Una de las industrias más cuestionadas a nivel mundial podría encontrar en Santa Cruz “agua fértil” para sus megaproyectos económicos. Un empresario busca introducir la salmonicultura a lo largo de la costa santacruceña. Esta industria es cuestionada a nivel mundial por daños ambientales, por el peligro de que el salmón se escape de las jaulas y por dificultar el desarrollo del turismo.
Una de las industrias más controvertidas del planeta son las salmoneras. ¿Por qué? porque sus condiciones de producción utilizan toneladas de antibióticos que pudren el fondo marino, genera salmones hacinados y enfermos, el riesgo de que se escapen de las jaulas es elevado y, al ser el salmón un depredador, afectar a otras especies. Además de esto, donde hay una jaula, no hay turistas. A pesar de todo esto, Santa Cruz es mirada para hacer el negocio express al menos por unos años. ¿Podría efectivamente expandirse esta industria a la Patagonia argentina?
Mientras la salmonicultura en Chile enfrenta una fuerte oposición por la serie de problemas ambientales y sociales que trajo aparejada, empiezan a sonar algunos indicios de expansión a territorio argentino. En un reciente artículo publicado por La Nación, emerge la figura del empresario Diego La Torre CEO del laboratorio Tecnovax, que busca promover esta expansión, asegurando que “Argentina tiene condiciones excepcionales para esta industria” y le apuntó a Santa Cruz por, según él, sus “kilómetros de costa disponible”.
Salmoneras en Chile – foto de Daniel Casado para la GSFR
En un contexto de crisis económica que atraviesa el país, con índices de pobreza récord, las cifras suenan prometedoras cuando se trata de nuevas propuestas productivas; “En Chile el sector genera alrededor de 7600 millones de dólares al año, mientras que en nuestro país las exportaciones son prácticamente nulas”, señaló La Torre a La Nación. Pero si bien las características geográficas de la costa chilena difieren mucho de las de la costa de Santa Cruz, otro aspecto a considerar es la fuerte oposición que existe en el vecino país, donde esta industria encontró “agua fértil” para desarrollarse a costa del ambiente.
Recientemente, la cuenta oficial de Instagram de Patagonia Chile, publicó un comunicado alertando sobre esta expansión: “Lo que para algunos es una historia de “éxito económico”, es también una de depredación, contaminación y pérdida de biodiversidad”.
La introducción del salmón, una especie exótica, en los ecosistemas naturales de Santa Cruz puede alterar el equilibrio al depredar sobre especies nativas y competir por el alimento. En Chile, se ha observado que los salmones pueden escapar de las jaulas debido a roturas provocadas por animales, errores humanos o fenómenos ambientales, generando efectos irreversibles. Además, tras unos ocho años, las jaulas destruyen la biodiversidad en toda el área, dejando un espacio muerto de difícil regeneración. Luego las empresas se retiran, dejando el mar arrasado y buscan otras zonas para seguir operando. Una fuerte advertencia a lo que podría suceder en Santa Cruz, que alberga una enorme biodiversidad marina, uno de los bosques de macroalgas mejor preservados del mundo, y un potencial desarrollo de turismo azul.
Un problema para la salud pública
A lo largo de los años, la salmonicultura en Chile ha protagonizado diversos escándalos medioambientales y sanitarios que han perjudicado no sólo los recursos marinos, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. Uno de los tantos factores problemáticos del cultivo de salmón, para el océano y la salud pública, es el uso de antibióticos. Según el reciente artículo del New York Times, titulado “En Chile, el salmón es fuente de polémica y oposición”, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile constató que en 2023 se utilizaron más de 338 toneladas métricas de antibióticos en las piscifactorías de salmón chilenas.
Un experto consultado por el New York Times para este artículo fue el profesor de microbiología e inmunología en la Facultad de Medicina de Nueva York, Felipe Cabello: “Chile y Estados Unidos analizan la carne de salmón chileno en busca de antibióticos, pero Cabello dijo que ninguno de los dos analiza las muestras en busca de bacterias, lo que podría representar un riesgo para la salud pública. El texto también destaca que “El aumento de la resistencia a los antibióticos ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una amenaza grave para la salud pública mundial.”
Rechazo a las salmoneras en Tierra del Fuego
La Ruta de la Patagonia Gris
Días atrás, en la Feria Internacional de Turismo (FIT) 2024 se firmó un acuerdo para crear la “Ruta de la Patagonia Azul”, un corredor turístico que busca impulsar el desarrollo económico y turístico de las ciudades atlánticas patagónicas. La cooperación entre Río Gallegos, Viedma, Comodoro Rivadavia, San Antonio Oeste y Río Grande se centrará en mejorar la conectividad, proteger áreas naturales, y fomentar el turismo cultural y patrimonial, garantizando empleo y capacitación para las comunidades locales.
Pero la salmonicultura y el desarrollo de este turismo azul, no son compatibles. Las jaulas en el mar de Santa Cruz afectarían negativamente al turismo, que se basa en vender una experiencia de naturaleza prístina, y los residuos generados por esta industria atentarían contra el patrimonio paisajístico y natural de la provincia. Basta con ver las imágenes de estas enormes jaulas en las costas patagónicas chilenas, que pintan de gris el mar azul.
Primer intento de expansión en Argentina, y prohibición en aguas de Tierra del Fuego
La salmonicultura, una técnica intensiva de cultivo de salmón en jaulas flotantes, se originó en Noruega en los años 60. Conforme fueron avanzando las décadas, el mayor conocimiento sobre los daños ambientales, como la contaminación y el impacto en especies nativas, han impulsado a las empresas a buscar nuevos territorios con ecosistemas más saludables, como Chile.
En 2018, el gobierno nacional y el de Tierra del Fuego otorgaron a la Corona Noruega la posibilidad de desarrollar la salmonicultura en el Canal de Beagle, mediante tres convenios firmados con Innovation Norway, el Ministerio de Agroindustria, la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones y Comercio Exterior, y la provincia fueguina.
En ese entonces, los docentes investigadores del Instituto de Desarrollo Económico e Innovación, de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Carolina Hernández y Juan Ignacio García, confeccionaron un informe, finalizado en abril del 2019, que busca brindar las bases para un análisis económico de la acuicultura de salmónidos en la costa argentina. De los datos aportados se puede concluir, que el modelo productivo planteado para desarrollar la salmonicultura en el Canal Beagle, traería aparejados serios riesgos ambientales y sanitarios, con un derrame altamente negativo hacia sectores productivos de la ciudad de Ushuaia como son el turismo, la pesca artesanal y la acuicultura a baja escala.
El estudio, que toma como referencia la experiencia chilena y el desarrollo realizado por ese país en torno a la industria salmonera a gran escala, fue una de las piezas fundamentales para que luego en junio de 2021, la Legislatura de Tierra del Fuego aprobara por unanimidad la ley que regula la salmonicultura, prohibiendo las jaulas en sus aguas marinas y lagos. La sanción de la ley fue celebrada por organizaciones civiles, científicos, chefs, comunidades locales y miles de personas involucradas en la protección del canal Beagle.
El CEO de Tecnovax se mostró optimista en el mencionado artículo de La Nación, respecto al futuro de la industria en el país: “estamos apuntando a que en 2025 podría haber el desembarco de alguna de estas empresas. Seguramente van a ser inicialmente a título de prueba, porque hay una gran desconfianza en el mundo, especialmente de algunos grandes inversores de Japón y otros países”. Pero el impacto de la salmonicultura en Chile revela que su expansión no siempre es beneficiosa.