Se trata del acetato de agarosa, un bioplástico que puede ser utilizado en numerosas aplicaciones del sector agroalimentario en estado líquido o sólido, en combinación con otros compuestos químicos o naturales y es totalmente reciclable.
El acetato de agarosa, llamado así por su similitud con el procedimiento de obtención del acetato de celulosa, es un “plástico totalmente orgánico que no tiene ningún componente no orgánico y que además no procede de productos alimentarios, por lo que no ejerce ninguna presión sobre los mercados que pueda afectar al consumidor final”.
Así declara el investigador José Ángel Moro, responsable del proyecto Agarene y que ahora trabaja en mejorar este producto que “tiene una buena capacidad de resistencia y de tracción mecánica, lo que hace que tenga un uso interesante para el packaging”.
“También nos estamos enfocando en usos agrícolas, porque hay un nicho importante de mercado. En los sistemas de producción agrícola actuales no existe ningún tipo de bioplástico que pueda adaptarse a las necesidades del agricultor”.
Puede ser usado en estado líquido o sólido, como transporte de tratamientos, extractos vegetales, o como plástico de cobertura, etc.
“Queremos incluirlo dentro de sustratos vegetales para mejorar la retención de agua”, apostilla.
Entre sus ventajas respecto a un plástico tradicional se encuentra que “no depende de ninguna materia fósil”. “No tenemos una limitación en cuanto al volumen de materia prima, ya que trabajamos con materia orgánica.
Y otra ventaja es que es reciclable y compostable, cosa que no tiene los plásticos convencionales”, incide.
El director general de ‘Beyond Seeds’, Francisco Bermúdez, afirma que el Agarene es el “resultado de las investigaciones que venimos desarrollando durante los últimos cinco años, en los que se investigaron más de 50 especies vegetales”.
El grupo almeriense se centra en concreto en las semillas. “Nuestro primer criterio fue hacer un ‘screening’ para buscar moléculas que podían tener interés para combatir el cáncer de colon, en colaboración con el Centro de Investigaciones Biomédicas de Granada. Nuestro eslogan es ir más allá de lo que hay”, mantiene.
Eso los llevó a trabajar sobre las proteínas, grasas, minerales y polisacáridos de las semillas. “Dentro de esa investigación, encontramos polisacáridos que son de alto interés para poder convertirlos en bioplástico”.
Un descubrimiento en los que se utilizaba agar de algas rojas.
Y la combinación de ambos permitió la posibilidad de desarrollar este “bioplástico basado en algas y en polisacáridos de semillas”.
“Las algas, junto con las semillas, no compiten con la alimentación. Tenemos océanos enteros en los que pueden cultivarse esas algas sin provocar un impacto medioambiental y tener una alternativa a los plásticos que hoy utilizamos”, sostiene Bermúdez.
Beyond seeds
Pero ésta no es la única actividad de este grupo empresarial almeriense formado por empresas de biotecnología que “desarrollan todas sus actividades de investigación alrededor de la semilla, haciendo una visualización de ésta más allá de lo que se conoce tradicionalmente”.
“La investigación de este grupo de biotecnología están basadas en evaluar y desarrollar tecnologías que permitan, por ejemplo, desarrollar un software de mejora genética para gestionar la información y datos que se puedan derivar de la planta”, revela.
Para nosotros la biotecnología alrededor de la semilla también es la búsqueda de moléculas que puedan ser útiles no solo para el desarrollo de estimulantes en las semillas, sino también para la salud humana”.
“De hecho, en colaboración con la Universidad de Granada desarrolla una investigación específica contra el cáncer a partir de moléculas que extraemos de semillas y hoy día tenemos cuatro patentes en las que una de ellas está en desarrollo de técnica, con financiación del Instituto de Salud Carlos III”, desvela el empresario.
El grupo también trabaja con la nanotecnología y con la microbiología. Tienen una responsabilidad social muy acentuada, ya que forman parte de la Fundación Cellbitec, que se encarga de promover la ciencia, la cultura y la lucha contra el cáncer”, concluye.
Fuente: Noticias Ambientales