Del total de afectados unos 3.000 permanecen evacuados en diez centros, otros pobladores se autoevacuaron, la mayoría a la vera de la ruta en donde son asistidos por Gendarmería y el Ejército en campamentos, mientras que una cantidad no precisada están aislados y son asistidos por helicópteros.
Fuentes del Comité Permanente de Emergencias informó ayer que 2.897 personas fueron evacuadas y se encuentran en los lugares dispuestos por el gobierno de Salta, donde reciben contención alimentaria y sanitaria. “Un socavón provocado por la crecida del río en la ruta provincial 54 dejó incomunicada la población de Victoria”, expresó la ministra de asuntos Indígenas y Desarrollo Social de Salta, Edith Cruz, quien destacó que las principales tareas que se realizan en la zona afectada son “la atención sanitaria, la contención alimentaria y la emocional”. Plan de emergencia.
Indico que la primera parte de la emergencia “fue sacar a la gente hacia lugares seguros, mientras que la segunda etapa es la que estamos atravesando ahora, de contención, y la tercera será el día después de todo esto, cuando tendremos que trabajar para que las personas puedan volver a sus casas”. Ayer fue el pico máximo e histórico del río Pilcomayo a la altura de la localidad de Santa Victoria Este, que está a casi 500 kilómetros al norte de la capital salteña, había llegado a los 7, 28 metros de altura.
Esos niveles subieron aunque con tendencia a la estabilidad, siempre supeditados a lo que suceda con las condiciones meteorológicas del sur boliviano.
Asistencia sanitaria.
Los centros de evacuados son diez y en todos esos puntos, el Ministerio de Salud Pública de Salta realizá un control de cada persona que ingresa al tiempo que efectúa una campaña de vacunación.
A través de helicópteros se realizan vuelos sanitarios para sacar a personas que padecen distintas enfermedades y permanecen aislados, mientras que se asisten con elementos de primera necesidad a los aislados.
El ministro de Salud, Roque Mascarello, detalló que “tenemos que tener en cuenta que se trata de población vulnerable y que, a medida de que los cursos de agua continúen disminuyendo, retornarán a sus hogares”. “Por lo tanto, por un tiempo prudencial debemos continuar reforzando la asistencia sanitaria para evitar la circulación de ciertas patologías, como las diarreas y las enfermedades vectoriales para evitar mayores complicaciones”, aseguró el funcionario. (Télam)