Para los que habíamos consultado por la tapa del diario Prensa del 15 de septiembre era cuestión de tiempo. En política las no desmentidas categóricas son confirmaciones, y Federico Sciurano lo sabe. “Sciurano renuncia a su candidatura y se confirma el procesamiento de Gómez – Se calienta el escenario político a 37 días de las elecciones nacionales”, decía la tapa del medio con más de una polémica.

La fórmula era sencilla. Escribirle al entonces candidato, que confirme la desmentida y que todo siguiera como estaba. No pasó. “Es una operación, yo no tengo diálogo con Prensa; si tomo esa decisión, no va a salir en ese medio. Abrazo”, fue la respuesta que recibí ese día. Ante la insistencia, la respuesta del ex intendente de Ushuaia fue “No voy a hablar del tema, gracias”.

Dentro de su círculo íntimo no tenían la confirmación de la información, y las excusas de reuniones y encuentros comenzaron a llegar. Ni siquiera dentro del círculo de su compañera de fórmula podían desmentir la acusación del medio. El futuro de UnirTDF, la fórmula que llegó casi a la gobernación de la provincia, era negro.

Fue una opereta de desgaste de los propios” se animó a decir un colaborador de la fórmula que había estado lejos de su exitosa performance electoral en 2015 en el primer round que dio las PASO este 2017. La imagen de Federico era difusa, enarbolando un radicalismo que pivoteaba entre acuerdos con Massa y una alianza con el MOPOF.

La falta de apoyo puertas afuera de quienes ostentaban sus cargos era evidente. La salida de Juan Manuel Romano del espacio radical con el que había acompañado al ex intendente también fue parte del desgaste (mutuo, quizás) de una fracción radical que intentaba tomar aire por encima del encuadre nacional que hoy es Cambiemos.

Otros referentes del radicalismo más cercano al gobierno, consideran que la salida de Sciurano responde a una serie de malas decisiones en estrategias electorales. Cuando tenía que estar con el radicalismo eligió el MOPOF, y cuando tenía que estar con el MOPOF eligió el radicalismo. “Las dos decisiones más equivocadas que tomó en su carrera electoral fueron esas”. La relación costo político sobre malas decisiones fueron dando como resultado un desgaste importante que resultó en un quinto lugar en las PASO.

¿Crónica de una muerte anunciada?

Fácil quizás, con las cartas sobre la mesa, deducir el final anunciado en la tapa de un medio del que no tuvo siquiera la delicadeza de desmentir. “Era una posibilidad que se venía barajando hace rato” confió otra fuente cercana al hoy excandidato que intentó destacar la “visión de futuro” por sobre la ambición personal. “Fue muy pensada, muy consensuada y muy prudente”, insistió mi interlocutor.

– ¿Había consenso entonces? ¿En favor de quién resigna su candidatura?

Favorece claramente a Cambiemos

– ¿Pero ese es el efecto deseado o es una consecuencia?

Las dos cosas

– ¿Y por qué a Cambiemos?

Porque la grieta llego a Tierra del Fuego y hay que definir de qué lado estar. Los que queden en el medio se caen en un abismo.

La charla no fue la revelación. La carta de despedida de Sciurano fue contundente en este sentido. “Estoy convencido que el país necesita otra mirada y otro camino, diferente al que nos dejó el kirchnerismo. Ese es el desafío y el trabajo que tenemos por delante”, dice Federico y en el lenguaje de la grieta, que el mismo Kircherismo impuso durante su campaña, esto significa ponerse en la vereda de en frente.

Acuerdos y acuerdos

Espero que Argentina y Tierra del Fuego puedan unificar esfuerzos aprendiendo de los errores del pasado y superando una etapa muy difícil y controvertida que vivió nuestro país; y que hoy la mayoría de los argentinos queremos superar”, sigue diciendo el texto que Sciruano publicó en las redes, por si quedaba lugar a duda su posición de cara al modelo de país que para muchos se encuentra en juego.

El diario Prensa no se quedó atrás y sumada a estas conjeturas entre líneas, el 28 de septiembre (un día después de oficializar su salida) tituló: “Sciruano negoció con el PRO y renunció”.

¿Acordó? Fuentes cercanas al Ministro del Interior -de visita por la provincia en las últimas horas- aseguran que hubo un encuentro que duró cerca de hora y media con Rogelio Frigerio donde se cerró el acuerdo.

¿Y qué podría haber acordado? Podría canalizarse en designaciones, o puestos. O financiar una campaña para el 2019. Desde el círculo íntimo del ex intendente no lo confirman, pero tampoco lo desmienten “Los rumores son muy probables. Nada es tan casual. Tampoco me parece algo malo en este caso”.

Negociar para que un candidato se baje no es nuevo. No es el primero ni será el último. La práctica, si bien puede resultar polémica, no es ilegal. Si quizás, poco ética. Ya lo dijo en su momento el entonces diputado Jorge Garramuño cuando se lo señalaba por haber “vendido un voto” en el congreso a favor del Memorandum con Irán: las negociaciones son normales en la vida política y los intereses pueden ser variados.

Ya sea evitar un final irremontable en una elección general, o posicionarse en favor de Cambiemos en la provincia, lo cierto es que la decisión de Sciruano acarrea un costo político importante. El descreimiento hacia el electorado, el quiebre de las alianzas con sectores como el MOPOF y el Massismo parecen marcar el fin de la carrera política de quien casi cruza la banda de gobernador por encima de su pecho.

Se equivocó mucho y la gente lo ve. Por eso salió 5to en Ushuaia. Él tenía que volver al radicalismo, no tenía otra salida si quería seguir en política”, sentencia un referente de su símbolo político. Si la esperanza de Scirurano está en 2019, será el tiempo el que decida su destino. Esta provincia ha visto a más de un fallecido político volver a sonreír en boletas electorales.

Argentina es el país del “Todo vale” y Tierra del Fuego podría ser sin problemas su capital. La política está lejos del idealismo purista por el que más de uno se rasga las vestiduras. Negociar, acordar, bajarse a cambio de. Son todas conjeturas válidas ¿tenía algo para ofrecer? El receptor natural casi de los votos Sciurano es Cambiemos. El Kircherismo atomizado impuso esas reglas de juego incluso sin haber logrado los consensos políticos que Cambiemos supo llevar adelante a un costo relativamente bajo.

La política tiene que ser leía con desconfianza y resignación. Se eligen muchas veces -la mayoría quizás-, los menos peores. Los idealistas mueren en las urnas, o dejan caer su idealismo en los brazos de los acuerdos electorales para subsistir a los embates de la política interna. Y si no, el que esté libre de acuerdos, que tire la primera piedra.

 

Pablo Riffo

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