Las une un vínculo de sangre y mar: sentimientos de cariño, admiración y protección, como los valores de vocación de servicio y amor por la Patria.

La Suboficial Segundo Pamela Carina Ávalos y las Cabos Principales Lorena Soledad y Cecilia Isabel Ávalos son hermanas. Nacieron en Adrogué (Almirante Brown, sur del Gran Buenos Aires), a excepción de Cecilia, que nació en Lomas de Zamora.

Sin embargo, sienten por Punta Alta –ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano donde ejercen su profesión– un gran afecto, ya que viven allí desde pequeñas cuando su mamá Claudia se mudó a la ciudad. “Yo tenía sólo 5 años cuando llegamos y nos criamos acá”, dijo Lorena, la mayor de las hermanas de 38 años. A Lorena le siguen Leonardo de 37 años, Pamela de 36 y Cecilia de 35.

La Suboficial Segundo Pamela Ávalos fue la primera en ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Armada. “Somos todos muy seguidos y en realidad el primero en ingresar a la Armada fue Leonardo, quien en 2004 fue Infante de Marina”, dijo, aunque independientemente del incentivo de su hermano, ella tenía un interés genuino en conocer la Armada: “Ingresé dos años después, porque quería pertenecer a la Fuerza”.

La Cabo Principal Cecilia Ávalos fue la última en ingresar en 2008 y como a Lorena la movilizó el espíritu de superación y el camino de sus hermanos: “Una deja de lado la comodidad de la vida cotidiana y enfrenta los desafíos de servir a la Patria”, aseguró. “Por cuestiones personales nuestro hermano no pudo continuar, pero siempre nos dijo que era una vocación hermosa, que no era sencilla la vida militar, pero que valía la pena vivirla; no se equivocó”, destacó la menor.

“Todos los hermanos fuimos como incentivándonos a ingresar y mamá nos motivaba también”, dijo la Suboficial Segundo Pamela Ávalos. “Nuestra mamá está muy contenta y realmente orgullosa de nosotras”, agregó. “Está feliz”, manifestó Lorena, para luego agregar: “No fue fácil al principio; cuando ingresé tenía a mi hija de 4 años y quedó al cuidado de mamá; egresar fue mi mayor logro y orgullo y como un premio para ella y mi hija”.

Cecilia reforzó: “Está orgullosa, lo dice en cada oportunidad que tiene y se refleja en su cara, cuando nos ve vestir el uniforme”.

Como su mamá, su hermano y el resto de la familia que se encuentra en Adrogué y José Mármol, se sienten felices y orgullosos de que las hermanas pertenezcan a la Armada, de la misma manera los esposos, hijos e hijas de cada familia que conformaron en Punta Alta.

Allí, las hermanas Ávalos han vivido en diferentes barrios como La Nueva Bahía Blanca, Ciudad Atlántida, Albatros XIV, y en el centro de la ciudad. Todas llevaron a cabo sus estudios primarios en la Escuela N º 22 “La Rioja” y los secundarios en el Colegio Nacional (Actual EES Nº 5). Cecilia y Lorena comparten jugar al hockey juntas en Club de Puerto Belgrano.

Una para todas y todas para una

Tienen el orgullo de pertenecer a la Institución hace más de 15 años y hoy se encuentran destinadas en la Base Naval de Puerto Belgrano. Pamela está en la División de Destructores (DVDE), Lorena en el Comando de la Flota de Mar (COFM) y Cecilia en el Comando de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada (COAA).

“Nuestros trabajos son diferentes porque tenemos distintas especialidades. No nos ha tocado un destino en común, y particularmente he revistado en Buenos Aires hasta el 2015”, comentó Pamela quien es del escalafón Furriel.

Lorena es del escalafón Apoyo General Peluquera y Cecilia pertenece al escalafón Comunicaciones. “Ojalá algún día nos toque trabajar juntas, sería muy lindo tenerlas a mi lado”, dijo Lorena, mientras Cecilia destacó: “Siempre busco el asesoramiento de mis hermanas, que tienen más conocimiento y experiencia en la Armada”.

Cecilia desarrolla actualmente sus tareas en la División Comunicaciones del COAA. Recordó sus dos Campañas Antárticas de Verano (CAV); la primera en 2013/ 2014 siendo parte de la dotación complementaria en Base Decepción y la segunda durante CAV 2017/2018 a bordo del aviso ARA “Estrecho San Carlos”. “En Decepción era la única comunicante, fue un desafío vivir casi 3 meses en la base, manteniéndola operativa; subir a la antena para colocar otras y recibir las comunicaciones y radio en la isla”, relató.

Como Furriel, Pamela está encargada de las tareas administrativas navales en la DVDE. “Me gusta mucho lo que hago y volvería a elegir este escalafón”. También recordó su paso por la corbeta ARA “Espora” en 2018 y 2019, período en el que navegó mucho y disfrutó la vida a bordo. “Navegar es una linda experiencia donde se conocen excelentes personas y profesionales”, justificó.

Lorena se desempeña como auxiliar de peluquería en el COFM y contó que entre sus mejores recuerdos está su participación en el Ejercicio Naval Combinado “Unitas”, realizado con la Marina del Brasil a bordo del destructor ARA “Brown” en 2019: “Era la primera vez que embarcaba como peluquera; fue una hermosa experiencia, mis días en el mar y la convivencia con el personal a bordo. Además de cortar el cabello navegando, también cubrí diferentes maniobras en cada puerto brasileño”.

Pamela remarcó la experiencia de navegar y el apoyo incondicional de su madre y hermanas cuando debieron ausentarse: “Siempre estamos una para la otra cuando lo necesitamos, a nivel personal y profesional. Nos convertimos de tías en madres y estamos todas al pie del cañón para que podamos cumplir con el servicio”, agregó Lorena.

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