Un grupo de investigadores del CONICET identificó una nueva especie de almeja fósil en el Valle Inferior del Río Chubut. El hallazgo, en la zona de Bryn Gwyn, aporta datos clave para reconstruir el ecosistema marino que cubría la región en el Mioceno.

Hace unos 20 millones de años, buena parte del norte de la Patagonia estaba bajo el mar. El actual Valle Inferior del Río Chubut, junto con áreas de Puerto Madryn y Península Valdés, formaba parte de un mar poco profundo, templado y diverso que se extendía sobre la estepa.

Durante décadas, las investigaciones paleontológicas se centraron sobre todo en grandes mamíferos marinos, peces y animales terrestres que habitaron esta región. Pero los invertebrados marinos, pequeños y difíciles de conservar, quedaron al margen.

Según explica Damián Pérez, investigador del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET) lo que sucede es que este grupo “a veces solo aparecen como moldes en la roca, sin la conchilla. Se preservan muy mal”, explica.

Pérez, Junto a José Cuitiño, también del IPGP, e Ignacio Soto, de la Universidad de Buenos Aires, decidieron abordar lo que hasta ahora era un vacío: la fauna de moluscos que formó parte de aquel ecosistema marino.

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Una ventana al Mioceno patagónico

Luego de recoger innumerables muestras en la zona de Bryn Gwyn, Pérez junto a José Cuitiño, del mismo instituto, e Ignacio Soto, del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, lograron descubrir una nueva especie de almeja denominada Neovenericor camachoi.

“Nos encontramos con una almeja de un grupo que se llaman cardítidos, que todavía existe y que se encuentra en varias partes del mundo, pero que era mucho más importante tiempo atrás que hoy en día. Encontrar hoy un cardítido es muy difícil, son muy chiquitos, de un centímetro o dos. Nosotros hallamos en este mar cardítidos de 12 y 15 centímetros”.

Bryn Gwyn es uno de los puntos turísticos más importantes del Valle Inferior del Río Chubut y es muy conocido por su potencial fosilífero, especialmente en lo que refiere a vertebrados terrestres. Pero, hasta el momento, a los invertebrados no se les había dedicado demasiado tiempo de estudio.

Un refugio marino en el corazón del Valle chubutense

La nueva especie muestra similitudes con moluscos hallados en Nueva Zelanda y en otras zonas de la Patagonia, como Comodoro Rivadavia y Río Negro. Eso sugiere que el mar que cubría el Valle pudo haber funcionado como un refugio particular para esta familia de bivalvos.

Foto: gentileza investigadores IPGP-CONICET.


El trabajo forma parte de una investigación más amplia que busca reconstruir el ambiente y la biodiversidad del Mioceno marino en la Patagonia. “Queremos integrar los datos sobre invertebrados a un contexto más general”, resume el investigador.

En este sentido, su objetivo a largo plazo, “es que la Formación Gaiman y la Formación Puerto Madryn tenga los mejores registros de mares antiguos del país en cuanto a cantidad de conocimiento porque sabemos que tiene ese potencial”.

El nombre de la nueva especie rinde homenaje al paleontólogo Horacio Camacho, pionero en el estudio de moluscos fósiles en Argentina, y referente en paleogeografía y bioestratigrafía.

Fuente: CENPAT – CONICET
Foto de portada: El paleontólogo Damián Pérez en la zona de Bryn Gwyn

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