La provincia de Santa Cruz se destaca dentro de la industria argentina de avistaje de ballenas, con un creciente interés turístico en sus costas. Esta actividad, además de generar importantes ingresos económicos, promueve la conservación marina y el turismo sustentable en la región.

Santa Cruz se ha convertido en un nuevo destino para el avistaje de ballenas, consolidándose como una actividad turística incipiente y prometedora en la provincia. Según declaraciones de Miguel Iñiguez, director de la ONG Fundación Cethus brindadas a Tiempo FM, Argentina ha desarrollado una “industria sólida” en esta área, lo que ha permitido que localidades como Puerto Deseado y Puerto San Julián se sumen al circuito patagónico. El avistaje de la ballena franca austral no solo atrae turistas, sino que también promueve la conservación de las especies marinas y el desarrollo sostenible.

El sector ha mostrado un importante crecimiento, generando ingresos considerables para las economías locales. Desde la Secretaría de Turismo de Santa Cruz destacan que esta actividad, además de ofrecer una experiencia única para los visitantes, es fundamental para la promoción de la conciencia ambiental. “El avistaje no solo trae turistas, sino que nos invita a reflexionar sobre la importancia de conservar nuestro ecosistema marino”, señalaron.

La expansión del avistaje en la provincia ha permitido que cada vez más comunidades costeras ofrezcan servicios relacionados, incluyendo paseos en embarcaciones, guías especializadas y actividades educativas sobre la biodiversidad marina. De esta forma, Santa Cruz continúa fortaleciendo su posición en el mapa del turismo de naturaleza, siendo parte de un esfuerzo conjunto para proteger los recursos naturales y ofrecer experiencias responsables.

El crecimiento de la industria también está alineado con los esfuerzos de conservación, resaltando la necesidad de un turismo controlado y respetuoso del hábitat de las ballenas. Esta actividad es fundamental no solo para atraer visitantes, sino para garantizar la preservación de una de las especies más emblemáticas de la región.

“Este fenómeno está asociado con la recuperación de las poblaciones de ballena franca, que ahora se observan en todo el litoral marítimo argentino, incluyendo la provincia de Buenos Aires,” explicó. Esta expansión es un signo positivo para la conservación de la especie. 

 Respecto a las actividades de monitoreo, Iñiguez señaló que la Fundación Cethus no realiza censos directos en la región patagónica, pero sí recopila información enviada por la comunidad y observadores. “Juntamos datos de los avistajes en Santa Cruz y Buenos Aires para tener un registro más completo,” indicó. 

 En cuanto a la legislación y protección de las ballenas, Iñiguez destacó que Argentina cuenta con un marco regulatorio sólido en las provincias donde se realiza el avistaje. “En Chubut y Río Negro, las legislaciones protegen tanto a los animales como a los prestadores de la actividad. Las leyes están bien establecidas para asegurar un avistaje responsable,” afirmó.  

La Fundación Cethus también celebra el éxito y crecimiento continuo del avistaje de ballenas en Argentina. Iñiguez destacó que el país ofrece diversas opciones de avistaje tanto desde la costa como embarcado en diferentes regiones, incluyendo San Julián y Puerto Deseado. 

 “Argentina tiene una industria sólida en avistaje de ballenas que beneficia a las comunidades costeras y ha sido reconocida internacionalmente por sus prácticas y regulaciones,” concluyó.  

Fuente: Tiempo Sur

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