dialogaron con los atletas y destacaron la oportunidad de mostrar al mundo los paisajes y la hospitalidad santacruceña.

La competencia —que forma parte de una serie de fechas internacionales— continuará durante toda la semana. Las próximas jornadas incluirán nuevas pruebas, ceremonias y actividades que seguirán convocando a decenas de personas alrededor de un espectáculo poco habitual, como lo es el nadar en aguas patagónicas, en pleno invierno, con uno de los glaciares más famosos del planeta como testigo.