La Dirección Nacional del Antártico anunció que se ha podido localizar en la isla Astrolabe el lugar donde el “Antarctic”, barco de la misión sueca antártica dirigida por el geólogo sueco Otto Nordenskjöld entre 1901 y 1904, había depositado en 1903 sus últimos mensajes antes de naufragar.

La expedición Nordenskjöld fue una de las primeras al “continente blanco”, por entonces completamente inexplorado. Carl Anton Larsen fue el capitán del Antartic, un velero que tenía además un motor auxiliar a vapor, que partió del puerto de Gotemburgo el 16 de octubre de 1901.

El Antarctic había zarpado de nuestras Malvinas el 5 de noviembre de 1902 a la búsqueda del grupo de Nordenskjöld, dirigiéndose primero a Ushuaia. El capitán tomó la precaución de alertar a las autoridades argentinas y suecas sobre las rutas y acampes planificados. También dejó instrucciones precisas para organizar un rescate en caso de que en abril de 1903 no hubieran regresado.

El buque no pudo llegar a la isla para recoger a los expedicionarios debido al abundante hielo que se había formado a lo largo de la península Antártica, por lo que los expedicionarios de Cerro Nevado tuvieron que pasar otro invierno en la cabaña. La cabaña de piedra construida en la bahía Esperanza, conocida como “Choza de los Suecos”, es administrada por la Base Esperanza de Argentina y fue declarada Monumento Histórico Nacional.

El Antarctic se encontraba a tres días de navegación de la isla, pero el hielo se los impedía. En cuanto pudo acercarse desembarcó a tres personas que debían caminar sobre el hielo hasta la cabaña de piedra. Luego de eso, zarpó buscando un paso libre de hielo que le permitiese llegar, dando un rodeo a la isla. Fue su última travesía, el 12 de febrero Larsen dio orden de abandonarla.

Mientras tanto, y ante la inquietud por la desaparición, el Gobierno argentino decidió enviar en misión de rescate a la corbeta ARA Uruguay, comandada por el almirante Julián Irízar.

El 8 de noviembre de 1903 se produjo el encuentro con la expedición científica, que esperaban al Antarctic. Al día siguiente, arribaron al campamento el capitán Larsen y seis tripulantes del velero hundido. A las pocas, la Uruguay ponía proa hacia la isla Paulet, recogía a los náufragos y emprendía el regreso.

Ahora, con el descubrimiento del Grupo Patrimonio Histórico del Instituto Antártico Argentino, se podrá luz sobre los sentimientos aquellos pioneros que sufrieron en carne propia los desafíos que proponía y propone la Antártida.

EL ROMPEHIELOS

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