En el año 2012 un voraz incendio destruyó más de 1000 ha. de bosque nativo en un área próxima a Bahía Torito, en el corazón de la Isla de Tierra del Fuego. Hoy el trabajo voluntario impulsado por la Asociación de Guías de Montaña está ayudando a que ese bosque se recupere. En diálogo con EL ROMPEHIELOS, Loreto Fernández, integrante de dicha asociación, nos cuenta de qué se trata el proyecto y qué resultados está teniendo.
El bosque de Tierra del Fuego es un ecosistema sumamente frágil. Las especies arbóreas nativas son de lenta recuperación y su importancia es vital para evitar la degradación del suelo y como hábitat de numerosas especies animales.
Los incendios acarrean consecuencias gravísimas para los bosques, más aún para las regiones con características tan particulares como las de una isla.
Compromiso social ante la catastrofe
En el año 2012, por imprudencia de acampantes, un incendio arrasó con más de 1000 ha de valioso bosque nativo. El panorama era devastador. El acontecimiento llamó la atención sobre la gravísima situación de falta de controles por parte del Estado y al mismo tiempo sobre la imprudencia de muchas personas a la hora de encender fuegos en ambientes naturales. Pero por sobre todas las cosas, el hecho impulsó algunas acciones por parte de la sociedad civil comprometida por preservar la naturaleza. Una de estas acciones fue la campaña de reforestación “Soy Parte del Bosque Fueguino” impulsada por la Asociación de Guías de Montaña.
“La experiencia consiste en pasar dos días en Bahía Torito. El primer día se realiza la extracción de lengas y guindos en una zona de bosque no quemado, y el segundo día se lleva a cabo el trasplante de los árboles a ambos lados del sendero del Paso Beban” relata Loreto Fernandez, integrante de la Asociación y referente del proyecto. “La AAGM es la que ha llevado la coordinación del proyecto, pero el Club Andino Ushuaia, el Club Andino Río Grande y el Club Amigos de la Montaña de Ushuaia lo apoyan, junto a la Dirección de Bosques de la Provincia”.
El proyecto se financia con fondos que la Ley de Bosques destina para el desarrollo de actividades sustentables.
Recuperando el bosque y creando conciencia
Fernández sostiene que este tipo de trabajos voluntarios no solo colaboran con la recuperación de un área afectada, si no que en cierta forma también sirven para protegerla en un futuro. “Ahora que el bosque está creciendo gracias al aporte de ellos, la posibilidad de un incendio en el futuro ya no les es indiferente”, afirma la referente del proyecto, quien insiste en que se debe reforzar la educación para crear conciencia de preservación, y que actividades como esta son el camino para lograrlo. “Creemos que la educación debe ser más activa ya que vivimos en un espacio ideal para poder desarrollar este tipo de actividades”.
Loreto destaca la necesidad de crear un sentido de pertenencia del bosque en los jóvenes, por lo que considera que el trabajo con ellos es crucial: “creemos que para lograr el sentido de pertenencia hay que incentivar un rol activo, por ello el eje fundamental del proyecto pasa por la participación y el compromiso que le ponen los voluntarios a la actividad y lo que se llevan de ella. Si no logramos la conexión de la gente con el increíble lugar en donde vivimos, es difícil que logremos protegerlo” .
Expectativas y resultados
El proyecto es ambicioso. El trabajo es extenso y arduo y se lleva adelante en una región apartada en medio de la naturaleza y por ello cada árbol plantado es un logro en sí mismo. A la fecha han participado más de 700 voluntarios y se han plantado alrededor de 130.000 árboles. “La verdad es que desde que arrancamos ha sido un continuo aprendizaje” reflexiona Fernández. “Cada vez son más las instituciones de la comunidad educativa que se han ido sumando y nos da la pauta de que vamos por el buen camino, sobretodo en la participación y el compromiso que pone la gente a dar su tiempo por la recuperación de un espacio común”.
Resulta evidente que hay mucho por hacer para preservar nuestro entorno natural. Tierra del Fuego cuenta con un valioso patrimonio ambiental que debe ser protegido. Pero para poder proteger algo primero hay que conocerlo, entenderlo y apreciarlo. Proyectos como éste y como tantos otros que diversas asociaciones civiles llevan adelante de forma voluntaria contribuyen con la educación y la creación de conciencia. Estas actividades deben ser fomentadas, apoyadas y sostenidas en el tiempo, pues son un aporte invalorable para la conservación del patrimonio ambiental de nuestra provincia.
Si deseas participar de “Soy Parte del Bosque Fueguino” podes contactarte por mail aagmushuaia@gmail.com, por teléfono al 02901 15415494 o en el Facebook del proyecto
Abel Sberna