Cristina Calderón, la última hablante nativa y activista de la cultura Yagán, falleció este miércoles a la edad de 93 años, según informó su hija Lidia González Calderón quien en estos momentos desempeña el cargo de vicepresidenta adjunta de la Convención Constitucional de Chile.

“Ha fallecido mi madre, Cristina Calderón, a los 93 años. Tengo una pena profunda por no estar con ella al momento de partir. Es una noticia triste para los yagán. Todo lo que haga en el trabajo en el que estoy, será en tu nombre. Y en él, estará también reflejado tu pueblo”, expresó a través de sus redes González Calderón.

Calderón Harban fue cantante, etnógrafa, artesana y escritora. Fue distinguida como hija ilustre de la región de Magallanes y de la Antártica Chilena y reconocida por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes como “Tesoro Humano Vivo” del Chile. Ademas, fue nominada entre las 50 mujeres protagonistas del Bicentenario de la República de Chile en 2010.

La Secretaría de Pueblos Originarios dependiente del Ministerio de Gobierno Justicia y DDHH de Tierra del Fuego lamentó el fallecimiento de Cristina Calderón Harban, “quien desde la austral Puerto Williams trabajó toda su vida por conservar su lengua materna, mujer indígena símbolo de la resistencia cultural del Pueblo Yagan. Vuela alto con los ancestros en tu viaje Abuela Calderón. Tu vida quedará en la memoria cultural de los pueblos indígenas”.

Cristina Calderón fue también una incansable defensora del territorio fueguino. En mayo de 2021 participó de una jornada histórica, cuando distintos actores sociales realizaron una remada en kayaks para denunciar el intento de instalar salmoneras en el Canal Beagle. Su sobrino escribiría luego en redes sociales que estaba “absolutamente comprometida en la protección de nuestro territorio, especialmente el mar”.

La presidenta de la Convención Constituyente chilena y referente mapuche Elisa Loncon resaltó la figura Calderón, “una mujer sabia que nos enseñó a luchar y a quien agradezco profundamente. Defensora de su pueblo, cultura y lengua. Consuelo y amor a su familia”.

Una vida comprometida con mantener viva su cultura

Nació en Puerto Róbalo. Hija de Juan Calderón y Carmen Harban. Nieta de Alapainch. Se crió junto a sus tías y abuelo pudiendo aprender diversos aspectos de su cultura, entre ellos, la lengua el yágankuta, siendo hoy protagonista en la conservación de ésta. Viviendo en diversas zonas del archipiélago fueguino entre las que podemos mencionar Caleta Eugenia, Puerto Navarino e isla Picton.

Fue testigo de las principales transformaciones que ha vivido su pueblo, siendo una de las primeras habitantes de Villa Ukika. Depositaria y difusora de la lengua, tradiciones y formas de vida de los habitantes del archipiélago fueguino, contribuyendo a que perviva la cultura de su pueblo. En la actualidad, se constituye y reconoce como depositaria del pensamiento y las memorias, tanto personales como de una forma de vida, de habitar el archipiélago fueguino.

Trabajó junto a su nieta Cristina Zárraga registrando la lengua y el patrimonio oral, gracias a este esfuerzo durante el año 2016 se publicó su biografía “Cristina Calderón. Memorias de mi abuela yagan”.

Conocida por la comunidad como la abuela Cristina, fue de cuentos e historias vinculadas con las memorias familiares. Tanto ella como su fallecida hermana Úrsula, han sido fuente de inspiración para destacados estudiosos e investigadores, que se han acercado a su Villa Ukika en busca del conocimiento de este milenario pueblo. Ella es parte de los cazadores marítimos más australes del planeta, quienes habitaron por más de seis mil años la región comprendida entre la costa sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego y el archipiélago Cabo de Hornos. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, a causa de la colonización principalmente, comienza un irreparable proceso de extinción, tal como sucedió con los demás pueblos fueguinos. Con estos antecedentes, resulta urgente el registro y transmisión de su habla.

Por más de seis mil años el pueblo yagán ha llevado vida humana a uno de los territorios más australes del planeta. Este pueblo nómade, ha surcado los canales del sur en sus canoas de corteza de árbol, enfrentando hostiles condiciones climáticas, esto gracias a un inigualable conocimiento y compenetración con su entorno natural. Todos sus conocimientos son fruto de la experiencia y la transmisión oral de este pueblo de mar.

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