Como cada año en nuestro país, los calores y sequías de verano vienen acompañados de voraces incendios forestales. En los últimos días, las llamas llevan consumidas alrededor de 300.000 hectáreas en las provincias de La Pampa y Mendoza.

Nuevamente el drama de los incendios azota a nuestro país, poniendo en jaque poblaciones y entornos naturales. El clima seco y cálido genera el escenario propicio para que las llamas se descontrolen y consuman todo a su paso. Desde finales de 2017, los incendios han consumido alrededor de 300.000 hectáreas en las provincias de Mendoza y La Pampa. Entre noviembre de 2016 y enero de 2017, se perdieron alrededor de dos millones de hectáreas en las provincias de La Pampa, Mendoza, Río Negro y Buenos Aires, en lo que fue una de las peores catástrofes asociadas al fuego vividas en nuestro país.

Las condiciones climáticas que propiciaron el desarrollo de tan voraces incendios el año pasado vuelven a presentarse ahora. Los calores intensos y la falta de lluvias preocupan a las autoridades y los focos de incendio proliferan nuevamente. “En esta época del año, los pastizales y los bosques pierden su humedad y se transforman en depósitos de combustible que quedan expuestos a la actividad humana, principal causa de generación de fuego, ya sea por descuidos o negligencias”, expresó en un comunicado reciente el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Debido a estas condiciones, las tareas por controlar los incendios resultan sumamente dificultosas: “cuando en un lugar hay sólo brasas, por ahí aparece el viento y vuelve a encender todo, las llamas se desarrollan con rapidez por las condiciones de sequedad, altas temperaturas y material combustible”, dijo Daniel Russo, Subsecretario de Operaciones de la Secretaría de Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación.

La situación en la provincia de La Pampa es alarmante. Debido a los focos más recientes los servicios de agua y luz en ciudades como Santa Rosa se han visto afectados temporariamente. El fuego afecta a las poblaciones humanas pero también tiene un gran impacto en el ambiente natural. Una serie de focos fuera de control afectan a unas 18.000 hectáreas del Parque Nacional Lihuel Cahlel. “El fuego permanece activo y las condiciones meteorológicas para los próximos días son extremas, con altas temperaturas y viento norte a unos 40 kilómetros por hora”, informó la Administración de Parques Nacionales en un comunicado.

En Mendoza el fuego ha afectado a más de 100.000 hectáreas en los últimos 10 días. Estos focos han impactado fuertemente en la actividad ganadera debido a la mortandad de animales a causa del fuego. Pero la mayor preocupación viene de la mano de la posibilidad de que los incendios se expandan hacia zonas de bosque andino patagónico, lo que podría afectar a varias reservas y Parques Nacionales. Según el secretario de Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación, Emilio Renda, las condiciones meteorológicas plantean una seria posibilidad de que esto ocurra. La zona que corre peligro de verse afectada por futuros incendios se extiende desde la localidad de Junín de los Andes (Neuquen), hasta la zona de Esquel, en la provincia de Chubut. “Es una zona de árboles milenarios y están incluidos cuatro parques nacionales, el Lanín, Los Alerces, Lago Puelo y el Nahuel Huapi”, explicó Renda.

Los equipos de combate del fuego se encuentran trabajando incansablemente en las zonas afectadas, pero los incendios no dan tregua. Resta esperar que las condiciones climáticas mejoren y que los focos puedan ser controlados para evitar que un desastre mayor se produzca.

 

Abel Sberna
Fotos: Marcelo Aguilar – La Nación

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