Minutos antes de encontrarme con Mariano Torre para hablar de la presentación de su primer trabajo unipersonal “Fueguino”, tuve un casual (?) encuentro con su director, Juan Carlos Malpeli.

Creo sin dudas que esta nota empezó allí, donde pude saber que Malpeli vivió tres años en Ushuaia, que trabajó en el Museo del Fin del Mundo, que su obra plantea un relato con aportes de vivencias de otros. Y lo más destacable -para mí por lo menos-, que este recóndito territorio representa para él su lugar en el mundo.

Mariano llegó a la Casa de la Cultura, y en la Sala Niní Marshall iniciamos nuestra charla.

ER: ¿Cómo surge Fueguino?

MT: A mí me da vueltas en la cabeza casi desde que me fui… el cómo devolverle a la isla todo lo que me dio, como aprovechar el mundo mágico que tiene la isla, donde no hay ningún otro lugar de Argentina, que tiene esta cualidad fantástica de indómita y salvaje, de leyendas, que me parecía súper interesante de aprovechar. También era en el momento que yo estuviera preparado como artista, venir acá y decir “a esto me fui, esto es lo que aprendí”. Y además, una manera de empezar a llegar a la isla de otra manera, de permanecer más tiempo y no sólo poner plata sino que también trabajo acá.

Mariano cuenta que cuando su madre empezó a trabajar con Malpeli en “Náufragos” (obra teatral fueguina que gira en torno al hundimiento del navío Monte Cervantes), surgió la idea de llevar adelante un nuevo proyecto conjunto con el director teatral.

“Tengo muchos amigos que son autores, pero para mí era muy difícil a un autor de Buenos Aires transmitirle algo que desconoce, cómo es pisar la turba, cómo se siente el frío real. Todo esto si no lo viviste es muy difícil de explicar. Con lo cual la aparición de Juan fue como ‘es la persona’” asegura.

El actor interpreta la voz de la isla, y desde ese lugar cuenta a todos sus personajes, “desde quienes me habitaron, quienes vinieron, a quienes perdone, que me están haciendo”.

Luego de 8 meses de ensayo la obra “se parió” y se estrenó el sábado pasado en Ushuaia. “Fueguino se tenía que estrenar en el fin del mundo para que los primeros que digan ‘sí, llevala a otros lugares’, sean los fueguinos, y para que la isla tenga voz y diga ‘ésto muchachos’”.

ER: ¿Te sentís identificado con algún personaje?

MR: Sí, con todos. Soy un poco Julio Popper, un poco Allen Gardiner, soy un explorador, todos parten de mí. Lo sádico de Popper es mi sádico que lo canalizo en Popper y eso está buenísimo porque después en mi vida no soy así. Soy todos esos que están ahí y soy otros también. La puta es la que dice el relato más cercano a mi coherencia respecto a quienes vienen a hacer plata a la isla, o el que viene a construir con plata y hace algo que le gustó en Punta del Este pero que no tiene nada que ver con este lugar donde hay una identidad.

ER: Dentro de la obra se hace mención a Península Mitre. Eso tiene una intención… ¿Cuál es?

MT: Ese lugar tenemos que preservarlo a como dé lugar. Península Mitre es una biblioteca biológica para el mundo y para las generaciones futuras. Es uno de los pocos lugares en el mundo que quedan vírgenes con el agregado de historia de más de 800 naufragios y pueblos originarios que vivieron en ese lugar. Tenemos un tesoro y creemos que el tesoro es hacer una ruta de mierda costera que va a acercar a todos ahí. Me parece que todo esto también es porque nos vamos comiendo a la isla. Seguimos siendo extractivitas y depredando, seguimos haciendo la guerra para que haya paz y esto para Juan Carlos y para mí era lo que nos movía detrás de la obra: la isla diciendo “paren”, me están haciendo pelota.

ER: ¿Cómo está tu práctica ambiental ahora?

MT: Hay momentos donde tengo tiempo para estar más activo en algunos temas. Pero más allá de eso estoy ocupado en crear un nuevo mundo y no en denunciar el viejo. Me parece genial que alguien lo haga porque claramente alguien lo tiene hacer, pero no es la que me vibra a mí. Tampoco me interesan los partidos políticos, me interesa hacer política sin partidos, porque si está partido no es para todos: está partido. Mi compromiso ambiental tiene que ver conmigo desde que me despierto hasta que me duermo.

ER: ¿Qué proyección tienen para “Fueguino”?

MT: Fueguino entra en una valija grande y está hecha para viajar por el mundo. Arrancaremos para Buenos Aires, seguiremos por México y luego mi idea es hacer lo que vaya apareciendo en latinoamérica e irnos para Europa. La idea de tener una obra chiquita y fácil de transportar es viajarla por todos lados, quiero ir al conurbano, a Tolhuin, a Rio Grande a Puerto Madryn, quiero hacer la Patagonia.

Mi idea y después de las críticas que recibo es empezar a venir, que me llamen y hacerla en escuelas, mostrarla y generar el entender dónde estamos parados, que nos genere una identidad.

Mariano resume este término en un momento de la historia fueguina: la jura de la constitución fueguina realizada el 01 de Junio de 1991.

Allí, y luego de que doña Elena de Mingorance jurara nuestra carta normativa, una persona del público gritó: “el pueblo quiere jurarla“. “Si pienso en ese momento me largo a llorar, habla de lo generosa que es la isla y de que estamos haciendo historia. Somos parte de la historia, donde la isla te invita a ser parte”.

La última presentación de “Fueguino” se realizará este miércoles 22 a las 21 hs en la Sala Niní Marshall. Las entradas pueden adquirirse un rato antes del inicio de la obra en la Casa de la Cultura municipal.

Agostina Giorgio

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