Una de las problemáticas más graves que enfrenta el mundo es la contaminación por plásticos. La pandemia de COVID 19 ha provocado un importante aumento en el uso de artículos descartables y los desechos ya se están haciendo notar en todo el mundo.
Plásticos en todos lados. En el fondo del mar, flotando en la superficie, en los hielos polares y en las altas montañas, en el aire, en el agua, en nuestra comida, en el estómago de animales… el plástico es uno de los mayores contaminantes de nuestros tiempos. En los últimos años la conciencia sobre esta problemática y la necesidad de combatirla ha crecido considerablemente. Grupos ambientalistas de todo el mundo han llevado adelante campañas que han logrado visibilizar el problema al punto de que muchas administraciones gubernamentales han comenzado a tomar medidas y aplicar nuevas políticas para la regulación del uso del plástico. En Tierra del Fuego los artículos de un solo uso se encuentran regulados por ordenanzas municipales de las tres ciudades y en muchos ámbitos su uso está prohibido.
La problemática tiene su origen en la forma en que nuestra cultura produce, consume y descarta los productos, muchos de los cuales desde hace décadas están elaborados principalmente a base de plásticos, el cual tarda desde décadas hasta centurias en degradarse en el ambiente. Además, muchos de estos productos son descartables o tienen una vida útil muy corta. Se estima que el mar recibe anualmente entre 5 y 13 millones de toneladas de plástico, el cual se acumula en la superficie, en las columnas de agua y en el fondo. Este plástico se degrada en partículas pequeñas conocidas como microplásticos y afecta a los ecosistemas y a las cadenas tróficas, terminando muchas veces en nuestro comida.
La pandemia de COVID 19 no podría haber llegado en peor momento. Mientras en el mundo se estaban realizando enormes esfuerzos para fomentar la transición hacia las economías circulares y reducir la cantidad de plásticos que se producen y comercializan, la crisis sanitaria mundial significó un duro golpe para las iniciativas que buscan aliviar al mundo de los residuos plásticos. Si bien se desconocen las cifras de cuanto ha aumentado el consumo de artículos descartables, el incremento se hace evidente al observar las medidas que se están tomando en todo el mundo para prevenir los contagios. En el ámbito hospitalario algunos artículos son fundamentales, como las mascaras de protección, los guantes de látex para evitar contaminación cruzada, la indumentaria de protección personal, etc. Estos elementos, esenciales para prevenir el contagio del personal de salud, se encuentran en su mayoría elaborados a bases de materiales plásticos y son descartables, por lo que la cantidad de residuos que generan los hospitales y centros de salud son enormes. Estos desechos, considerados residuos patológicos, requieren de tratamientos especiales y lamentablemente no todas las comunidades se encuentran en condiciones de garantizar que estos procesos se realicen de forma adecuada.
Por otro lado, las medidas de sanidad no se acotan solo a las instituciones de salud, sino que la población en general también debe seguir pautas impuestas por los gobiernos, como la utilización de mascarillas, para disminuir el riesgo de contagios. Si bien se recomienda el uso de tapabocas de elaboración casera, las cuales pueden ser sanitizadas y reutilizadas, mucha gente opta por las mascarillas comerciales descartables. Ademas, la desinformación y el miedo lleva a que mucha gente utilice otros elementos, como guantes de látex, los cuales no ofrecen ningún tipo de protección frente al contagio. Otro ejemplo de la falta es que en el inicio de la pandemia mucha gente se volcó al consumo de agua embotellada por temor a que el agua de red estuviera contaminada. El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio instalado en nuestro país desde mediados de marzo ha obligado a los comercios a cerrar sus puertas y a trabajar mediante el envío a domicilio de sus productos. En cuanto a rubro de la gastronomía esto representa un gran aumento en el uso de artículos descartables de plástico, como bandejas, cubiertos y envoltorios que, lamentablemente, en localidades como la nuestra que no cuentan con un programa de tratamiento de residuos sólidos urbanos que contemple el reciclado, terminan en el relleno sanitario (en el mejor de los casos) o diseminados por los espacios públicos y eventualmente en entornos naturales como el bosque, la playa y el mar.
Muchos lugares del mundo que ya contaban con normativas para restringir el uso del plástico han dado marcha atrás con estas medidas y los artículos de un solo uso como bolsas de polietileno están regresando. Hay quienes afirman que existe presión por parte de la industria del plástico para instalar la idea de que este material ofrece mayor seguridad en el contexto actual, financiando estudios que aseguran que el uso de plásticos garantiza la salud pública. Si bien en algunos casos está justificado, en otros puede ser reemplazado fácilmente si se observan medidas de sanidad básicas como el correcto lavado de manos y superficies. Las administraciones gubernamentales y entidades publicas también están emitiendo recomendaciones que fomentan el uso de descartables, lo que genera gran preocupación entre los movimientos ambientalistas. Algunos protocolos que se están elaborando para la re apertura de industrias y comercios obligan a la utilización de utensilios plásticos de un solo uso. En Estados Unidos trascendió un borrador de protocolos emitido por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en el cual se establecen pautas que los restaurantes deberían cumplir para poder re abrir sus puertas. Entre ellas se recomienda usar menús y cubiertos desechables, platos y vasos de papel y sorbetes plásticos.
Aún desconocemos la escala del impacto que tendrá sobre el ambiente el uso de artículos descartables durante la pandemia, pero podemos intuir que será grave. Actualmente se pueden encontrar miles de imágenes provenientes de todo el mundo donde se ven mascarillas y guantes de latex desechados en espacios públicos. Esto es solo la punta del iceberg ya que la situación actual ha modificado por completo nuestros hábitos y amenaza con destruir los avancen alcanzados tras años de trabajo. La salud humana es, en este momento, una prioridad, pero no se puede perder de vista que la situación actual está intimamente relacionada con el daño ambiental. De continuar por este camino estaremos atentando contra la salud de las generaciones futuras y lejos de aprender de nuestros errores los estariamos cometiendo nuevamente. En este contexto, donde lo más importante es la salud, no debemos olvidar que ella depende principalmente de un ambiente saludable.
Abel Sberna