La frase pertenece al investigador Esteban Frere y resume el trabajo que se desarrolla en Cabo Vírgenes, donde un equipo interdisciplinario encabezado por el Consejo Agrario Provincial monitorea con dispositivos GPS a los pingüinos de Magallanes para conocer sus recorridos, zonas de alimentación y hábitos de buceo en el mar durante la temporada reproductiva.
En la colonia de pingüinos de Magallanes más austral del continente, la respuesta empieza a construirse con tecnología satelital y mucho trabajo de campo. En diálogo con LU14 Radio Provincia, Esteban Frere, investigador asociado a la Wildlife Conservation Society (WCS) y docente del Centro de Investigaciones de Puerto Deseado (UNPA), explicó los alcances de un estudio que busca conocer en detalle las áreas de alimentación, los recorridos y el esfuerzo energético que realizan los pingüinos durante la temporada reproductiva.
El monitoreo se realiza sobre ejemplares adultos que tienen pichones en el nido. A ellos se les colocan dispositivos GPS de apenas unos centímetros, livianos y diseñados para no interferir en su comportamiento. “Los equipos se adhieren en la parte baja de la espalda, cerca de la cola, para no afectar el buceo. Durante algunos días, los pingüinos salen al mar a alimentarse y regresan al mismo nido”, donde los investigadores recuperan los dispositivos y descargan la información.
Qué revela la tecnología
Los datos que aportan estos GPS van mucho más allá de una simple ubicación. Permiten “reconstruir las rutas en el mar, identificar las zonas donde se alimentan, conocer la profundidad y frecuencia de los buceos, la velocidad de desplazamiento y estimar el gasto energético diario que implica salir a buscar alimento para ellos y para sus pichones”.
Frere remarcó que este trabajo completa una línea de investigación que se desarrolla desde hace años en la colonia de Cabo Vírgenes. Hasta ahora, el foco había estado puesto en el seguimiento poblacional en tierra. “Nos estaba faltando entender qué pasaba con los pingüinos en el mar”, explicó, y ahí la tecnología se volvió una aliada clave.
El estudio se realiza de manera articulada entre el Consejo Agrario Provincial, Fundación Por el Mar, WCS Argentina y equipos de investigación de la UNPA. La logística es tan compleja como meticulosa, porque implica marcar nidos, registrar ubicaciones y volver a encontrar, entre más de 120 mil parejas reproductivas, a los mismos individuos que portan los dispositivos.
Volver al nido, siempre
Hay algo que parece obvio, pero no deja de asombrar: aunque la colonia se vea toda igual, los pingüinos vuelven exactamente al mismo nido. Frere lo compara con algo muy cotidiano. “Así como cualquiera puede volver a su casa en una ciudad llena de gente, ellos reconocen el paisaje y encuentran su lugar en la colonia”.
Los primeros resultados comenzarán a procesarse en los primeros días de enero. Las áreas de alimentación aparecen como el dato más urgente y relevante, ya que permiten evaluar si esos espacios están protegidos y si las condiciones del mar acompañan el éxito reproductivo de la colonia.
En Cabo Vírgenes, entre el viento persistente y el sonido constante del mar, la ciencia sigue sumando piezas para comprender mejor la vida de esta especie emblemática de la Patagonia.
