Integrantes y amigos del Club Andino Pari Aike de Perito Moreno hicieron cumbre en el Monte Zeballos, parte de un Complejo Volcánico muy poco explorado en el noroeste santacruceño y que posee el glaciar extra-andino de mayor tamaño de la Patagonia Austral.
Justo dos días antes de cumplir años, Cristian Camus, junto con un equipo de cuatro personas más, realizaron el ascenso al Macizo Zeballos, logrando tres de ellos llegar a la cumbre. Camus, uno de los que consiguió la proeza, describe su experiencia en un lugar donde impacta la naturaleza: “Fue como un regalo para mí. El recorrido nos llevó dos días y, desde que llegamos hasta arriba, mientras hicimos cumbre y cuando volvimos a bajar, todo el tiempo tuvimos una vista divina del Cerro San Lorenzo, todo despejado. Un momento impagable”.
Maximiliano “Pachi” Castillo y Lucas Nicora son “de los integrantes más antiguos del Club Andino Pari Aike”, con los que Cristian realizó el ascenso. A la travesía se sumaron Marcelo y Pedro, “dos chicos de Puerto Deseado que también les gusta escalar y estaban con ganas de llegar al Zeballos”.
Pero el camino no es nada sencillo y hubo dificultades en la subida final: “Marcelo tuvo un poco de vértigo y no pudo llegar a la cima, por lo que Lucas se quedó acompañándolo, 100 metros abajo. La cumbre es peligrosa, con mucha nieve, es mejor no avanzar si sentís temor, porque bloquearse arriba puede ser complicado”.
Este mágico lugar del oeste santacruceño se encuentra ubicado sobre la Meseta Lago Buenos Aires, a unos 50 km al sur de Los Antiguos. Se trata de un verdadero macizo, independiente de la cordillera, lo que le otorga un valor importante, ya que posee el glaciar extra-andino de mayor tamaño de la Patagonia Austral.
Cristian cuenta que él es más del trekking que de la escalada, pero en el último tiempo ha realizado varias experiencias con los integrantes del Club: “De a poco voy metiéndome y, gracias a los chicos, incluso me empiezo a animar a la escalada en hielo. Hemos escalado en otros lugares y cada vez me siento más seguro. También hago mucho trekking en la zona. Llevo más de 20 aproximaciones a la estepa del Lago Buenos Aires, entrando por distintos lugares, buscando siempre hacer nuevas caminatas”.
Dos años atrás, cuenta Cristian que junto a Lucas Nicora completaron el cruce de la Meseta Buenos Aires desde la Ruta 40 hasta la 41, realizando un recorrido de 150 km de este a oeste. En esa oportunidad, quedó pendiente uno de los objetivos que era, precisamente, llegar a hacer cumbre en el Monte Zeballos: “Debido al enorme retroceso que ha tenido el glaciar, desconocimos el lugar y nos pasamos, por lo que perdimos la oportunidad de hacer cumbre en ese trekking. Desde ese momento, hace un año y medio, esperamos el momento indicado para poder concretarlo”.
Ubicados en el sector este de la cordillera, los glaciares del Zeballos son muy particulares debido a que ocupan una zona semiárida y son un recurso hídrico muy importante durante los años secos y los ciclos de aumento global de temperatura como el que atraviesa el planeta. El retroceso de esos majestuosos cuerpos de hielo puede representar un problema para la población y sus cultivos.
Cristian sostiene que se trata de un ascenso difícil y que es muy importante manejarse con cautela: “Es un trekking muy duro: nosotros hicimos el ascenso por el Portezuelo, que tiene un gran bache, luego viene la subida a la Meseta, que son 300 m de un ascenso fuertísimos. Es una caminata que puede hacerse en uno o dos días (son unas doce horas en total), siempre y cuando llegues al glaciar en buen estado y con buenas condiciones de seguridad”.
Durante la excursión, Pachi y Cristian realizaron un “mini trekking” de unos 400 m por el glaciar: “Da vértigo. Miras para los costados y te ves colgado del glaciar, en ese pedazo de hielo, donde si te caes, hay una rampa larga llena de nieve. En el medio del camino le dije a Pachi: tengo muchísimo miedo, pero estoy muy contento. Es un temor tremendo que ya me saqué, por eso es bueno cumplir los propósitos, aunque asusten un poco. Lo importante es hacerlo con gente que conozca la zona, que sepa caminar sobre el glaciar porque sucede, por ejemplo, que hay grietas tapadas y ellos son los que saben cuáles son los puntos por donde se puede pasar”.
“El Club está comandado por Paco Sepúlveda, muy conocido aquí en la zona. Es gente con muchísima experiencia, por eso si uno quiere hacer este recorrido es válido acercarse, porque los chicos te explican los lugares potables que tiene cada lugar. Es único poder presenciar el cerro Zeballos, pero la cumbre (2.700 mts) es inestable por la cantidad de nieve que tiene, y no es recomendable el tránsito constante de gente, como sucede en otros lugares”, opina Camus.
“El Monte Zeballos es muy representativo para nosotros. Por eso, es importante que la gente que quiera conocerlo esté bien informada y sirve mucho la difusión de actividades como la nuestra, que la hacemos simplemente por amor a la montaña”.
Preservar la zona del Monte Zeballos representaría proteger sus recursos hídricos con todos los beneficios que implican, tanto para el ecosistema como para la comunidad de Los Antiguos y para quienes aún desconocen su belleza: “Está muy bueno que las personas lleguen hasta aquí, que lo hagan con responsabilidad y con un guía, para que puedan llevarse la mejor experiencia de un lugar que es realmente increíble”.
Daniella Mancilla Provoste