Un barco de lujo, un accidente en la oscuridad y un pasajero que nunca pensó volver a Ushuaia, pero terminó echando raíces.
Por Carlos Pedro Vairo
El vapor de carga y pasajeros “Monte Sarmiento” era un barco con casco de acero, de una sola hélice, construido en 1901 en Glasgow, Inglaterra, para operar en el servicio a las Indias Occidentales de la empresa Imperial West India Mail Service Company, parte del grupo Elder Dempster Shipping Limited.

Sus medidas eran de 329,6 pies de eslora, 40,1 de manga y 17,6 de calado. Tenía un peso neto de 1.323 toneladas y un peso bruto de 2.831 toneladas. Podía transportar 82 tripulantes y 350 pasajeros (100 en primera clase y 250 en segunda). En 1909, el empresario naviero austrohúngaro Nicolás Mihanovich lo adquirió por 52.000 libras esterlinas para operar en las rutas patagónicas.
La madrugada del 1 de abril de 1912, el Monte Sarmiento zarpó del puerto de Ushuaia a las 03:30 bajo el mando del capitán Francisco Soady, con rumbo hacia el este. A las 04:50, apenas una hora y veinte minutos después, chocó contra las rocas Lawrence, en la zona de Punta Remolino, un área que en aquel entonces carecía de señales lumínicas.
El capitán logró acercar la embarcación al muelle de la estancia más próxima, pero el barco quedó abandonado en un fondeadero a 500 metros del punto de impacto y a 130 metros de la costa. Todos los pasajeros y tripulantes lograron evacuar el barco en los botes salvavidas y, pocas horas después, fueron rescatados por la fragata “Presidente Sarmiento”.

El casco oxidado del Monte Sarmiento se convirtió en parte del paisaje de la Estancia Remolino, y algunos de sus restos recuperados hoy se exhiben en los museos de Ushuaia.
Entre los datos de color tenemos que en Ushuaia suben 5 pasajeros, entre ellos 2 ex penados y José Canga Quiñiones (información aportada en Diciembre de 2018 por Iure Burdisso Canga, bisnieto de José Canga Quiñiones). Éste, jurando que nunca más volvería por estas tierras, se sacó los zapatos para no llevarse una partícula de tierra. Había realizado diversos trabajos en los talleres del Presidio y para la Gobernación pero no con muy buenos reconocimientos. La paga llegaba cuando llegaban los barcos y el aislamiento era solo roto por los esporádicos viajes de las goletas, los Avisos de la Armada Argentina y uno que otro vapor.

Al naufragar y pasar esa noche en uno de los galpones de la Estancia Remolino (de la familia del ex pastor Anglicano, Lawrence) fue rescatado por la Fragata “Sarmiento” al día siguiente. Ya esta vez se quedó en Ushuaia donde formó una larga descendencia.
Publicado originalmente en Histamar