EL ROMPEHIELOS entrevistó a la Dra. Nancy Fernández, experta en educación ambiental, investigadora de la Universidad de Tierra del Fuego y presidenta de la Asociación Manekenk para conocer su opinión sobre la gestión y el tratamiento de los residuos en la ciudad de Ushuaia, como así también sobre su visión acerca de la aproximación a la educación ambiental de parte del Estado.

La gestión de residuos en la ciudad de Ushuaia es un problema que atraviesa a todas las gestiones de gobierno que se han sucedido desde hace décadas. Con el crecimiento de la población y el desarrollo de la industria la problemática se ha acentuado y la falta de políticas para paliar la situación se hacen cada vez mas evidentes. Mientras algunos sectores aislados de las sociedades toman iniciativas particulares para mitigar el impacto de los residuos y crear conciencia, el Estado Municipal parece no dar en la tecla con las medidas necesarias en orden a dar solución a un problema que crece a pasos agigantados. Sobre este tema, EL ROMPEHIELOS dialogó con la Dra. Nancy Fernández, experta en educación ambiental. Fernández es docente investigadora de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y presidenta de la Asociación Manekenk de Educación Ambiental.

ER: En general ¿Cuál es el estado actual del tratamiento de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Ushuaia?

NF: Actualmente lo que se percibe es una muy lenta mejoría en el tratamiento de los residuos por parte de la Municipalidad de Ushuaia. Sin embargo, todas estas mejorías para optimizar el tratamiento de residuos son muy espasmódicas, muy dependientes de la gestión de turno y del personal a cargo del área correspondiente. Esto implica que algunas políticas que han sido exitosas no tienen continuidad y otras se dejan en manos de particulares. No contamos con normas ordenadoras que generen y den lineamientos de la política sobre residuos. A pesar de la existencia de la Ley Nacional de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, no hay una ley provincial ni ordenanza municipal en Ushuaia, por lo que los lineamientos de las políticas de tratamiento de residuos quedan a la deriva, quedando en manos de pliegos de contratación de empresas y de decisiones políticas de funcionarios de turno. Por eso las medidas suelen ser discontinuas y al no tener continuidad no transforman el sistema, por lo tanto, no llegan a la comunidad produciendo una transformación sustancial.

ER: ¿Crees que las medidas que se han implementado hasta el momento son suficientes para las necesidades de la ciudad?

NF Las medidas como por ejemplo Ushuaia Recicla o el convenio con Pulpo son medidas individuales y cortoplacistas. La gestión de los residuos, que debería estar en manos del Estado, se deja a particulares, por lo que tenemos pequeños programas dando vueltas por la ciudad, como recolección de tapitas, recolección de envases pet, latas etc. También vemos campañas de limpiezas, algunas organizadas por empresas que en cierta forma invaden territorios en términos jurisdiccionales de competencias sobre a quien corresponde intervenir espacios públicos como áreas verdes o playas. Por otro lado, la gestión de los residuos está muy fragmentada, por lo que se aplican medidas en el ejido municipal pero no se “cruza la vereda” al ámbito provincial, habiendo una ausencia de acuerdos y trabajo en conjunto entre provincia y municipios, fracturando la gestión de los residuos por cuestiones territoriales o de abordajes individuales. Esta es una opinión muy personal, pero pienso que la gestión de los residuos no debería estar en manos de los ciudadanos ni de programas aislado. La buena gestión de residuos debe ser abordada desde una política pública global, fuerte y sólida, con normativas estrictas y controles exhaustivos.

Hoy tenemos restaurantes que no separan los residuos pues no hay normas que lo exijan, y los que sí lo hacen, lo hacen “de onda” al ser abordados por particulares. En términos de gestión esto es un tema que lo que hace es poner la responsabilidad en los individuos cuando en realidad es del Estado. Los ínvidos deben aportar con el pago de sus impuestos para que el Estado gestione el tratamiento de los residuos. Sobre los ciudadanos recae la responsabilidad de hacer un consumo responsable y separar los residuos en origen, mientras que la gestión eficiente, el tratamiento ambientalmente sustentable de los residuos y el control recae sobre el Estado.

ER ¿Qué sucede con los residuos electrónicos e industriales?

NF: Con respecto a los residuos electrónicos e industriales no existe, ni ha existido, ningún tipo de propuesta en ninguna gestión. En 2019 desde Asociación Manekenk llevamos adelante una investigación sobre residuos electrónicos, en el marco de un proyecto de la Organización Internacional del Trabajo. Mediante este estudio determinamos que el tratamiento de los residuos electrónicos son una fuente viable de trabajo. Las experiencias regionales, como en Santa Fe o La Plata, demuestran que el tratamiento de residuos electrónicos da trabajo a mucha gente organizada en cooperativas, que separan los residuos y les den su disposición final en función de sus distintos componentes. Pero para que esto se pueda aplicar son necesarias políticas públicas globales y eficientes sostenidas en el tiempo.

ER Como experta en educación ambiental, ¿crees que desde el Estado se tiene en cuenta la educación para abordar las problemáticas ambientales de la ciudad? En tu opinión, ¿cuál debería ser la aproximación a la problemática de los residuos desde la educación?

NF: Basada en mi experiencia, lo que observo con respecto a las actividades que lleva adelante el municipio es que no se trata de educación ambiental lo que hacen. En todo caso es sensibilización o concienciación. La otra cuestión que observo es que se apunta exclusivamente al sector infantil. Esto responde a un paradigma surgido allá por la década del 80, a partir del cual se pretende poner la responsabilidad en los niños, con el argumento de que las futuras generaciones son las que van a mejorar el mundo y que lo que los niños aprenden se lo transmiten a sus padres. Esto es falso, es un paradigma que ya no existe, fue superado por nuevas visiones de la educación ambiental, con nuevos enfoques que tienen que ver con una mirada de la educación mas crítica, que pone el eje sobre los diversos grados de responsabilidad. No es la misma responsabilidad la de un niño que la de un adulto. Según mi entender están basándose en estrategias de concientización ambiental que están pensadas desde paradigmas que ya fueron superados.

Quienes hacemos investigación sobre educación ambiental estamos plantados en que la responsabilidad es de los adultos. Noto que hay un escaso trabajo con adultos, poco desarrollo en la comunicación ambiental, no hay campañas publicitarias en los medios, en la vía pública ni en las redes sociales. Pero por sobre todas las cosas, como dije anteriormente, hay una ausencia total de control. Sin esto toda gestión cae en el vacío.

Abel Sberna

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