Con cifras alarmantes sobre la generación de residuos, América Latina solo recicla el 10% de la inmensa cantidad de basura que produce anualmente. En un contexto internacional donde la contaminación crece a grandes pasos, la realidad latinoamericana requiere de atención inmediata.
Latinoamérica genera un total de 541.000.000 kilos de basura cada 24 horas. Es una cantidad enorme y preocupante. Y peor aún, se estima que para el 2050 esas cifras podrían crecer un 25%. Estamos hablando de mucha basura en un mundo ya saturado de residuos, en el cual enormes islas de basura flotan a la deriva en los mares y ríos de plástico corren por las calles tras las torrenciales lluvias caribeñas. Según la ONU en América Latina y el Caribe alrededor de 40 millones de personas no acceden a servicios de recolección de residuos y solo un 10 por ciento de la población recicla la basura. Estamos mal y el escenario preocupa.
Estas cifras surgen del informe “Perspectiva de la gestión de residuos en América Latina y el Caribe” presentado el año pasado por la ONU Medio Ambiente. “Una de las principales conclusiones del informe es que si bien ha habido mejoras en algunos aspectos, como la recolección y disposición, hay algunos temas que prevalecen y que son retos a afrontar, como la disposición final adecuada. Un tercio acaba en basurales a cielo abierto con impactos en salud y ambiente”, dice Jordi Pon, coordinador regional de productos químicos y residuos de ONU Medio Ambiente en América Latina y el Caribe, que formó parte del equipo que realizó el estudio.
La situación es verdaderamente alarmante y de no tomar medidas drásticas y urgentes el panorama solo continuará empeorando. “El informe de la ONU aparece casi de manera simultánea a otro del Banco Mundial, y ambos pronostican un aumento en la generación de residuos muy desalentador. El plástico es uno de los elementos para el que se proyecta mayor aumento”, explica Magdalena Donoso, coordinadora para América Latina de la Alianza Global para Alternativas a la Incineración”.
Las deficiencias en los servicios de recolección y tratamiento de residuos, sumadas a la falta de información y concientización de los consumidores, son las responsables principales de esta problemática. En orden de dar solución a esta problemática, resulta fundamental un cambio rotundo que abarque todos los niveles de producción y consumo, desde el momento en que los productos se fabrican y envasa, pasando por el embalaje para su distribución, la compra por parte de los clientes y el destino final de los productos. No solo se trata de reciclar la basura, sino de generar menos cantidad, y eso solo se logra con políticas públicas que regulen todo el proceso mencionado. El informe remarca la necesidad de que los empresarios tengan responsabilidad extendida, algo que ya sucede en otras regiones, pero está internalizado en contados países de la región. Pon enumera: “Colombia, Chile, Uruguay, Brasil, México ya tienen sistemas post consumo en práctica. Si bien es cierto que todavía queda camino por recorrer es una cuestión de tiempo; es la tendencia que llegará”.
En Ushuaia la problemática de los residuos no es diferente a cualquier otro lugar. Si bien contamos con algunas medidas como la prohibición de bolsas de nylon y las campanas del programa de reciclaje de plásticos y vidrios, o la reciente norma de regulación de los artículos plásticos de un solo uso en comercios gastronómicos, aún hay un largo camino por recorrer, y gran parte del éxito de estas medidas depende del compromiso ciudadano (el cual solo se puede lograr con educación y concientización) y del Estado en estar presente en el control y aplicación de las normas.
Abel Sberna

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