José María Castiñeira de Dios (Ushuaia, 1920 – Buenos Aires, 2015). Poeta y militante justicialista.
Junto con sus padres y sus abuelos, vivió hasta los 7 años en la capital de Tierra del Fuego. Este escritor solía rememorar la época de su infancia, cuando veía el tren llevando a los presos a cortar leña al bosque, en la que Ushuaia no era más que una pequeña comarca de cincuenta o sesenta casas de madera y chapa.
Su madre y Leopoldo Marechal, quien fue su profesor en la escuela, le transmitieron el amor por la literatura.
A los 20 años, publicó en el suplemento literario de La Nación su poema “Elegía del clavel”.
A los 21 años, su obra “Del ímpetu dichoso” ganó el Primer Premio Municipal de Literatura junto con Manuel Mujica Lainez y Silvina Bullrich.
Castiñeira de Dios integró el núcleo fundador del justicialismo y acompañó desde distintos cargos políticos las gestiones de Juan Domingo Perón y Carlos Menem.
En la actividad privada fue responsable de campañas publicitarias para varias marcas como Knorr, Fiat y Nestlé.
Ocupó la Secretaría de Prensa y Difusión de Nación, el directorio del Fondo Nacional de las Artes, fue director de la Biblioteca Nacional, secretario de Cultura de la Nación, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y miembro honorario de la Academia Argentina de Letras.
Como periodista ejerció en los diarios Tribuna, Democracia, Clarín, La Nación y La Voz.
Publicó más de 20 libros, entre los que se destacan ¨Del Ímpetu Dichoso¨ (1942), ¨Campo Sur¨ (1952), ¨Las Antorchas¨ (1954), ¨El Leño Verde¨ (1960), ¨Santos Vega y Campos Sur¨ (1967) y ¨El Santito Ceferino Namuncurᨠ(1968).
José María Castiñeira de Dios es considerado uno de los poetas más representativos de la “Generación del 40” y ha recibido múltiples premios, condecoraciones y reconocimientos por su obra tanto nacionales como internacionales.
En el 2015, después de estar internado durante veinte días por una neumonía, falleció a los 95 años en la ciudad de Buenos Aires.
Compartimos con las lectoras y los lectores de EL ROMPEHIELOS unas poesías de José María Castiñeira de Dios:
CIELO DEL SUR
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo:
alto y redondo como el día,
pero sin un solo árbol,
con el sol de oro y con la luna
y el estrellerío ordenado.
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo.
Este cielo del Sur
me lo sé palmo a palmo:
aprendí sus milagrerías
desde chico, mirándolo.
Él me miraba desde arriba,
yo lo miraba desde abajo.
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo.
Voy a contarles mi secreto
del cielo sureño en el verano:
está lleno de golondrinas
allá arriba, y en lo más alto.
(las golondrinas nunca lo dejan
aunque se vuelen de los campos.)
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo
A veces la Virgen María
usa mi cielo para sus milagros,
y aunque no llueva sobre el mundo
hace llover sobre el campo quemado
y lo llena de un agua celeste
que forma el grano maduro y pesado.
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo.
Cuando giran las estaciones
mi cielo tiene más de cuatro:
Primavera, Otoño e Invierno,
Amor y Verano.
(La del Amor la tengo pintada
en los ojos de tanto mirarlo.)
Porque quiero a este cielo
me gustaría dibujarlo.
EN LA MUERTE DE EVA PERÓN
Hoy que entre paños funerarios llega
la noche al sol, la soledad al día,
y de rodillas la melancolía
toda mi patria en lágrimas anega;
mientras, rota su alma, el pueblo ruega
por quien fue la mitad de su alegría
y en túmulos de flores aún porfía
en negarla a la muerte dura y ciega;
¡canta, corazón mío, sobre el llanto
y haz del quebranto sangre de mi pluma
tú que entre tantos la quisiste tanto;
cercena tu dolor, calla tu queja,
que ya la luna tramontó y hoy suma
su resplandor al sol con que nos deja!
Fede Rodríguez
