Se trata de una iniciativa innovadora impulsada por diversas instituciones en la provincia de Río Negro que busca transformar las aguas residuales tratadas en un recurso valioso para el riego de cultivos forestales y forrajeros. Esta línea de trabajo es estratégica para localidades ubicadas en zonas áridas y semiáridas de la Patagonia, en donde no se dispone de agua para desarrollar producción agrícola.

Para ello, mediante la firma de convenios entre distintas instituciones, se lograron implementar módulos productivos en las plantas de tratamiento de efluentes de General Conesa y San Javier. Estos módulos incluyen ensayos forestales dedicados a la multiplicación de material vegetal, producción de especies ornamentales y evaluación del desempeño de los diferentes materiales utilizados.

El aprovechamiento de aguas tratadas para riego no solo contribuye a la reducción de vertidos en cuerpos hídricos naturales, una demanda social creciente, sino que también genera oportunidades productivas, haciendo uso de un recurso de alta disponibilidad, que aporta nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.

“La implementación de estos módulos productivos de baja escala representa un importante avance hacia la búsqueda de soluciones concretas para enfrentar los desafíos actuales que implica el manejo responsable de vertidos y el cuidado de los cuerpos de agua naturales. Asimismo, abre nuevas posibilidades productivas en diferentes regiones, promoviendo la adopción de prácticas responsables y respetuosas con los recursos naturales”, destacó Manuel García Cortés – jefe de la agencia de extensión rural del INTA San Javier–.

El Departamento Provincial de Aguas (DPA), la Estación Experimental INTA Valle Inferior, la Comisión de Fomento Fuerte San Javier y Aguas Rionegrinas Sociedad Anónima (ARSA), lideran estas iniciativas mediante la firma de convenios específicos para cada caso. En las plantas de tratamiento de San Javier y General Conesa, los módulos productivos instalados, permiten evaluar el desempeño de los materiales forestales usados (sauces y álamos), obtener material de plantación, evaluar el sistema de captación y distribución de los efluentes y hacer un seguimiento de los cambios que se producen en el suelo.
“Los materiales forestales fueron seleccionadas por su relativa alta tasa de crecimiento, alto consumo hídrico y bajo costo de implantación”, señaló García Cortés.

Un futuro prometedor

En áreas de secano de Patagonia Norte, la reutilización de aguas residuales tratadas se presenta como una solución estratégica para la creación de espacios productivos que permitan el aprovechamiento de este recurso. Este enfoque no solo contribuye con la conservación de los recursos hídricos, sino que también permitiría incrementar la capacidad productiva de regiones sin acceso a agua para riego.

El próximo paso incluye la instalación de módulos forestales adicionales y la automatización del sistema de captación, distribución y riego. “Estimamos que el desarrollo de estos sistemas nos permitirá recabar la información necesaria para diseñar esquemas de producción a mayor escala”, concluyó el profesional del INTA Valle Inferior.

Esta iniciativa marca un avance significativo en la gestión de recursos hídricos, demostrando que, con innovación y colaboración, es posible transformar un desafío en una oportunidad para el desarrollo regional y el cuidado de los cuerpos naturales de aguas y sus entornos.

Fuente: INTA

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