Mientras en Casa Rosada las mesas de negociaciones se abren a la posición colonialista, se ofrecen ventajas sobre nuestros recursos y se desconoce la cuestión soberana, en Tierra del Fuego la realidad es sumamente diferente.

Aquí, la provincia que incluye en su territorio a las Islas del Atlántico Sur y a la Antártida, aparece con un sensación de traición atroz. No se le permite a la legítima gobernadora de Malvinas participar en las negociaciones que ponen a disposición recursos naturales largamente codiciados. Se asoma una vieja discusión que todos creíamos sellada desde 1991.

Provincia Grande – Provincia Chica: ese fue uno de los debates más profundos a la hora de trabajar sobre la ley que convertiría al Territorio Nacional de Tierra del Fuego en un distrito independiente.

Existieron dos posturas claramente diferenciadas. Una disponía la provincialización de la Isla Grande, Isla de los Estados y Año Nuevo, dejando librada a las políticas exteriores de la República Argentina la inclusión de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur. La otra mirada -que finalmente prosperó-, las incluía.

Cuando se den las condiciones de asunción libre y plena del poder constituyente, recuperación, ocupación efectiva, repoblación y ejercicio indiscutido de la Argentina de la soberanía nacional, pacíficamente reconocida por la comunidad internacional, se considerará institucional y legalmente la posibilidad de integración de la nueva provincia”, sostenía el diputado Ricardo Cornaglia, quien fue una de los representantes del proyecto de provincia chica.

Desde la Tierra del Fuego, el entonces diputado Martín Torres encabezó la segunda postura, la que incluía a las islas del Atlántico Sur.

Muchos parlamentarios sostenían que “el desmembramiento de dicho territorio nacional -por las Malvinas e islas del Atlántico Sur- que es una unidad histórica, geográfica, económica, política y administrativa”, no se ajustaba a derecho.

En este sentido, el senador Jiménez Montilla dijo en su discurso que “la provincialización de la Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur, es la afirmación de nuestros derechos sobre los territorios en cuestión y el ejercicio de la soberanía por este Parlamento con respecto a ellos”.*

El mensaje parecía claro: la afirmación de derechos era lo que debía no solo prosperar, sino comunicarse al mundo.

19 años hubo que esperar para que el Congreso Nacional sancionara la Ley Nº 26.552, que define los límites de Tierra del Fuego.

La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur comprende: la parte oriental de la isla Grande de Tierra del Fuego hasta el límite con la República de Chile, la isla de los Estados, las islas Año Nuevo, las islas Malvinas, la isla Beauchêne, las rocas Cormorán y Negra, las islas Georgias del Sur, las islas Sandwich del Sur, otras islas, islotes y rocas situados en aguas interiores y en el mar territorial generado a partir de dichos territorios de conformidad con lo previsto en la Ley 23.968, incluidas las islas, islotes y rocas situados al sur de la isla Grande de Tierra del Fuego hasta el límite con la República de Chile; los territorios situados en la Antártida Argentina comprendida entre los meridianos 25° Oeste y 74° Oeste y el paralelo 60° Sur, las islas, islotes y rocas situados entre los territorios que comprende la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”.*

Jorge López, Secretario de asuntos relativos a Malvinas, afirmó en FM del Sur que somos respetuosos en cuanto a las facultades y a las competencias que hace a las relaciones internacionales, pero más allá de eso planteamos el decoro mínimo de estar informados con anterioridad, de participar en la postura, que nos consulten, mantener un diálogo en relación a los temas, más allá de estar en la mesa misma de negociación”.

A priori, parece insólito que se negocien los recursos naturales de un distrito sin que los representantes del mismo -democráticamente elegidos- no estén presentes en la discusión. Pero es lo que actualmente sucede.

Estamos trabajando para que se nos considere y se considere nuestro punto de vista, pero no encontramos el eco suficiente y todos los hechos que han ocurrido estos días nos han llamado la atención en cuanto a las formas, fundamentalmente el discurso de apertura del Canciller en la 41 reunión consultiva del tratado antártico, que pareciera hecho a propósito, porque manifiesta la importancia del turismo, la importancia de Ushuaia, la importancia de Tierra del Fuego, sin la presencia de la provincia”, agregó el funcionario.  

Según López, “se ponen de manifiesto en estos encuentros las estadísticas de Ushuaia, hablan de la ciudad, pero Tierra del Fuego está ausente. Estas cosas duelen, molestan y preocupan”.

En el tema Malvinas las implicancias aún son mayores, porque está en juego nada más y nada menos que la soberanía de nuestras Islas y sus mares adyacentes. La cancillería mantiene un silencio de radio no solo con nuestra provincia sino con todo el pueblo argentino”.

No puede justificarse ningún debate que propicie la entrega total, no solo de nuestros peces y de nuestro petróleo, sino de la idea soberana de la integración del archipiélago a la “Provincia Grande”.  

Carlos Latorre, veterano de Malvinas, advirtió que “estamos viviendo todo esto con mucha preocupación, pero más que preocuparse también hay que ocuparse; si esto sigue adelante se va a reconocer a Inglaterra como país ribereño en Malvinas y olvídense, perdemos todo”.

Se nota la angustia en la voz de Latorre cuando recalca: “Olvídense de la causa Malvinas, olvídense de las islas, de todo”.  

Entre nosotros hay mucha preocupación y estamos dando nuestras opiniones a través de tres canales que tenemos: el Observatorio Cuestión Malvinas, La Comisión Nacional de Veteranos de Guerra y la Confederación Nacional de Veteranos de Guerra, que es la que nuclea a la mayoría de los centros de excombatientes de todo el país, contó.

Para el veterano, “todo esto es muy preocupante, están negociando mi casa. Primero hablemos de soberanía, cumplamos las resoluciones del Comité de Descolonización de Naciones Unidas, después hagamos los negocios que quieran”. 

Pensar en la Carpa de la Dignidad que cada 2 de Abril se puebla de vecinos dispuestos a homenajear a aquellos que dieron su vida por la causa. A los que nadie les preguntó si querían salir al campo de batalla a disparar o a recibir un impacto de bala.

La desazón de observar la desesperación que advierten los que volvieron, poniendo de manifiesto una realidad incontrastable es desoladora. 36 años después, lejos de descansar en sus logros, tienen que seguir batallando. Ya no son balas, pero son heridas que duelen aún más porque vienen del mismo lado de la frontera.

Carlos Latorre lo define de una manera sencilla pero feroz: “Estamos resignando soberanía. ¿Qué nos importa? ¿El dinero o la sobernaía?”.

Eso, ¿qué nos importa?

 

María Fernanda Rossi
Punto & Coma 1982/1992
Luis Benito Zamora
Espiando la Historia – 1996 – Luis Benito Zamora

 

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