Un nuevo nacimiento que da impulso a la conservación del ciervo más austral del mundo
La imagen recorre las redes y llena de ternura: una pequeña cría de huemul entre los bosques andinos del noroeste de Chubut. Se llama Coihue, nació en la Estación de Cría y Recría de Huemules del Parque Nacional Lago Puelo, y su llegada representa un nuevo paso en la recuperación de una de las especies más emblemáticas —y amenazadas— de la región patagónica.

La cría nació a fines de abril, en condiciones controladas y monitoreadas por el equipo técnico del área protegida, como parte de un proyecto de conservación desarrollado por la Administración de Parques Nacionales, en conjunto con el Gobierno del Chubut y el CONICET.
“Desde su nacimiento, la cría se mantuvo junto a su madre y bajo permanente observación para asegurar su adaptación y bienestar”, señalaron desde el Parque Nacional. El estado general de salud es bueno y, de continuar así, en los próximos meses comenzará la etapa de fortalecimiento y vinculación con su entorno.
Coihue es hijo de Plata y Coirón, dos de los huemules fundadores del centro, y se suma a Shehuen, Aluen, Ñire y Cabela, nacidos previamente en este mismo espacio.
Este nacimiento es un indicador de que las condiciones de cuidado, alimentación y manejo son óptimas para la reproducción de esta especie declarada “En Peligro” tanto a nivel nacional como internacional.
Una especie símbolo, en peligro
El huemul (Hippocamelus bisulcus) es el ciervo más austral del mundo. Habita los bosques y estepas cordilleranas de la Patagonia andina, pero durante el último siglo sufrió una drástica disminución de su población. Se estima que en Argentina sobreviven menos de mil ejemplares, distribuidos en pequeñas poblaciones aisladas.
Entre las principales amenazas se encuentran la pérdida de hábitat, la competencia con ganado doméstico, enfermedades compartidas con animales domésticos, la caza furtiva y la baja tasa reproductiva. Por eso, cada nacimiento cuenta. Y cada paso hacia una recuperación planificada, también.
El proyecto de cría y recría en Lago Puelo es una de las líneas de trabajo que buscan fortalecer la población local, en el marco del Plan Nacional de Conservación del Huemul, coordinado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.

Conservación en acción
Tal como publicó ADN Sur, Coihue es la segunda cría nacida en la estación en menos de un año. El primero fue “Ñorquín”, nacido en julio de 2023. Ambos forman parte de una estrategia que combina manejo ex situ (fuera del ambiente natural) con procesos de reinserción futura.
El centro Shoonem, creado gracias al trabajo conjunto entre Fundación Temaikèn, investigadores, autoridades provinciales de Chubut y el respaldo del sector privado —en especial de Pan American Energy (PAE)— ha logrado un hito sin precedentes: realizar un seguimiento detallado del ciclo reproductivo del huemul en condiciones controladas, algo prácticamente imposible en vida silvestre.
El primer paso se dio en agosto de 2022, cuando comenzó la conformación del plantel reproductivo de huemules en la Estación de Rehabilitación y Recría del Parque Nacional Lago Puelo. Cada traslado es una operación meticulosa: se capturan ejemplares en el momento justo —cuando las nevadas permiten mayor visibilidad y accesibilidad— y se los traslada primero en bote y luego por tierra, en vehículos preparados para sortear la nieve y el terreno patagónico.
Llegan dentro de cajas diseñadas especialmente para su especie, y al llegar al centro, se abren las puertas. Los huemules salen despacio, olfatean, observan, se adentran en el bosque. Con el tiempo, eligen su territorio. Si así lo desean, se agrupan.

Fotos: Centro de recría Shoonem
Desde ese momento, comienza una etapa de seguimiento técnico y cuidado permanente. Se evalúan parámetros clínicos y sanitarios, se obtienen muestras (sangre, pelo, materia fecal, medidas corporales) y se colocan collares VHF para monitoreo remoto.
Gracias a esta tecnología, cada día se puede saber cómo están los ejemplares: dónde se mueven, cómo se vinculan entre sí, si alguna hembra está preñada o si una cría como Coihue —la más reciente— está creciendo como se espera.


Fotos: Fundación Shoonem
El monitoreo no solo aporta datos científicos: también es una forma de acompañar. Porque en este rincón de Chubut, la conservación se construye con paciencia, tecnología… y mucho amor por la vida silvestre.
Cada vez que una cría de huemul nace en cautiverio, se activa una cadena de trabajo, cuidado y compromiso. Pero también, algo más profundo: una señal. En tiempos donde el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la presión humana ponen en riesgo a muchas especies, el nacimiento de Coihue recuerda que la conservación también se escribe con gestos pequeños, pacientes, sostenidos.
