Nota del Editor: Al poco tiempo de publicar esta nota, se confirmó un caso de coronavirus en El Calafate
El cierre del parque nacional y de las fronteras, sumado al anuncio de la suspensión de vuelos confluyen en la paralización del turismo. Restaurantes comienzan a cerrar. Santa Cruz sigue sin positivos.
Hasta este martes en Santa Cruz no se registran casos positivos de COVID-19. La información oficial dada por el gobierno de esa provincia indica que en diferentes localidades existen personas aisladas asintomáticas, pero sin confirmación de positivo al coronavirus.
En El Calafate ayer se confirmó que de las cuatro personas que permanecían aisladas en el hospital local, una ya tuvo su resultado negativo, por lo que en estas horas es dada de alta.
Los 3 turistas, que se encuentran en buen estado, esperan resultados de sus exámenes para las próximas horas.
La ciudad no ha cerrado sus accesos, aunque medidas nacionales repercuten fuertemente.
Primero fue el cierre del parque nacional Los Glaciares, luego el cierre de fronteras, y ahora la suspensión de vuelos, las que hacen que no lleguen turistas a este destino.
De los que quedaron, una cantidad aun no informada debe guardar cuarentena en sus hoteles, otros se pasean por los diferentes sectores de la ciudad a la espera de su vuelo para poder volver a su origen, muchos de ellos sin haber podido conocer los glaciares.
En el único acceso a la ciudad los controles apuntan a identificar a personas que estén en tránsito y provengan de países “de riesgo” para comunicarles que deben entrar en aislamiento por el tiempo de 14 días.
Migraciones recorre los alojamientos constatando la procedencia de turistas y comunicando la orden.
El municipio dio a conocer un decreto con medidas de prevención para sus empleados y para la actividad comercial de la ciudad, ordenando por ejemplo que los lugares de comida y confiterías atiendan al 50 porciento de su capacidad de mesas.
La respuesta de casas de comida es el cierre total “hasta nuevo aviso”. Una quincena de restaurantes y similares, comunicaron que dejan de atender al público hasta una fecha no determinada. La cantidad va en aumento con el paso de las horas, porque además de evitar el contacto entre personas, los restaurantes sufren la falta de visitantes.
La actividad local se paraliza horas atrás hora. A la suspensión de clases, por orden provincial, se le sumó la decisión municipal de ordenar todas las actividades deportivas y culturales que impliquen reunión de personas.
Oficinas de reparticiones públicas comenzaron a optar por restringir horarios, trámites a realizar o por el cierre total.
Los boliches nocturnos, pubs, cervecería y similares deben cerrar sus puertas a las 00.00 hs.
Sergio Villegas
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