Recorrer la estepa patagónica con un grupo de curiosos que aprenden a detenerse, a mirar de cerca y a descubrir que bajo cada mata silvestre late un universo oculto. Esa es la propuesta de la guía de turismo en Caleta Olivia, Becky Bermúdez, impulsora de talleres interpretativos que combinan teoría, caminatas y la emoción de observar la flora nativa con lupa y microscopio.
En diálogo con Radio Provincia, Becky cuenta que desde marzo desarrolla talleres de dos o tres meses de duración, donde se combina el aprendizaje en el aula con salidas prácticas de campo. “El mundo invisible está ahí, pero uno no lo ve porque no se detiene. Cuando caminamos lento y miramos, aparece el asombro y la conexión inmediata”, cuenta Becky, en diálogo con Radio Provincia, convencida de que la contemplación abre puertas sensibles y emocionales.



En su tercer ciclo de salidas, el foco está puesto en las flores silvestres de la Patagonia. Durante dos meses, los participantes se adentran en cerros cercanos a la ciudad, completan fichas de campo y reconocen estructuras diminutas que sostienen la vida. “Es alucinante dar el conocimiento en el mismo sitio donde crece la planta. La gente ve cómo el polen llega al óvulo y se maravilla”, cuenta con entusiasmo.
Las jornadas se desarrollan por la mañana o por la tarde, según el grupo. Aunque duran dos horas, casi siempre se extienden: la naturaleza impone su propio ritmo. El público es diverso: estudiantes de turismo, trabajadores ambientales, jubilados y amas de casa que se acercan por curiosidad y terminan enamorados de la flora local.

Las caminatas aportan información técnica, pero también abren una puerta a lo invisible. “Si ya tenemos el mundo invisible debajo de nuestros pies, con toda esa microfauna que se relaciona con las raíces, imaginate arriba también. Eso mismo que pasa abajo, pasa arriba”, explica Becky.
Lo sorprendente, dice, es que muchas veces las plantas pasan desapercibidas incluso en las actividades al aire libre. “Uno no se detiene a mirar. Si no te detenés, no podés ver. Y en estas salidas sucede lo contrario; caminamos lento, nos detenemos, contemplamos. Entonces la gente empieza a ver, a asombrarse y a conectar. Es inmediato, es lo sensitivo, es lo emocional. Uno ve, mira e inmediatamente conecta y ahí aparece el asombro y el énfasis, el decir ‘¡wow, qué impresionante esto!’”.
Entre todas, Becky tiene su preferida: la Grisellia chiloensis, conocida como botón de oro. “Este año me impactó porque floreció incluso en pleno invierno. Fue impresionante ver tantos capítulos amarillos en junio. Esa resiliencia nos habla también del cambio climático que ya se hace visible en nuestra flora”, explica.
Los talleres son arancelados y se anuncian en redes sociales, donde Becky comparte fotos, relatos y el calendario de inscripciones. Su objetivo es claro: invitar a la comunidad a descubrir el “mundillo invisible” de la estepa y valorar la riqueza natural que muchas veces pasa desapercibida.
Quienes deseen participar en los talleres pueden encontrar a Becky en Facebook como Becky Bermúdez o en Instagram como Becky.nature.vide. También pueden contactarla al teléfono 297-432-5459, donde comparte toda la información sobre fechas e inscripciones.
