Los chilenos en el exterior están habilitados para votar en la última vuelta presidencial. En una región donde las fronteras se desdibujan y la historia se escribió en conjunto, es bueno revisar qué motiva a los ahora residentes a ser parte del proceso electoral. Cercanía, responsabilidad familiar, la reafirmación de la identidad. Analizamos las variables y les preguntamos a ellos por qué piensan ser parte del acto eleccionario el próximo 17 de diciembre.

No es la primera vez este año que quienes residen fuera de su país, pueden votar. Pero la vuelta definitoria toma una relevancia mayor. Tal es así que desde el país vecino se han tomado distintas acciones para que las mesas repartidas en los consulados reciban a los electores. Según la información contenida en el Padrón Electoral Definitivo, publicado el 20 de septiembre de 2017, en Río Grande hay 262 chilenos habilitados para votar, y en Ushuaia 85.

En EL ROMPEHIELOS le preguntamos a un grupo de chilenos residentes de Río Grande cuánto hace que están fuera de Chile, si piensan votar y por qué, y qué tan importante es para ellos -muchos incluso nacionalizados argentinos- la posibilidad de expresarse políticamente, aunque no vivan en su país de origen.

Norma vive hace 25 años fuera de Chile. “He votado en el mes de julio, en las primarias y voté en la primera vuelta en noviembre y voy a votar en diciembre, en la segunda vuelta” relata. Opina que “la posibilidad de votar desde que salí de Chile es lo que siempre añoré, es lo que deseaba. He ido a votar con mucha emoción, y lo voy a seguir haciendo, por supuesto”.

Carola llegó algunos años después que Norma. Hace 22 años que está fuera de Chile. “Sí, pienso votar”, le dijo a EL ROMPEHIELOS. “De hecho, todo el tiempo fui entusiasta a que se diera el voto en el extranjero. Desde que se hacía simbólicamente por internet hacía partícipe mi voto y cuando fue la convocatoria, desde el primer momento me inscribí, hice mi cambio de domicilio, porque me gusta participar de las elecciones”.

Para el análisis de las variables, consultamos al politólogo José Glinski. Actualmente reside en Chubut y conoce la idiosincrasia Patagónica que hace tan característico el intercambio entre ambos países. Para el profesional, es necesario pensar primero “si el concepto de patria o pueblo se circunscribe al lugar que uno habita. Y sobre todo en los países de América, donde la emigración de los países de origen en muchas oportunidades tiene el formato de exilio. Producto de, por un lado, las dictaduras miliares, y por otro, las situaciones más de carácter económico donde el país de origen no prestaba ningún tipo de sistema social y económico que permita el desarrollo de la gente en su propia ciudad, en su propio país; y de algún modo la emigración y el exilio aparecen como una alternativa ante una necesidad por cuestiones políticas o económicas”.

Las motivaciones por las que una persona deja su país de origen también inciden en la valoración que se le da a la posibilidad de una participación política activa. El hecho de que la ausencia de democracia los haya alejado del lugar de origen potencia la posibilidad de ejercer sus derechos, aunque no sea en el lugar en sí. Una suerte de revancha contra el exilio.

Diana hace 25 años que vive en Argentina. Tiene pensado votar “porque, aunque esté fuera de Chile, sigo siendo chilena. Tengo los mismos derechos y obligaciones que cualquier chileno que viva en nuestro país”. La esperanza de que “en cualquier momento la vida me podría llevar de vuelta a Chile” se conjuga con el hecho de que “también tengo familia viviendo allá y me parece que debo involucrarme pensando en ellos”.

Para Norma, votar está más allá de una simple expresión de simpatía política. Participar es importante para “la construcción del futuro de Chile. Me hace sentir chilena, me hace sentir que estar lejos es también estar cerca. Que estar lejos es también seguir siendo chilena, y eso me parece muy importante”.

Para ella, además entra en juego la responsabilidad “del futuro de Chile por mi familia que tengo allá en mi país. Sobrinos, hermanos, primos. Y por otro lado me parece también importante la participación y la construcción del futuro de Chile por la relación con los otros países del sector latinoamericano. Las relaciones políticas, económicas, culturales”.

Habitar en otro país también da otra perspectiva del por qué es importante una elección en cuanto a la política. “Es como que uno tiene una mirada un poquito más amplia, que también incide en la decisión de tomar posicionamiento. Ver a Chile, de alguna manera, dentro del escenario latinoamericano” opina.

Glinski continúa y agrega que “los lazos que unen a un hombre o una mujer a un país donde ya no vive, seguramente tendrán miles de variantes y responden a cuestiones subjetivas. Lo cierto es que cuando los países ofrecen a los ciudadanos que viven en el extranjero la posibilidad de votar están reconociendo de algún modo a esos hombres y mujeres como ciudadanos de su propio país y que tienen algún tipo de lazo, de vínculo que merece ser de algún modo institucionalizado a través del voto”.

Hace 41 años que vivo en el exterior” dice Chalo, en referencia a Río Grande. “Pienso votar y seguir cumpliendo mi deber cívico, no podemos desaprovechar esta oportunidad, algo que por primera vez estamos haciendo, y empezar a integrarnos más, tanto en lo cultural, en lo comercial y en tantas otras cosas”, opina sobre la trascendencia que tiene la elección para quienes viven fuera del territorio nacional.

Creo que la posición política es irrelevante, lo importante que nos tomen en cuenta, más allá de los votos”, expresa además sobre la posibilidad de elegir por uno de los candidatos en disputa. “Me gustaría que nuestro país aprovechara toda nuestra experiencia que hemos adquirido a través de los años, porque más de uno tiene algún emprendimiento, y lograr seducir a más compatriotas y de algún modo brindar nuestro aporte”.

Para el politólogo, “si bien en muchas oportunidades las personas que viven en el extranjero no pasan mucho tiempo dentro del país de origen, existe una historia común, lazos, e incluso una proyección de futuro que puede llegar a ser ponderado a la hora de decidir si se vota o no se vota”.

Carola, por su parte, relata que “uno siempre tiene sus gustos políticos, en Chile por lo menos tuve los míos. Eso uno lo lleva siempre, y la verdad que cuando tengo la oportunidad, lo expreso. Y aunque no viva ahí, uno siempre está en contacto con su país. Yo al ser nacionalizada tengo claro que tengo derechos y obligaciones en ambos países porque tengo doble nacionalidad. Así que oportunidad que tengo voy para allá, y pensando en el bienestar de mis familiares que viven allá, el expresar sus ideales políticas no está malo. Y todo esto me parece que ha sido muy bueno”.

El profesional de las Ciencias Políticas opina que “el protagonismo del voto de los chilenos residentes en Argentina es por lo menos sustancia,l y en algunos casos el intercambio, el ida y vuelta, suelen ser incluso muy profundos”. Y destaca que “hay muchos patagónicos que se sienten antes patagónicos, y en algún sentido tanto chilenos o argentinos; para el caso de la región resulta importante porque ha habido olas migratorias de chilenos en Argentina en determinadas circunstancias. Desde ya la dictadura militar de principios de los 70 ha sido determinante para la migración de chilenos en Argentina, y ese lazo que los une con su patria y su tierra de origen sigue vigente en la posibilidad de expresar su voto en las elecciones presidenciales”.

Ya sea por responder a una suerte de responsabilidad política o familiar, la añoranza del regreso, o por mantener su nacionalidad vigente e impoluta al paso del tiempo y la distancia, la posibilidad de los chilenos residentes en Argentina es sin dudas una de las expresiones democráticas más valoradas por quienes añoran el bienestar de su país, y responden al llamado a sufragar. Y en muchos casos la reivindicación de la democracia sin la cual quedaron afuera de su territorio.

Para consultar dónde votar se puede ingresar a https://servel.cl/

 

Pablo Riffo

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