ONU Mujeres es la organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Como defensora mundial de mujeres y niñas, ONU Mujeres fue establecida para acelerar el progreso que conllevará a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y para responder a las necesidades que enfrentan en el mundo.
La institución apoya a los Estados Miembros de las Naciones Unidas en el establecimiento de normas internacionales para lograr la igualdad de género y trabaja con los gobiernos y la sociedad civil en la creación de leyes, políticas, programas y servicios necesarios para garantizar que se implementen los estándares con eficacia y que redunden en verdadero beneficio de las mujeres y las niñas en todo el mundo. Trabaja mundialmente para que los Objetivos de Desarrollo Sostenible sean una realidad para las mujeres y las niñas, y promueve la participación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida. La Entidad se centra en cinco áreas prioritarias:
- Aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres;
- Poner fin a la violencia contra las mujeres;
- Implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y seguridad;
- Mejorar el empoderamiento económico de las mujeres;
- Hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo.
Asimismo, ONU Mujeres coordina y promueve el trabajo del sistema de las Naciones Unidas en pos de la igualdad de género y en todos los debates y acuerdos relativos a la Agenda 2030. La Entidad trabaja para lograr un mundo más inclusivo con la igualdad de género como elemento fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El desarrollo sostenible requiere adoptar medidas en tres frentes: el social, el económico y el ambiental. Las mujeres son fundamentales para lograr el progreso en cada uno de estos ámbitos, como se reafirmó en el acuerdo Río+20 de 2012, que establece compromisos para asegurar la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres. Esto exige el empoderamiento de las mujeres y la eliminación de obstáculos discriminatorios en diversas áreas, entre ellas la agricultura, la energía, la salud, la educación, el empleo y la reducción del riesgo de desastres.
ONU Mujeres promueve el empoderamiento económico de las mujeres como parte de la agenda más general para el desarrollo sostenible, prestando especial interés a la economía verde y el cambio climático.
La agencia de noticias EFE publicó este martes 6 de febrero que un grupo de 80 investigadoras y tecnólogas viajarán a la Antártida dentro de un proyecto que pretende sumar a mujeres para que adopten roles de liderazgo en la ciencia y la lucha contra el cambio climático.
Alicia Pérez Porro, bióloga marina; Alexandra Dubini, experta en energías renovables en la Universidad de Córdoba; Ana Payo, oceanógrafa, y Uxúa López, ingeniera en telecomunicaciones, son las cuatro representantes de España elegidas entre más de 300 candidatas para embarcarse en esta aventura a partir del 14 de febrero y durante tres semanas.
Están convencidas de que el reto contra el cambio climático no puede prescindir más del talento y creatividad de las mujeres.
Este proyecto, que nació en Australia y que celebra ahora su segunda edición, se llama Homeward Bound y supone un programa de liderazgo y empoderamiento para mujeres de todo el mundo del ámbito científico y tecnológico con el cambio climático como telón de fondo: esta es la primera vez que se ha montado un equipo español.
La iniciativa se enmarca en un proyecto más amplio, a diez años, con el objetivo de que, al finalizar este plazo de tiempo, se cree una red mundial de mil mujeres líderes contra el cambio climático.
Esta se trata de una gran oportunidad para observar y contrastar los efectos del cambio climático en un lugar emblemático como la Antártida, visitando cinco estaciones científicas -de China, Rusia, Reino Unido, Argentina y EEUU-, explica Pérez Porro.
La primera española en pisar la Antártida fue la oceanógrafa y bióloga Josefina Castellví, en los años 80, que dirigió la base española, pero este continente sigue siendo “tradicionalmente masculino”, afirma Pérez, para quien este viaje puede suponer un granito de arena para cambiar ese imaginario colectivo y que las niñas, también los niños, vean que “las mujeres pueden llegar a cualquier parte”.
Se trata, dice, de crear referentes y romper el sesgo que existe desde el principio, por ejemplo, a la hora de que las niñas estudien carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pero no solo eso, también las mujeres tienen que ocupar más puestos de responsabilidad para ayudar a poner fin a la brecha en ciencia.
Este viaje, por tanto, tiene “una gran carga simbólica”, tanto en la parte de género como en la lucha contra el cambio climático porque cualquier cosa vinculada a este reto se nota primero en la Antártida.
Las 80 seleccionadas no van a hacer experimentos científicos en la Antártida, pero sí van a compartir y aprender del trabajo de los investigadores de las cinco bases científicas que van a visitar y a trazar un plan de acción para trabajar conjuntamente tras el viaje.
Y es que, tal y como están documentando las expertas del equipo español, los efectos negativos que tiene el calentamiento global son superiores en las mujeres, entre otras razones porque disponen de menos recursos, menos acceso a la educación o justicia.
María Fernanda Rossi