La Ruta Azul serpentea al sur de Camarones, en la provincia de Chubut, como un trazo que lleva directo a la inmensidad. A unos 15 kilómetros del pueblo, la estepa se pliega en un valle escondido entre acantilados, donde un sauce centenario se alza como guardián del tiempo. Aquí está el Cañadón del Sauce, un camping agreste donde la naturaleza fluye en una belleza prosaica.

Germán Lafuente, encargado de los campings de Patagonia Azul, describe el lugar con una fascinación evidente: “El Cañadón del Sauce es un camping situado en una formación rocosa donde se formó una laguna artificial hermosa. Es un camping increíble, gratuito y agreste donde la fauna silvestre se deja ver a cada paso”.

Dormir aquí es entregarse al universo. Las carpas se cobijan en rincones protegidos por la flora, algunas dentro de cuevas que el paso del tiempo esculpió en la piedra. “Dormir en el camping es acostarte con las estrellas que rodean todo el cañadón. Se siente muy acogedor estar aquí. Y cuando te despertás, sentir el canto de las aves, la humedad que viene desde la laguna, el rocío, el viento, es algo único”, describe Lafuente.

El público que llega al Cañadón del Sauce es diverso. Vecinos de Camarones que buscan un día de desconexión, viajeros de todas partes del mundo, escaladores que desafían las rocas, biólogos en busca de conocimiento, familias que encuentran en este paisaje un espacio para el descanso.

Servicios y comodidades

A pesar de su carácter agreste, el camping ofrece ciertos servicios esenciales: ocho sitios de acampe con mesas y bancos, baños secos y húmedos, duchas de agua caliente, una zona de wifi en el centro de informes y un fogón comunitario dispuesto como un anfiteatro bajo las estrellas. Cuatro miradores con senderos cortos permiten explorar el entorno, admirar la laguna y sentir la inmensidad del cañadón.

Quienes llegan deben estar preparados. Llevar agua potable, ropa larga para protegerse de las espinas, buen calzado para sortear las piedras sueltas y, sobre todo, una cámara. “Muchas veces pensamos que en la naturaleza necesitamos muchas cosas para estar cómodos, y nada más alejado de eso. Simplemente es entender y siento que ese es el objetivo del proyecto: impactar lo menos posible, pero generando estos espacios donde se pueda instalar una carpa y disfrutar de la naturaleza sin modificarla”, reflexiona Lafuente.

Un ecosistema vibrante

La fauna es la verdadera dueña del lugar. En las cuevas de los acantilados, halcones y aguiluchos encuentran refugio. Y en la laguna, a menos de 300 metros del camping, las aves acuáticas crean su propio santuario.

“En el sauce duermen varias especies. Se suelen ver a los tucúqueres, que son unas lechuzas. También hay mucha fauna de la estepa en este lugar, ya que está alejado unos 15 kilómetros de la costa. Se pueden ver muchos guanacos y choiques. Muchas veces los choiques se acuestan en el valle y se esconden entre el pastizal para descansar. No hay nada más lindo que despertarse al lado de un choique que también pasó la noche allí”, relata Lafuente.

Quienes han pasado la noche aquí coinciden en una escena inolvidable: el instante en que los guanacos forman una línea interminable en los bordes del acantilado, una procesión de sombras en la penumbra, como si vigilaran la eternidad. “Creo que lo que a la mayoría le sorprende es cuando los guanacos se ponen en los bordes de los acantilados formando una silueta perfecta contrastando con el cielo. Es una imagen realmente hermosa”, recalca Germán.

El abrazo de la naturaleza

Acampar en el Cañón del Sauce es sentir el abrazo del paisaje. Los acantilados, las estrellas, la brisa que danza entre los coirones, el susurro que emite el follaje del sauce que ha visto pasar el tiempo. Todo confluye en una contención sutil, en una experiencia que no se trata solo de estar en la naturaleza, sino de ser parte de ella.

Desde allí se pueden realizar distintos senderos, a pie o en bicicleta. El lugar está habilitado durante todo el año.

Datos útiles y consejos:

Camping Cañadón del Sauce: está a 14 km al sur de la localidad de Camarones por la RP1 (de ripio), dentro del Portal Isla Leones. Cuenta con sitios de acampe, baños secos, duchas calientes, agua corriente (no potable), fogones, mesas con bancos y WiFi.

Está ubicado a 259 km desde Comodoro Rivadavia, a 254 km desde Trelew y a 305 km de Puerto Madryn.

Se recomienda planificar con anticipación: llevar alimentos, agua y todo lo necesario para disfrutar de la estadía.

Para consultas: @proyectopatagoniaazul

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