“Venezuela es un tema prioritario en esta cumbre del Mercosur”. Lo certificó ayer, jueves, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería argentina, Horacio Reyser Travers. El diplomático dejó, sin embargo, para el viceministro Daniel Raimondi una respuesta más amplia y precisa. Es que la posición ante Caracas, especialmente frente a eventuales futuras sanciones, tiene aristas filosas. Existen matices en los enfoques de los cuatro miembros permanentes del bloque: Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina. Y si bien los dos socios grandes insinúa que debería haber un paso adelante en materia de definiciones sobre la realidad política caraqueña, hay distancias de los uruguayos y paraguayos.
Tabaré Vázquez se diferenció en forma explícita al llegar a Mendoza para participar de la cumbre número 50 del Mercosur: señaló que su país defiende “el respeto a la autodeterminación y el rechazo a la intervención en asuntos internos de otros países”. El presidente uruguayo reveló su sensibilidad ante “el triste momento para el hermano pueblo venezolano”. Dijo que su gobierno “rechaza la violencia” y que siente un “enorme dolor por la muerte de tantos compatriotas latinoamericanos”.
Pero aclaró los límites de la iniciativa que está dispuesto a suscribir: “Uruguay tiende su mano para tratar de ver si se encuentra un camino a través del diálogo respetuoso y participativo, con la búsqueda de soluciones pacíficas que puedan traer unos mejores tiempos para Venezuela”. Ofreció, inclusive, un compromiso mayor de la diplomacia de su país al señalar: “Uruguay está dispuesto, si se lo piden, a trabajar para que las distintas partes en pugna puedan encontrar soluciones a través del camino de la profundización de la democracia”. En cuanto a Paraguay, fuentes próximas al gobierno de Horacio Cartes indicaron que al asunceño no le gustaría ver la aplicación contra los venezolanos de medidas “radicales”, como por ejemplo podrían ser sanciones políticas o económicas. Recuerdan “mal” lo que les ocurrió a ellos en 2012, cuando sus otros tres socios votaron la suspensión temporaria de Asunción por cuenta de la decisión del Congreso paraguayo de alejar de su cargo al ex presidente Fernando Lugo.
El embajador Daniel Raimondi, con amplísima experiencia en el Mercosur, fue duro en la calificación de la realidad política venezolana. Sostuvo que el gobierno de Nicolás Maduro se aproxima hacia una ruptura institucional, en caso de que persista en su decisión de convocar a elecciones para una Asamblea Constituyente. Con todo, Raimondi fue cauteloso. Cuando los periodistas le preguntaron si había una propuesta de expulsar a Venezuela del mercado común, el diplomático fue conciso: “No existe la expulsión en el Mercosur”.