En la era de lo visual, no caben dudas que hacer un polideportivo, un natatorio o embellecer calles y plazas es mucho más redituable que poner caños bajo tierra ocultos a nuestra cotidianeidad, pero que suministran los servicios más elementales para la vida humana.
Tan contradictoria fue durante años la situación sanitaria en la “Ushuaia Magnífica”, que con el apoyo del por entonces intendente Federico Sciurano (UCR), se construyó frente a la Bahía Encerrada -espacio que hasta el día de hoy se puede apreciar un olor nauseabundo- la “Nave Tierra”, una especie de casa autosustentable en la que los más pequeños hacen una promesa de respeto al ambiente. Mientras que los niños prometían, los adultos volcaban litros y litros de desechos cloacales a esa “reserva natural” sin ningún tipo de tratamiento.
La situación se volvió tan insostenible, que la ONG Participación Ciudadana, presentó ante el juez en lo Civil y Comercial Alejandro Fernández un procedimiento sumarísimo de protección de los intereses colectivos contra el Estado provincial, la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (DPOSS) y la Municipalidad por la crisis del sistema cloacal que afectaba a nuestra ciudad.
Guillermo Worman, hoy presidente de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios -en el pasado presidente de Participación Ciudadana- expuso esta semana el proyecto de presupuesto de su área para el ejercicio 2018 y dio cuenta de los avances en infraestructura sanitaria en lo que va de sus casi dos años de gestión.
Hoy, el 70% de la ciudad de Ushuaia cuenta con acceso al sistema cloacal. Hasta el 2016, ese porcentaje era cero. También hay 1400 nuevas familias que cuentan con acceso al agua potable. El funcionario indicó a EL ROMPEHIELOS que el objetivo es llegar al 100% para el año 2019.
Los planes son a largo plazo, con la intensión de evitar que el sistema cloacal y de agua potable colapse en el futuro por falta de inversión en infraestructura, por lo se diagramó el plan director a 30 años, es decir, las obras están pensadas para contener la expansión urbana.
A tal punto la infraestructura sanitaria es clave para el desarrollo humano que, según datos del área de epidemiología de la Provincia, entre el 2016 y el 2017 los casos de gastroenterocolitis se redujeron un 14%. Esta situación está directamente vinculada con el mayor acceso al agua potable y el menor contacto con los desechos cloacales.
Un dato más que no es menor: los casos más graves de gastroenterocolitis se dan en aquellos sectores de la ciudad que no tienen servicios sanitarios. De todo esto se deprende que invertir en cloacas y agua potable -aunque no se vea- es invertir en salud. Hoy se encuentra en marcha la obra “Red Troncal Karukinka Norte”, con una inversión de 12 millones de pesos, que posibilitará que las 700 familias de los barrios altos, por años abandonados por el Estado, puedan conectar sus viviendas al sistema cloacal.
Luz Scarpati
Deja tu comentario