La protagonista es la proteína alfa-sinucleína, que participa del mecanismo por el cual las neuronas se vuelven tóxicas durante la afección.

Científicos del Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA) de triple dependencia entre la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), el Conicet y el Ministerio de Salud de esa provincia, buscarán validar una proteína que producen hace 10 años y que podría convertirse en el nuevo método de diagnóstico para la identificación de Parkinson. La protagonista es la alfa-sinucleína, que participa del mecanismo por el cual las neuronas se vuelven tóxicas durante la enfermedad. De manera reciente, las pruebas realizadas por especialistas internacionales fueron exitosas y detectaron la afección en forma temprana en casi el 90 por ciento de los casos. Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista The Lancet.

El costo de esta proteína es de casi mil dólares por 500 microgramos, lo que eleva el precio del test a números inaccesibles para asegurar su disponibilidad a demanda. De ahí la importancia que reviste producir la proteína en Argentina”, enfatiza Rosana Chehín, directora del IMMCA.

Por su parte, el investigador Rodrigo Grau señala: “El método que utilizaron los científicos internacionales en el diagnóstico de Parkinson se denomina RT-QuIC. Pensamos que nos daría alta sensibilidad y especificidad para detectar la presencia de la alfa-sinucleína patológica. Esto redundaría en el tratamiento temprano y oportuno de la enfermedad”. Además, subraya el científico, “resulta esencial para la formulación de fármacos efectivos, ya que permitirá identificar a la población de pacientes para realizar estudios clínicos y para monitorear la progresión de la enfermedad”.

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a 9 millones de personas en el mundo y es la segunda enfermedad de ese tipo más frecuente en mayores de 65 años. El método diagnóstico que se usa hasta ahora está apoyado en la clínica y las neuroimágenes, pero resulta tardío porque, cuando los daños son avanzados, el proceso neurodegenerativo lleva al menos 10 años. Sin embargo, la nueva técnica podría marcar un antes y un después en la historia de la medicina.

Precoz y eficaz

El estudio publicado en The Lancet describe la prueba más grande hasta la fecha en el diagnóstico precoz de la enfermedad de Parkinson. “Los autores pudieron demostrar la potencia de esta tecnología, incluso en el diagnóstico diferencial de otras patologías neurodegenerativas como el Alzheimer o la Enfermedad de Huntington”, sostiene Chehín.

En el trabajo se analizaron muestras de 1123 personas de 33 centros neurológicos en todo el mundo. El estudio incluyó 163 voluntarios sanos, 545 personas con enfermedad de Parkinson, 54 personas que presentaban evidencia de la enfermedad en exploraciones cerebrales, 51 personas que presentaban afecciones que a menudo desarrollan Parkinson más adelante (pero aún no presentaban signos), y 310 personas que presentaban mutaciones genéticas asociadas con Parkinson pero que aún no mostraban síntomas.

La RT-QuIC realizada en los ensayos detectó tempranamente la patología en el 87 por ciento de los casos, mientras que el 97 por ciento de los voluntarios sanos arrojó valores negativos para Parkinson. “El estudio constituye el primer avance en el diagnóstico bioquímico precoz de esta patología y podría resultar un punto de inflexión en su abordaje terapéutico”, indica la directora del IMMCA.

Por su parte, Grau señala que la RT-QuIC tiene similitud con la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) cuyo uso se difundió durante la pandemia para la detección precisa y rápida del virus SARS-CoV-2. En la PCR, una pequeña cantidad de material genético de una muestra se copia varias veces. El proceso de copia se conoce como amplificación. Si en la muestra hay patógenos, la amplificación hace que sean mucho más fáciles de ver. “Mientras que la PCR utiliza material genético para amplificar, la RT-QuIC utiliza proteínas”, detalla.

Un equipo reconocido

Los especialistas tucumanos trabajan en cooperación con el Centro de Investigación del Cerebro y la Médula Espinal de París, y con investigadores de la Universidad de San Pablo, Brasil. Además, reciben financiamiento de la UNT, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, de la Provincia y también del sector privado.

En 2021, el IMMCA obtuvo dos subsidios junto al ANLIS-Malbrán y a la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI) que depende del Conicet. Uno fue del MinCyT y otro de la Organización de Estados Americanos para la validación de la tecnología con la proteína recombinante producida en el Instituto. “Estamos convencidos de que la tecnología del RT-QuIC para diagnosticar Parkinson abrirá nuevos caminos”, subraya Chehín.

El consorcio de investigación utilizará el conocimiento complementario que poseen los tres institutos que lo integran. Así, el IMMCA aportará sus conocimientos en la producción de la proteína recombinante, el desarrollo del test y el análisis de los resultados. El PROIMI transferirá su experiencia y equipamiento para el escalamiento de la producción de esta proteína y el ANLIS- Malbrán volcará su trayectoria en la validación clínica de los métodos químicos.

Fuente: Página/12

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