La provincia de Santa Cruz es el hogar de un ave única. Se trata del macá tobiano, pequeño animal en grave peligro de extinción el cual viene siendo, desde su descubrimiento, el foco de grandes esfuerzos de conservación en torno a los cuales se creó el Programa Patagonia de Aves Argentinas. EL ROMPEHIELOS dialogó con Kini Roesler, biólogo responsable de coordinar el programa.

Foto: Darío Podestá

Recorriendo la provincia de Santa Cruz, en el año 1974, Mauricio Rumboll hizo un descubrimiento que dio inicio a uno de los trabajos de conservación más importantes de la Patagonia. Rumboll estudiaba la migración del cauquén colorado cuando se topó, en la Laguna de los Escarchados, con una nueva especie endémica de la provincia de Santa Cruz, el macá tobiano.

Al estudiarlo se descubrió que existían alrededor de 5000 individuos, pero con el pasar de los años este numeró disminuyó drásticamente, lo cual motivo que se comience a trabajar en su conservación. Actualmente estas tareas se encuentran encuadradas en el proyecto de conservación conocido como Proyecto Macá Tobiano. “Cuando comenzamos a trabajar en 2010, descubrimos que la población había tenido un colapso y había menos de 800 individuos adultos. Desde entonces hemos ido trabajando para conocer la cantidad de individuos reproductores que hay actualmente. El número poblacional es alrededor de unos 700 individuos, lo que lo ubica en una situación crítica” explica Kini Roesler, investigador del CONICET y director adjunto del programa de conservación de Aves Argentinas, quien desde hace 10 años coordina el Programa Patagonia, dentro del cual se encuentra el Proyecto Macá Tobiano.

Este proyecto surge en 2010 con el trabajo conjunto entre Aves Argentinas y Asociación Ambiente Sur, y la colaboración del CONICET” explica Roesler. “El Programa Patagonia surge poco tiempo después que el proyecto del macá tobiano. Observamos que el macá se había constituido como una “especie bandera” que atraía la atención y el apoyo para el trabajo. Comprendíamos que no podíamos trabajar solo con una especie sino que debíamos intentar abarcar la comunidad de animales y ambientes de la Patagonia, ya que hay muchas especies amenazadas que quizás son menos carismáticas que el macá tobiano que necesitan atención” explica el investigador, quien comenta que “partir de esa idea construimos este esquema de trabajo que es el Programa Patagonia que pertenece a Aves Argentina y que incluye a toda la región, desde Neuquén hasta Tierra del Fuego. Entre las especies mas importantes que estamos trabajando se encuentra el huillín, la pequeña nutria que también habita las costas del Canal Beagle. También trabajamos con especies como el pato de los torrentes y el chinchillón anaranjado”.

Foto: Darío Podestá

Como muchas otras especies nativas de nuestro país, el macá tobiano se encuentra amenazado por varios factores que ponen en peligro su supervivencia, como la acción de especies exóticas invasoras y actividades de origen antrópico que alteran su hábitat natural. “El macá tobiano tiene una serie de factores que lo afecta en forma directa, siendo una de las más importantes el cambio climático global, lo cual genera una disminución en la cantidad de ambientes con las condiciones necesarias para la reproducción” explica Roesler. “Debido a esto el macá tobiano se encuentra en áreas más pequeñas, lo que hace que las otras amenazas tengan un impacto más grande. Esas otras amenazas son las especies exóticas invasoras, siendo las más importantes el visón americano, introducido en la década del 40 la para la industria peletera, la trucha arcoiris, y la gaviota cocinera, que si bien es nativa de las costas patagónicas, se ha expandido hacia el interior del continente siguiendo los asentamientos humanos” agrega el biólogo. 

Si bien las especies exóticas tienen un gran impacto en las poblaciones del macá, las actividades de origen antrópico también representan un facto de riesgo importante. Según Roesler, otro gran impacto que han identificado se da en las zona de invernada. “Las luces de las ciudades, por ejemplo, provocan un gran impacto en la fauna, en especial en aquellas especies que migran de noche, como el macá tobiano. Al ir volando de noche el animal confunde las luces delas ciudades con el reflejo de las estrellas en el agua, lo que provoca que vuelen hacia ellas y se choquen”. El desarrollo de ciertos proyectos también representan un riesgo para la especie, y uno de los que más preocupa en la actualidad a quienes trabajan en conservación son las represas hidroeléctricas. “Una nueva amenaza son las represas que se están construyendo sobre el Río Santa Cruz, de las cuales sabemos que van a tener un efecto sobre el estuario, donde la especie concentra alrededor del 90% de sus poblaciones durante el final del invierno” explica el biólogo.

Foto: Darío Podestá

A través del Programa Patagonia se llevan adelante diversas tareas para la conservación, no solo del macá tobiano, sino de muchas otras especies de la región. Estas actividades abarcan la investigación científica, la concienciación y educación de la sociedad, el control de las especies invasoras y el trabajo en conjunto con productores locales para mitigar el impacto de sus actividades en el habitat natural. “Las actividades que llevamos adelante son aquellas que tienen que ver con el control de las amenazas de escala local, como por ejemplo el Visón Americano, para el cual tenemos un plan de control muy grande que abarca toda la distribución del macá tobiano. Ademas contamos con un sistema de guardianes conformado por gente que protege a las colonias más importantes para potenciar el éxito de supervivencia de los pichones. Después tenemos muchas actividades educativas y de difusión que son fundamentales. Tenemos todo un área comunicacional que genera informes, notas y charlas, y también toda la parte de publicaciones científicas que dan sustento conceptual y teórico a todo lo que realizamos” explica Roesler.

En esta década de trabajo el proyecto ha obtenido grandes resultados, siendo uno de los más destacados la visibilización a nivel nacional e internacional de la importancia de la conservación del macá tobiano. “En los últimos 10 años el macá tobiano ha llegado a los grandes medios de comunicación del país. Hemos logrado una difusión enorme de la especie, lo que es fundamental para garantizar la atención del gobierno y las empresas que aportan los medios necesarios para poder seguir trabajando” relata Roesler, quien ademas destaca que los trabajos de conservación han permitido frenar la disminución y estabilizar las poblaciones. Por otro lado, Roesler resalta que “el plan de control de visón americano que comenzó como una medida de urgencia para proteger a la colonias reproductivas del macá tobiano y que hoy en día se ha expandido en las provincias de Santa Cruz, Río Negro y Neuquén, debido a que desarrollamos una técnica tan efectiva que se está teniendo en cuenta como una opción para trabajar con otras comunidades de aves”. Según el investigador, otro de los grandes logros del programa ha sido la generación del una estación biológica lindante al Parque Nacional Patagonia, la cual funciona como “un centro de actividades para el proyecto del macá tobiano, pero a la vez está abierta a toda la comunidad conservacionista y científica. Es la primera estación biológica de la Patagonia austral de estas características”.  

Foto: Santiago Ciccoli

Actualmente, y como sucede con muchas actividades relacionadas a la conservación de la naturaleza, el contexto planteado por la pandemia de COVID 19, afecta los trabajos que se llevan adelante desde el Programa Patagonia. La situación actual, que ha obligado al gobierno nacional a establecer el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, supone una gran limitación para las actividades que se pueden desarrollar, lo cual tiene un impacto directo en todos los trabajos que dependen principalmente de la presencia y las tareas de campo. “Gran parte de nuestro trabajo depende de los voluntarios. Gente que vine a trabajar al proyecto desde distinto lugares de argentina y el mundo. Nosotros necesitamos de ellos porque son la fuerza de trabajo que permite realizar las acciones de conservación y manejo que llevamos adelante. Estos voluntarios reciben una capacitación extensa en el trabajo de campo y debido al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio esto se cortó, tanto para los que estaban por venir como para los que ya tenían que irse” explica Roesler, quien agrega que “tenemos acciones de conservación en investigación en Neuquén, Santa Cruz, Rio Negro, Chubut y tuvimos que cortarlas porque no nos podemos mover. El único movimiento que estamos haciendo es el relacionado al control de las poblaciones de macá tobiano en donde se encuentra la Estación Biológica. Se tuvo que cortar el control del visón americano en algunos de los sectores donde no esta presente Parques Nacionales. Ellos pudieron continuar el trabajo dentro de las áreas protegidas, pero nosotros tuvimos que reducir nuestro trabajos. Esto puede generar que el año próximo encontremos que algunas poblaciones de visón hayan crecido porque algunas hembras atravesaron los sistemas de control”. Una vez superada la situación de crisis actual y con el retorno de la posibilidad de trabajar en el campo, se podrá determinar fehacientemente el impacto que ha tenido la pandemia sobre la conservación del macá tobiano y tantas otras especies con las que se trabaja en nuestro país.

Abel Sberna
Crédito foto de portada: Julián Escalada

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