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Invierno en la Tierra del Fuego
Por Rae Natalie Prosser de Goodall

¿Qué se puede hacer en invierno? ¿Vienen turistas en invierno? ¿Vale la pena hacer un viaje?

Las repuestas dependen de lo que a usted le guste hacer. Si le agrada estar fuera, no le molesta el frío, y se deleita con los hermosos paisajes, entonces sí vale la pena un viaje a la Tierradel Fuego en invierno.

El invierno es nuestra época del año calma, así que se pueden esperar muchos días fríos, claros, serenos y hermosos. Hay nieve, por supuesto, especialmente al sur de los llanos. Algunos inviernos no cae nada de nieve. Otros está amontonada por todos lados, y el hielo nunca desaparece de las calles.

Ushuaia tiene la desventaja de que está al sur de las montañas y a su sombra, para que, aunque hay luz desde las 9 hasta las 17, hay solamente una o dos horas en que el pueblo mismo está bañado por el sol.
¡Pero qué lindo es después que cae la nieve fresca! ¡Qué magnífico ver la nieve adherida a los árboles en el valle de Tierra Mayor! Cómo nos encantan las cascadas escarchadas y los carámbanos colgados de las rocas sobre la Ruta 3!

Sí, los caminos se llenan con nieve. Sí, hay días en que es mejor no cruzar las montañas. Pero Vialidad normalmente abre los caminos otra vez rápidamente, y la gente local viaja entre Ushuaia y Río Grande tanto en invierno como en verano. Vale la pena llevar algunas frazadas y un poco de comida, si por las dudas se queda empantanado. Pero si pasa esto, los amables fueguinos los sacarán del apuro…, porque ayudar a los viajeros es regla invariable en Tierra del Fuego.

Vale la pena observar el hielo sobre los ríos. Mientras que escarcha y deshiela durante el invierno, se forma hielo, que luego es levantado y roto durante un deshielo, y luego se escarcha nuevamente bajo el hielo viejo. Con otro deshielo el río desborda, y enormes pedazos de hielo – grueso a veces hasta de un metro – están desparramados sobre el valle y amontonados uno sobre otro como gigantes losas rotas. Esto se ve más fácilmente en la primavera incipiente sobre el río Ewan, o cerca del puente sobre el río Grande. Desde un avión se ven témpanos en miniatura yendo al mar desde el río Grande y otros ríos.

Pero no hay que esperar ver verdaderos témpanos, como los hay en la Antártida. No hay témpanos en la Tierra del Fuego, excepto cerca de los glaciares, en los canales del oeste. Los canales y las bahías no se escarchan, y tampoco los lagos grandes, como el Fagnano. Se puede patinar en la bahía interior de Ushuaia, que recibe bastante agua fresca para congelar, o en muchos lagos. Esquían en los faldeos atrás de Ushuaia y cerca de Paso Garibaldi. Se proyecta un gran complejo de esquí para Ushuaia, y las posibilidades para el desarrollo futuro son infinitas. Han empezado esquí de fondo en el valle de Tierra Mayor.

En resumen, el invierno es una hermosa época del año. Solamente sentarse en un lugar cálido y mirar los cambios de sol, nubes y puestas de sol sobre el monte Olivia, justifica el viaje a la Tierra del Fuego.

De Tierra del Fuego, 1979.

Rae Natalie Prosser de Goodall fue una bióloga radicada en Tierra del Fuego que se dedicó a estudiar y recolectar datos sobre la fauna y flora fueguinas.

Nació en una granja cerca de Lexington, en el estado de Ohio.

En su juventud ganó una beca de estudios en la Universidad Estatal de Kent, donde obtuvo, entre otros títulos, una maestría en biología.

Atraída por la isla Grande de Tierra del Fuego, viajó al extremo austral de Sudamérica, inspirada por la famosa obra ¨El último confín de la Tierra¨ de Esteban Lucas Bridges.​ Así conoció al bisnieto del pionero Thomas Bridges, el copropietario y administrador de la estancia Harberton, Thomas D. Goodall, con quien contrajo matrimonio en 1963.

Falleció en la estancia Harberton el 25 de mayo de 2015.

Fede Rodríguez

Foto de portada: Pablo Daniel Fabbro

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