MIRKO VUKASOVIC MORRISON (Punta Arenas, 1984) Diseñador y artista visual de Magallanes.
Vivió hasta los 6 años en Tierra del Fuego y posteriormente en Punta Arenas.
Estudió diseño gráfico en Santiago de Chile y desarrolló interés por las novelas gráficas, la ilustración y la fotografía.
Luego de vivir en Santiago desde 2002 hasta 2010, vivió intermitentemente en Croacia y Chile, estableciéndose en Punta Arenas en 2014, donde desarrolló diversos proyectos de diseño en identidad corporativa y museografía, fotografía e ilustración. Recientemente está aprendiendo diseño de muebles y trabajo en metales.
Entre 2008 y 2010, junto con Cristian Escobar y Julián Figueroa publicó su primera novela gráfica intitulada Aravco. Este cómic chileno, editado por Planeta Cómic, consta de 5 tomos de entre 50 y 60 páginas cada uno. La obra se narra la historia del famoso líder mapuche Lautaro y cómo llegó a transformarse en el caudillo militar que guió a su pueblo en la lucha contra los invasores.
A principios de 2011, realizó una muestra grupal en Croacia llamada “Las Semillas del Viento”, donde expuso fotografías sobre descendientes croatas en la Patagonia chilena.
En el 2014, publicó de manera independiente el comic Los Fantasmas del Viento. Óscar Barrientos fue el guionista de este libro, Mirko Vukasovic realizó los dibujos y diseños, y Cristian Escobar trabajó las tintas y el color.
En 2019 lanzó “Papito – Parafernalia Magallánica”, un proyecto personal de marketing y producción de parafernalia para el consumo de marihuana, que trata de experimentar, de manera personal, los problemas que sus clientes sufren al tener un producto y entender sus decisiones en torno al diseño.
Hoy está desarrollando “La Balada de Cambiaso”, una novela gráfica que toca la identidad magallánica desde una perspectiva satírica y épica.
En exclusivo para EL ROMPEHIELOS, Mirko Vukasovic nos cuenta sobre su arte y sus trabajos:
De pequeño no tuve mucha cercanía con arte tradicional, pero si con muchas historietas que pasaban entre la frontera de Argentina y Chile en Tierra del Fuego, primordialmente, El Tony y, de las historias que ahí se publicaban, Gilgamesh de Robin Wood. Revisitándolo posteriormente me doy cuenta de lo fantástico que era poder tener ese tipo de industria en Argentina y lo afortunado que fui de poder acceder a ella, en el medio de la pampa en Tierra del Fuego.
Dado que vivíamos bastante aislados, no tuvimos mucho acceso a trabajos artísticos ni historia del arte, en cambio, teníamos naturaleza abierta y mucha libertad para hacer lo que quisiéramos afuera. Con el tiempo, empecé a dibujar y nunca me detuve. Luego me comenzó a interesar la fotografía y comencé a trabajar ese lado de manera personal, para luego entar a estudiar diseño gráfico. Si bien no es una carrera artística en sí misma, tiene muchos elementos que sirven como apoyo. Honestamente, creo que ha sido en los últimos años en donde el arte como disciplina me ha empezado a interesar de una manera más seria y mucho más intensa.
La primera obra que publiqué fue “Aravco” (2008 – 2010, Editorial Planeta Chile), una novela gráfica editada por Planeta Chile, que trata la historia de Leftraro, un joven cacique Mapuche que, luego de crecer en servidumbre española, escapa y lidera la rebelión de su pueblo contra la ocupación española. Fue parte de un proyecto de título para mi carrera, y trabajé junto a dos compañeros y, entre todos, trabajamos la historia y el guión. Personalmente, me ocupé del dibujo y diseño del comic.
Trataba de expresar bastantes cosas a la vez, si bien no todas fueron logradas con éxito: que el cómic es un medio válido no sólo de expresión de contracultura, como lo vivimos en Chile, sino que, además, es un medio en sí mismo que vale la pena que sea reconocido por lo único de sus resultados: imágenes secuenciales con textos, en donde ningún lado puede ser descuidado para la narración efectiva de la historia.
Finalmente, creo que queríamos expresar, a través de este nuevo “surgir” de la historieta chilena, algo que fuera profundamente nuestro, como es la historia de Chile. Habíamos visto hasta ese entonces (2009) muchos volúmenes editados que apelaban a otros estilos, otras historias, pero al fin de esa década, otros artistas comenzaron a buscar este medio como expresión, particularmente escritores ya consagrados, lo que sin duda sirvió mucho para validar este discurso o idea que sostuvimos.
Punta Arenas, y creo que gran parte de la Patagonia, son lugares muy singulares desde noche nace mucho arte. Debe tener que ver con el aislamiento (hoy mismo, en cuarentena, el mundo vuelve al arte como medio de escape) tanto ideológico como geográfico. Esto, históricamente, ha creado corrientes de expresión por parte de personas que no necesariamente tienen academia artística, sino solamente (y quizás lo más importante) la necesidad de crear. Lo mejor, sin duda, es la capacidad de poder estar en un lugar tan cercano a la naturaleza, con la ventaja de poder acceder a mucho conocimiento desde nuestras casas.
Lo más difícil es, sin duda, perderse de la experiencia del viaje relacionado con el arte. Un libro sobre las obras de museos nunca va a reemplazar ver a Rothko en vivo y en directo en Francia. Esto no tiene que ver sólo con interactuar con el arte, sino también con la cultura. Viajar y salir de Punta Arenas tiene un componente logístico y económico importante que no siempre se puede salvar.
De esta misma forma, incluso acceder a materiales de trabajo comunes (pinturas, papeles y otros) o libros y revistas, que en otros lugares están disponibles en la calle, acá tienen que ser encargados.
Aún así, todas estas limitantes pueden ser usadas como ventajas. La escasez de algo puede ser usada como una palanca creativa. En nuestro caso, dado que no tenemos todo solucionado, tenemos que hacerlo nosotros mismos.
En el mundo del comic, sin duda Mike Mignola fue uno de los artistas que más me cautivó cuando me topé con Hellboy. No sólo el dibujo (que fue lo primero que aprecié) sino la construcción del mundo, la narrativa, la historia. Mike Mignola y Hellboy no es sólo un tremendo trabajo gráfico, sino una obra completa que creció más allá del autor.
Junto a él, definitivamente Sandman de Neil Gaiman, junto al artista Dave McKean con su trabajo en portadas. Leerlo y releerlo es una aventura y gran fuente de inspiración.
Actualmente, me gusta mucho el trabajo que está sacando Andrew MacLean con Head Lopper (Image Comics) desde el 2016.
Ahora, como diseñador, creo que he ido expandiendo mis intereses y eso, de una manera u otra, se termina viendo reflejado en las historias que dibujo y en cómo genero ciertos tratamientos visuales o ritmos de página. El trabajo del artista islandés Olafur Eliasson me parece formidable, puesto que trata el color no sólo de una manera de percepción visual, sino completamente sensorial y lleva a redefinir y re-interpretar lo que entendemos por color y cómo nos relacionamos con este aspecto de nuestra percepción visual.
El arte tiene el poder de cuestionar, de transmitir emociones y de actuar en uno aún cuando se esté lejos de la obra.
Es importante porque es una de las pocas disciplinas en donde podemos dibujar los límites y jugar de la manera que nosotros determinemos como válida. Hoy en día no es necesario dibujar, pintar o esculpir como los maestros del renacimiento para crear arte. El arte ha ido expandiendo los límites de su propia definición y esta democratización del arte hace que podamos identificarlo cada vez más como algo cercano, algo que no solamente existe en el Louvre o lejos de nosotros. El arte hoy puede nacer en la pampa y ser ejecutado solamente ahí, si así lo definimos. La técnica quizás no está sujeta a que sea perfecta, sino a lograr algo que cambie, que impacte, que calme, que nos haga cuestionar nuestras creencias o que nos cambie la perspectiva.
Y en ese sentido, la tecnología cumple un rol fundamental para su expansión y para la actualización de los medios en donde el arte se mueve. Un iPad pro es la última tecnología de hoy, tal como los pinceles y azul ultramarino lo fueron en su tiempo.
Como diseñador, sueño con trabajar diversos proyectos a la vez, tanto personales como pagados y creo que eso me ayuda a poder entretender todas estas áreas de desarrollo lo más fluido posible.
Generalmente hago trabajos de diseño durante la mañana y, cuando tengo la posibilidad, trabajo con madera y metal durante la tarde. Trato de tener proyectos que me lleven fuera de la ciudad y que involucren fotografía y diseño. El dibujo o ilustración, son generalmente para proyectos personales.
Durante la noche, vuelvo a mis proyectos personales, dibujo por estos días o un rato de juego para cerrar.
Hoy estoy comenzando a entintar mi próximo comic: La Balada de Cambiaso. Este cómic trata de la búsqueda por parte de un magnate/filántropo Magallánico, llamado Dragoslav Malovic de Lyon, de un mineral conocido como Martinio, que traerá nuevamente la prosperidad a la Patagonia. Este proyecto, tal como el anterior, Los Fantasmas del Viento, lo escribimos junto al escritor Oscar Barrientos Bradasich.
Más información sobre Vukasovic:
https://mirkolovic.wixsite.com/portfolio/design
https://www.behance.net/mirkovu
Contacto: mirkolovic@gmail.com
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