La empresa Monsanto, responsable de la producción y comercialización de agroquímicos a nivel mundial, enfrenta un juicio en Estados Unidos tras ser acusada de ser responsable por el cáncer de un hombre que trabajó durante años aplicando el más famoso de los productos de la firma, el RoundUp.

En nuestro país es un nombre conocido, asociado a cientos de reclamos y manifestaciones populares. Monsanto es una empresa que opera en casi todo el mundo y es la responsable de la fabricación y comercialización de productos agropecuarios como semillas modificadas genéticamente y poderosos agroquímicos. Las técnicas, como el monocultivo, desarrolladas gracias a la tecnología de Monsanto han cambiado radicalmente la agricultura desde que vienen siendo aplicadas desde hace varias décadas.

Pero junto con su éxito comercial, Monsanto cuenta con la reputación de ser responsable directa de graves daños ambientales y de causar, a través de sus productos, severos daños a la salud de las poblaciones que se ven afectadas por las fumigaciones. En Argentina la lucha popular contra las fumigaciones tiene larga data y ha cosechado algunos triunfos, pero la realidad es que la utilización de agroquímicos como el RoundUp sigue siendo de los más utilizados.

Si bien, desde el comienzo de su comercialización allá por la década de los 70, la empresa ha insistido en que su producto estrella no tiene consecuencias para la salud humana, diversas investigaciones científicas sugieren con contrario y, a causa de las evidencias recogidas por dichos estudios, en el año 2015 la agencia internacional de la Organización Mundial de la Salud para la investigación del cáncer (IARC) clasificó el glifosato como “probablemente carcinógeno para los humanos”.

Ahora la empresa enfrenta un hecho inédito. Un hombre diagnosticado de cáncer terminal la ha llevado a la justicia de los Estados Unidos, haciéndola responsable de su enfermedad. Se trata de DeWayne Johnson, un hombre de California cuyo cáncer se ha extendido a través de su cuerpo. El padre de tres hijos y ex jardinero de la escuela, a quien los médicos dicen que solo le quedan meses de vida, es la primera persona en llevar a juicio a Monsanto por las acusaciones de que el químico vendido bajo la marca RoundUp está relacionado con el cáncer. “Monsanto ha hecho todo lo posible por intimidar… y luchar contra investigadores independientes”, dijo el abogado Brent Wisner, quien presentó correos electrónicos internos de Monsanto que, según dijo, mostraron cómo la empresa agroquímica rechazó investigaciones críticas y advertencias de expertos a lo largo de los años mientras perseguía y ayudando a escribir análisis favorables de sus productos. “Lucharon contra la ciencia”, afirmó.

Según la querella, la empresa es consciente de los posibles efectos dañinos para la salud pero que sistemáticamente han operado mediáticamente para ocultar este hecho. Wisner asegura, respaldado en correos electrónicos internos de la empresa, que en la década de los 90 Monsanto estaba trabajando con un experto en genotoxicidad que, luego de revisar una serie de estudios, expresó su preocupación por los impactos de RoundUp en los humanos y sugirió nuevas áreas de investigación. Después de los análisis del experto, los representantes de Monsanto comenzaron a considerar la búsqueda de un experto diferente y también comenzaron a trabajar en un comunicado de prensa diciendo que el producto no conllevaba ningún riesgo, según el abogado de Johnson.

Este juicio representa la lucha de un hombre común contra una empresa de gran poder sobre la cual pesan incalculables intereses económicos alrededor del mundo. Su definición, la cual está en manos de la justicia de los Estados Unidos, podrá tener una gran influencia en la toma de decisiones futuras sobre la utilización de agroquímicos en países como el nuestro, donde predomina el uso de los herbicidas y pesticidas de la firma.

 

Abel Sberna

 

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