Gustavo Blanco es el secretario legislativo de la Convención que lleva adelante la reforma de la Carta Orgánica de Ushuaia. Desde su larga experiencia constituyente, nos cuenta cómo es ser parte de estos procesos que consolidan la identidad de Tierra del Fuego.

Dice estar jubilado, pero no retirado, ya que sigue colaborando con la Legislatura en la que trabaja “desde la época del Territorio”. Fue director de Información hasta 1990, puesto que le posibilitó el conocimiento para ser nombrado director parlamentario cuando, en 1991, se redactó la Constitución de Tierra del Fuego. Hoy, más de treinta años después de aquel hecho histórico, Gustavo Blanco vuelve a la tarea, formando parte del equipo de trabajo que se dispone a reformar la Carta orgánica de la municipalidad de Ushuaia.

“Yo estaba en mi zona de confort, como dicen ahora, cuando me llamó Mónica Urquiza (vicegobernadora de la Provincia y una de las convencionales constituyentes) y me dijo que me ofrecían el cargo de secretario legislativo. Así que el 7 de julio en la sesión preparatoria fui y juré ad honorem para cumplir esta función durante 90 días, máximo 120. La verdad es que si no me llamaban, igual hubiera ido; me hubieran tenido que aguantar en las Comisiones”, se ríe.

Es que Gustavo Blanco tiene un vasto conocimiento de la técnica legislativa y una asistencia completa en los eventos constituyentes: además de haber participado de la Convención que creó la Constitución de Tierra del Fuego en 1991, Blanco fue secretario durante la Convención municipal de 2001 que realizó la primera Carta Orgánica de Ushuaia. “Todo lo que sé, lo aprendí de los legisladores. Me gusta compartir el conocimiento; aunque esté jubilado siempre me llaman para consultarme. Me conozco el reglamento de memoria”, cuenta.

 “Muchos me felicitan por el cargo, aunque yo creo que es una gran responsabilidad. Hemos leído las cartas orgánicas de todo el país para poder saldar las discusiones con conocimiento. El equipo de trabajo irá leyendo y corrigiendo; nuestro objetivo es redactar el texto definitivo, es una gran tarea que me llena de orgullo como fueguino”, expresa Blanco, quien asegura que la enorme importancia de la Convención “radica en que es soberana:nadie puede decirles a los constituyentes qué tienen que hacer. Los artículos que se modifiquen permanecerán, por lo menos, durante medio siglo más”.

 “El Consejo Deliberante votó la necesidad de reformar 106 artículos de los 264 originales. Aunque algunos dicen que ’20 años no es nada’, yo creo que desde que se sancionaron ha habido enormes cambios en cuanto a la tecnología y la Carta Magna tiene que adecuarse a las nuevas formas que nos dejó la pandemia. Hubo polémica porque algunos querían la reforma y otros no, pero en las elecciones participó casi el 75 % del padrón habilitado para votar, lo que le otorgó el respaldo político necesario”.

Emocionado y con “piel de gallina”, Blanco cuenta que el proceso actual lo lleva a rememorar lo ocurrido en 1991 y 2001. “Son y han sido grandes desafíos. En 1991 me llamó doña Elena (Rubio de Mingorance, presidenta de la Convención) y me dijo que quería que armara un equipo de trabajo: me nombraron director Parlamentario, por lo que trabajé cinco meses codo a codo al lado de ella. Fue realmente un gran honor”.

Gustavo recuerda que las reuniones públicas de comisiones de 1991, “eran presenciadas por mucho público: hemos llegado a tener 400 personas en el Polideportivo. Lo mismo cuando la Carta Orgánica municipal en 2001; la gente se acercaba con propuestas por escrito, hablaba, discutía. Pienso que el sistema democrático es el mejor para organizar un pueblo, una ciudad, un país; por eso votar es muy importante. Además, Ushuaia es chica, nos conocemos todos y a la salida de la Legislatura nos encontramos en el supermercado, o en algún cumpleaños”:

Actualmente, se están acondicionando espacios para que también en esta oportunidad sucedan esas comisiones públicas. Se transmitirán, además, por el canal de YouTube del Consejo Deliberante y las comisiones contarán con algunos invitados especiales como la Cámara de Comercio, la de Turismo y Construcción. Gustavo agrega que “no todos los convencionales son de carrera política, sino que provienen de distintos sectores. Siempre digo que el pueblo no se equivoca y distribuye bien las funciones de los cuerpos colegiados”.

Gustavo trabaja con los 14 convencionales en un clima distendido, pero comprometido. “Me comunico con ellos por WhatsApp, estamos en contacto: saben que sea sábado o domingo estamos a full por este tema. Yo no voy para la foto, a mí me gusta la arena, pero no me meto en la discusión política; auxilio a los legisladores, hablo del tema que me toca. En las reuniones hay buena onda, pero si hay que discutir, se discute”.

Durante el proceso de 1991, Gustavo trabajó junto con su hermano Pablo, uno de los convencionales elegidos por voto popular. “La campaña de 1990 fue una fiesta”, recuerda. “Todos conversaban y se abrazaban cuando llegaban a votar, fue algo realmente histórico. Ahora me dan nuevamente la oportunidad de ser protagonista en esta historia y yo lo hago con todo cariño, con un equipo que tiene la camiseta puesta. Aunque no me lo crean, en el bolsillo de mi campera llevo siempre conmigo la Constitución fueguina: toda esa experiencia espero poder volcarla en esta Convención 2022”.

Lucía Fernández Hadid

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