Una joven mendocina de 22 años puso en marcha un proyecto que valiéndose de materiales reciclados permite brindar agua caliente a las duchas de los sectores sociales más vulnerables de su provincia
Para la mayoría de las personas que lean este artículo, darse una ducha caliente es una de las cosas más rutinarias que puedan imaginar. Nada más reparador y reconfortante que unos minutos de agua caliente para recuperar las energías y quitarse de encima un poco de stress. Abrir la canilla del baño y recibir una lluvia cálida es algo que la mayoría damos por sentado y sin embargo se trata de una realidad a la cual gran parte de quienes habitan nuestro país no pueden acceder. En Argentina alrededor de un 40% de personas no cuentan con gas de red, y muchas de ellas encuentran grandes dificultades para acceder al gas envasado, ya sea por disponibilidad o por su situación económica. La realidad es que miles de argentinos y argentinas no cuentan con los recursos o el acceso a una ducha caliente… o a una ducha en lo absoluto.
Ana Giménez, mendocina de 22 años, no quiso pasar por alto esta realidad que le toca afrontar a cientos de personas de su provincia, quienes debido a su precaria situación económica no pueden acceder como ella a una cuestión tan básica como lo es el agua caliente. Mendoza es una provincia donde el frío se hace sentir, en especial en épocas invernales. En esos duros meses de invierno, muchas familias deben recurrir a métodos poco prácticos como calentadores a leña para acceder a un mínimo de calidad de vida. Pero la provincia también cuenta con un recurso inagotable, accesible para cualquiera y gratuito. La energía del Sol. Y es valiéndose de esta fuente de energía inagotable y de materiales reciclados que Ana ideó un sistema que permite calentar el agua de forma accesible: la Ducha de Sol.
Se trata de un dispositivo sencillo, construido con baldes de pintura y botellas de plástico reutilizadas. El sistema consiste de un calefón que, instalado en el techo de las viviendas, permite calentar en un día hasta 160 litros de agua a una temperatura de 40°C aprovechando la abundante radiación solar de la región. Estas duchas solares ya están funcionando como prueba piloto en cuatro casas del asentamiento Piedras Blancas, en la comuna de Godoy Cruz, a 10 kilómetros de la ciudad de Mendoza. En este barrio humilde habitan alrededor de 50 familias de bajos recursos sin posibilidad de acceso a un sistema a gas de calefacción, para quienes poder contar con la posibilidad de tener agua caliente en sus hogares significa, no solo una mejora en su confort, sino también una calidad de vida digna, lo cual es un derecho para cualquier persona que habite nuestro país.
Para llevar adelante el proyecto la joven cuenta con el apoyo de voluntarios a quienes capacita para la instalación del sistema en los hogares. Actualmente el proyecto cuenta con 60 voluntarios y esperan poder extender el acceso a Ducha de Sol a todos los vecinos y vecinas de Piedras Blancas, pero para ello necesitan el apoyo del estado, organismos privados, particulares y toda aquella persona que pueda colaborar para que esta iniciativa continúe creciendo.
La idea de Ana fue galardonada con el premio Mentes Transformadores 2017, una iniciativa de Fundación Nobleza Obliga para fortalecer a las organizaciones sin fines de lucro y premiar los mejores proyectos de innovación social de país. Con del dinero del premio Ana planea potenciar el proyecto con la intención de hacer llegar la Ducha de Sol a todos los rincones del país donde haya una persona con necesidades.
Este tipo de proyectos demuestran que con voluntad, ideas y, sobre todo, con buenas intenciones, la energía de la naturaleza puede ser aprovechada para ayudar a quienes más lo necesitan
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Abel Sberna