El día sábado, el Dr. Bovcon y el Lic. Jacobi, del grupo de investigación de IIH-UNPSJB, recuperaron un ejemplar de pez espada sin vida en la costa de Puerto Lobos, marcando un registro excepcionalmente austral de la especie en Argentina.

El pasado sábado, un descubrimiento sorprendente tuvo lugar en la costa de Puerto Lobos, al norte de la Provincia del Chubut, José Galeano, el vecino que lo encontró, alertó al Dr. Bovcon y al Lic. Jacobi, miembros del grupo de investigación de IIH-UNPSJB, sobre un espécimen de gran tamaño de pez espada (Xiphias gladius) que yacía sin vida en la orilla.

El pez espada, conocido por su distintivo pico largo y aplanado, es una especie altamente migratoria que generalmente se encuentra en mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo. Los registros de esta especie en Argentina son raros, lo que hace que este descubrimiento sea aún más notable.

Los peces espada se encuentran en diversas regiones alrededor del mundo, incluyendo aguas tropicales, subtropicales y templadas, desde aproximadamente los 45° de latitud norte hasta los 45° de latitud sur. Suelen congregarse en áreas donde las corrientes marinas son prominentes. Estos peces habitan preferentemente en aguas superficiales con temperaturas superiores a los 15 °C, aunque también tienen la capacidad de nadar y cazar en aguas más frías, de alrededor de 5 °C, durante períodos cortos, gracias a órganos especializados que les permiten calentar sus ojos y cerebro.

El ejemplar será sometido a un detallado estudio por parte del grupo de investigadores y estudiantes en los próximos días. Este hallazgo no solo representa un registro significativo en términos de distribución geográfica de la especie, sino que también ofrece una oportunidad invaluable para comprender mejor su ecología, comportamiento y estado de conservación.

Los peces espada son depredadores tope en la cadena alimentaria marina, debido a que son cazadores ágiles y eficientes. Se alimentan principalmente de otros peces, aunque también pueden consumir calamares y crustáceos. Su pico afilado y su velocidad les permiten capturar presas con facilidad, convirtiéndolos en temidos depredadores en su hábitat natural. Con la posibilidad de alcanzar tamaños de hasta 3 metros, este pez ha capturado la fascinación de pescadores y científicos por igual.

Fuente: El Chubut

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